Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este. Pretendiente Carlista como Alfonso Carlos I, desde 1931 a 1936
Alfonso
Carlos de Borbón y Austria Este, duque de San Jaime y duque de Madrid,
nació en Londres, el 12 de septiembre de 1849. Era hijo de don Juan de Borbón y Braganza y de Su Alteza Real
doña María Beatriz de Austria-Este. Los primeros años de
su vida junto a su hermano Carlos en Módena y en la Corte de su tío el duque de
Módena Francisco V. Más tarde vivió en Praga y Viena junto a su tío el
emperador de Austria. Tras realizar un viaje a los santos lugares junto al
duque de Módena, el 29 de junio de 1868, ingresó, como soldado, en los Zuavos
Pontificios, donde en septiembre de 1870, durante el Sitio de Roma, encuadrado,
junto a otros españoles, en la sexta compañía, segundo batallón, se distinguió
como alférez en la defensa de la Puerta Pía. Al entrar las tropas garibaldinas
fue hecho prisionero y una vez liberado, partió hacia Tolón (Francia) desde
donde pasó a Vevey (Suiza) junto a su hermano Carlos. El 26 de abril de 1871 contrajo
matrimonio en Kleinheubach (Alemania) con María de las Nieves de Braganza,
hija del difunto rey de Portugal, don Miguel I
y de la princesa Adelaida de Löweinstein.
Al iniciarse las Guerras Carlistas, fue
nombrado por su hermano don Carlos María de
Borbón y Austria-Este (Carlos VII) general en jefe
del Ejército de Cataluña, adonde llegó a comienzos de 1873. Allí participó en la
toma de Ripoll, la toma de Berga, el ataque a Puigcerdá y la acción de Alpens.
Más tarde pasó a Navarra, tomando el mando de los ejércitos de Cataluña y Centro
a su vuelta. El primero de ellos, se lo encomendó al general Tristany para pasar
de Aragón a Valencia; participando en las acciones de Gandesa y Alcora, en los
dos ataques a Teruel y en la toma de Cuenca en julio de 1874. Organizó las
tropas de las provincias de Guadalajara y Cuenca que pasaron a las órdenes del
brigadier Villalain. Intentando seguir los planes que ideara Cabrera
en la primera guerra
buscó extender la lucha a otras zonas; para lo cual, organizó la expedición del
coronel Lozano hacia Alicante y Murcia; la del brigadier Villalain hacia Aranjuez,
e intentó, con escaso éxito que el coronel Madrazo, al mando de las fuerzas
aragonesas, obstaculizar las comunicaciones ferroviarias entre Madrid y
Zaragoza. Las expediciones tuvieron poco éxito y don Alfonso, tras entregar el
mando del Ejército del Centro, de forma interina al general Gerardo Martínez
Velasco, pasó el Ebro por Flix el 20 de octubre de 1874 con el batallón de
Zuavos y una escolta de fuerzas del Maestrazgo a las órdenes de Cucala. Desde
la Seo de Urgel ya ocupada por los carlistas pasó a Francia. Una vez acabada la
guerra, desde Francia, se retiró a Gratz (Austria). A lo largo de toda la
contienda, siempre contó, con la presencia de su esposa, María de las Nieves, la
cual recorrió todos los campos de batalla, con lo que alcanzó gran popularidad
entre los carlistas.
A partir de los años ochenta, su actividad se
centró en los viajes y la lectura. Inició en Europa una interesante campaña
antiduelista y publicó diversos artículos de política internacional en
periódicos como El Correo Español.
A la muerte de su sobrino don Jaime Pio de
Borbón y Borbón-Parma (Jaime II), hijo de Carlos VII,
en París el 2 de octubre de 1931 fue nombrado jefe de la Comunión
Tradicionalista y sucesor dinástico con el nombre de Alfonso Carlos I. En
este período hubo de solucionar los problemas provocados por la escisión
mellista, el integrismo, etc. Conseguida, poco antes del comienzo de la guerra
de 1936 la unión de los distintos grupos carlistas firmó la orden de
adhesión y levantamiento carlista en dicho conflicto.
Murió en un accidente en Viena el 28 de
septiembre de 1936 sin sucesor directo abriendo con ello un importante debate
interno en el seno del carlismo.
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