Witerico, rey Visigodo desde el 603 al 610
REINO DE TOLEDO
Nacimiento: Probablemente
el año 570.
Fallecimiento: En abril de 610.
Padres: Se desconocen.
Reinado: Desde el año 603 al 610.
Es
posible que perteneciera al linaje de los Amalos que, junto con los Baltos constituían
los linajes más nobles y prestigiosos entre los godos. Lo que si es seguro es
que su familia, en el último tercio del siglo VI, estaba asentada en Lusitania,
muy posiblemente en el territorio de Idanha-a-Velha y el valle del Coa. Es muy
probable que, debido a sus orígenes y destreza militar, y a pesar de su
juventud, ostentase el cargo de conde en una ciudad lusitana en 587. Esas
cualidades le hicieron ser uno de los miembros decisivos de una conjura de
nobles godos de Lusitania cuyo principal objetivo era asesinar el 18 de abril
del 587 a Masona, metropolitano católico de Mérida; siendo el segundo,
derrocar a Recaredo, para poner en su
lugar a Sega. El motivo era impedir que Recaredo cambiara la política
religiosa de su padre Leovigildo, debido a un pacto
con la jerarquía católica y subsiguiente conversión. Pero el primer objetivo
fracasó por la enérgica actuación del duque de Lusitania, Claudio.
La inmediata intervención de Witerico junto a Claudio desbarataron la
intentona de Recaredo.
Su
pertenencia al grupo nobiliario dinástico facilitó su golpe contra el joven Liuva
II, hijo y sucesor de Recaredo, que tuvo lugar entre el 12 de junio al
7 de julio de 603 su golpe contra el joven Liuva II. Tras inhabilitarle para
reinar con la ablación de la mano derecha y enviarle a un convento,
posteriormente, mandaría asesinarle. Sin embargo, no parece que Witerico
supusiera un cambio sustancial en la composición del grupo nobiliario que dirigía
la política goda desde Recaredo. Y carece de
fundamento la tesis consistente en que Witerico fuera representante de un
supuesto sector de la nobleza goda opuesta a la, cada día mayor, influencia de
la Iglesia y nobleza hispanorromanas.
Poco sabemos
de la política exterior de Witerico, quien, aunque no contó con las simpatías
de Isidoro de Sevilla, no cabe duda de que se caracterizó por su
energía frente a merovingios y bizantinos. Frente a los dominios imperiales
peninsulares, se aprovechó de la coyuntura favorable que representó la rebelión
y el caótico gobierno de Focas, entre los años 602 y 610, consiguiendo
estratégicas ganancias territoriales en la importante área del estrecho de
Gibraltar. Respecto a los francos, trató de seguir la política de Recaredo, consistente en buscar
apoyos para su familia y la seguridad de la Narbonense mediante alianzas con
las corte de Burgundia. A tal fin en 607 se habría pactado el matrimonio entre Teodorico
II de Borgoña y Ermenberga, hija de Witerico, pero el matrimonio
sería desbaratado por la madre del novio, la influyente Brunequilda, como
venganza por el asesinato de Liuva
II. Una afrenta que Witerico trató de compensar aliandose con los
enemigos de Brunequilda: Clotario II de Neustria, Teudeberto
de Austrasia y el longobardo Agiulfo —el apoyo de este
último buscado por su guerra contra los bizantinos—, una alianza que no daría los
frutos esperados.
Con el
paso del tiempo, la política desarrollada por Witerico de afirmar el poder real
frente a la nobleza laica acabaría por crear una peligrosa oposición, que el
Rey no pudo conjurar. En abril del 610 Witerico era asesinado en un banquete a
causa de una conjura tramada en seno de su propia facción nobiliaria.
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