Batalla de la Ciudad Universitaria
FECHAS: Del 15 de noviembre de 1936 al 28 de
marzo de 1939
CONTENDIENTES:
Gobierno
legal: El ejército Popular de la República, apoyado por las Brigadas
Internacionales, al mando del general José Miaja Menant con
el Jefe del Estado Mayor el coronel Vicente Rojo Llull.
Bando
sublevado: Ejército de África, más algunos elementos del ejército de
la República, Falange Española y Tradicionalistas, todos apoyados por la
Alemania nazi y el Reino de Italia. Mandados por el generales Francisco Franco Bahamonde.
Los combates
En los primeros días de noviembre de
1936, las tropas rebeldes han llegado a Madrid. El asalto lo ha planificado el
general José Enrique Varela
para el día 8 de noviembre, comenzando con un avance por la Casa de Campo,
ocupando la zona comprendida entre la Ciudad Universitaria y la plaza de
España. Este ataque inicial, muy cruento para ambos bandos, produjo un avance muy
lento con un eje de principal a través de la Casa de Campo hasta la ribera del
río Manzanares, aquí las tropas de Varela se encontraron con la necesidad de
avanzar hacia los puentes, a pesar de que se encontraban fuertemente defendidos
por tropas milicianas. Tras varios intentos fallidos por cruzar el río se logra
entre dos de ellos, iniciándose el martes 15 de noviembre a las 08:30 la
batalla de la Ciudad Universitaria, propiamente dicha, con un nuevo asalto
apoyado por blindados. Esta ofensiva pilló desprevenidos a los defensores que
se encontraban preparando su propio asalto. El avance fue acompañado de un
fuerte ataque artillero, y se dirigió al puente Nuevo (o de Castilla); la
defensa fue encarnizada, quedando el avance asaltante detenido al embarrancarse
los blindados en el lecho arenoso del río, aunque pudieron abrirse paso a
través de un boquete, de unos cuatro metros, abierto con dinamita en el muro
fronterizo del Manzanares. A las 12:00, los defensores vuelan el puente de la
carretera (ubicado junto al Puente de los Franceses); se vuela también el
puente de Galicia y se refuerza la retaguardia con barricadas para evitar
el avance de los tanques.
El desgaste de las tropas atacantes es
alto a lo largo del día 15, ya que el forcejeo causa un elevado número de bajas,
y el objetivo de entrar en Madrid se desvanece poco a poco. Se hicieron tres
intentos consecutivos para pasar el río, pero, en cada uno de ellos, el intenso
fuego de los defensores paraliza los ataques. A cada batida de las tropas de
Asensio, los defensores contestan con un fuerte contraataque. Por la tarde,
algunos elementos del III Tabor de Regulares de Tetuán, logran penetrar en el Campus,
vadean el Manzanares a la altura del picadero del Club de Campo y, a
través de la actual Avenida de Séneca, soportando el fuego enemigo, se dirigen
a la Ciudad Universitaria, la idea es ocupar la Escuela de Arquitectura. Este
ataque produce una situación de pánico en la Columna López-Tienda o Libertad,
así como en la gente de Durruti,
que se encuentran destacados en la Ciudad Universitaria. Tras un fuerte fuego
de artillería, dos tabores marroquíes y una bandera de legionarios atraviesan
el río, y se encuentran con que la columna anarquista Libertad, se ha retirado
de improviso, sin ser reemplazada. La Junta de Defensa de Madrid decide,
esa misma noche, pedir a los blindados destinados en Aravaca, que apoyen a las
fuerzas de Durruti. La columna de Asensio ha pasado, penosamente al anochecer
del día 15, a la otra orilla del Manzanares, y a cuatrocientos metros al norte
del Puente de los Franceses los zapadores tienden una pasarela que denominan de
la muerte.
La columna Durruti recibe la orden de realizar
un reconocimiento ofensivo en la Ciudad Universitaria el día 16, para rechazar,
al otro lado del río, a los enemigos que hayan podido penetrar en dicha zona. En
esta incursión prestarán su apoyo diversos blindados soviéticos. A lo largo del
día 15 las fuerzas de la Estación del Norte se dirigen a la carretera de La
Coruña y ocupan los edificios, haciéndose fuertes en ellos. Ambas fuerzas deciden
concentrar todas las fuerzas disponibles en el Campus universitario, siendo
enviada la XI Brigada Internacional para defender las facultades, mientras más
soldados del ejército sublevado iban cruzando el río. La noche del 15 al 16 la Junta
de Defensa de Madrid se dispone a descongestionar la zona del Campus. En la
madrugada del día 16 se procede a la voladura, más al norte, de la valla
exterior de la Casa de Campo, para preparar un intenso avance con blindados. En
la madrugada del día 16, el ejército defensor incorpora piezas de artillería de
77 mm, así como la llegada de la 2ª Brigada Mixta del comandante Gallego,
además del refuerzo, desde Chamartín de la Rosa del general Paul Lukács.
El día 16 de noviembre Asensio toma la
Casa de Velázquez y la Escuela de Ingenieros Agrónomos. Del 16 al 20, se
producen bombardeos aéreos sobre Madrid, como también las zonas de la Moncloa
en que se combate. El contraataque ejecutado por la Columna Durruti del día 16
se ve entorpecido por el avance de tropas enemigas desde las Facultades hacia
el Clínico, por lo que, se enclavan en el Asilo de Santa Cristina y allí
protagonizan una encarnizada defensa, hasta que, el 17 retroceden al Clínico. La
Columna de Asensio ha tomado el Asilo de Santa Cristina y atacó el Hospital
Clínico, en cuyo interior se luchó encarnizadamente. La columna de Delgado Serrano
ocupó la Fundación del Amo, la Residencia de Estudiantes y el Instituto de
Higiene, siendo heridos el teniente coronel Delgado y el comandante Mizzian.
Ese día cuando Miaja y Rojo, realizan
una visita a la Cárcel Modelo, asisten a una desbandada de la Columna Catalana,
posiblemente también la de López-Tienda, en el cercano parque del Oeste, que de
forma providencial pudieron contener, al ser reconocido Miaja por los hombres
que huían, volviendo de nuevo a sus posiciones. La lucha en el Clínico se prolongó
durante varios días más. Representando su conquista, el máximo avance conseguido
por el ejército atacante. Aquel mismo día 17, algunas fuerzas de Tabores
irrumpieron de nuevo en la Plaza de España, causando escenas de pánico a lo
largo de la Gran Vía, aunque esta incursión fue pronto abortada.
El poder ofensivo de los atacantes
estaba exhausto. Durante el atardecer cayeron, en una hora, unas dos mil bombas
en el centro de Madrid, siendo alcanzados hospitales y bocas del Metro. La
metralla regó la Plaza de España. Con preferencia, se emplearon bombas
incendiarias ya que Franco consideraba que el fuego era el medio más eficaz
para extender el pánico. Madrid carecía de refugios y apenas si tenía cañones
antiaéreos. Los bombardeos aéreos del día 18 sobre diferentes zonas de la
capital se suceden día y noche. Durante varios días, en los casi destruidos
edificios universitarios ambos bandos conservaban diferentes pisos, gritándose
insultos a través de los muros y arrojándose granadas de mano por las
ventanas y los huecos de las escaleras. La confusión es tal que no se sabe, con
certeza, dónde se encuentran los atacantes o los defensores. El Clínico es una
de las posiciones más disputadas. Las noticias internacionales anuncian la
entrada de las tropas sublevadas en la Ciudad. En muchas calles del barrio de
Arguelles hasta Plaza de España, junto con el Paseo de Rosales se construyen
barricadas, lo que hace que sea, prácticamente imposible, circular por ellas.
En la ciudad se acumulan heridos y
muertos y el alcalde en funciones pide permiso a la Junta de Defensa,
para hacer fosas comunes para dar sepultura a los muchos muertos que se
acumulan en el frente de la Ciudad Universitaria. Los atacantes no pueden
desalojar bajas por la "pasarela de la muerte" y muchos heridos
mueren sin poder ser asistidos. En el Estado Mayor Republicano, se contempla la
posibilidad de retirar la columna de Durruti del frente, mientras los
milicianos de la columna López-Tienda, se integran en la Quinta Brigada.
Alemania e Italia reconocen este día 18 al Gobierno del general Franco.
El 19 de noviembre el silencio en los
frentes de la Ciudad Universitaria se ve roto por los gritos de dolor de los
heridos. Ese mismo día, Buenaventura Durruti, solicita un coche con
conductor para dirigirse hacia el Clínico, pues se ha enterado de que sus
hombres quieren abandonarlo. A las 14:00 horas, cuando sale del coche, es
mortalmente herido junto al edificio de la Junta Municipal de Moncloa. Existen
cuatro versiones de su muerte: en la primera se menciona que fue herido por una
bala perdida del enemigo destacado en el Clínico; según la segunda, basada en rumores,
se menciona que la bala podría venir de sus propios hombres; en la tercera se
menciona haber sido disparado por un miliciano comunista y, según la cuarta,
que él mismo se disparara por accidente con su Naranjero al salir del coche. La
última persona que lo asiste es su colaborador Ricardo Rionda. Éste lo acompaña
y le oye pronunciar como últimas palabras antes de recibir el disparo:
"demasiados comités".
A partir de la conquista del Hospital
Clínico, tras la huida, de los anarquistas catalanes, los dos ejércitos, casi
exhaustos, se dedicaron a mantener y fortificar sus posiciones, paralizándose poco a poco los combates y con
un frente que se va convirtiendo en una línea
de trincheras y búnkeres
fijos. Vicente Rojo comunica a la Junta de Defensa de Madrid que
escasean municiones básicas. Las tres cuartas partes de la Ciudad Universitaria
se encontraba en poder de las fuerzas atacantes. La confusión es tal que no se
saben las demarcaciones.
BIBLIOGRAFÍA
WikipediA
Crónica de la Guerra Española de la Editorial Codex, S.A.
Buenos Aires (Argentina)
Diversos capítulos de mis Blogs Personales: COSAS DE
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Ramón Martín
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