Teatro de la Ópera de Sidney
Es una
construcción con un diseño innovador, está formado por una serie de grandes
conchas, cada una tomada de la misma semiesfera, que forman los tejados de la
estructura, que se apoya en 580 pilares hundidos hasta una profundidad de 25
metros bajo el nivel del mar. La estructura de los tejados, las comúnmente denominadas
cáscaras, están formadas por paneles prefabricados de hormigón que se
apoyan en costillas, asimismo prefabricadas del mismo material. Están
recubiertas con 1.056.006 azulejos de colores blanco y crema, formando un
patrón en "V" invertida; aunque, desde la distancia, parecen de color
blanco uniforme. Los azulejos están diseñados para que se limpien solos.
Los dos grupos
mayores de bóvedas que forman el techo pertenecen al Salón
de Conciertos y al Teatro de la Ópera. Los otros salones tienen como
techo las agrupaciones de bóvedas de menor tamaño. Un grupo más
pequeño de cáscaras se encuentra a un lado de las entradas y de la escalinata
monumental y del restaurante de Bennelong. El interior del edificio es de granito
rosa, procedente de la región de Tarana, mientras la madera proviene de Nueva
Gales del Sur.
La idea de construir un teatro de ópera en Sídney
viene de los años 40 del pasado siglo XX, cuando Eugene Goossens, director del Conservatorio
de Música de Sídney en el estado de Nueva Gales del Sur sostuvo la idea de
que la ciudad necesitaba un lugar para las grandes producciones de teatro, ya
que, en esa época, las producciones teatrales se efectuaban en el Ayuntamiento
de Sidney, un espacio insuficiente para este tipo de producciones. En 1954, Goossens
tuvo éxito obteniendo el apoyo del primer ministro del estado, Joseph Cahill,
quien solicitó diseños para construir un edificio dedicado expresamente para
albergar el teatro de la ópera. Goossens insistió en que el edificio se
construyera en la península de Bennelong Point, sobre la bahía de Sidney, en contra
de la opinión del primer ministro Cahill, que opinaba que era mejor
instalarlo en las cercanías de la estación de ferrocarril de Wynyard, para facilitar,
de esta forma, su acceso.
El concurso se inició el 13 de septiembre de 1955.
Los proyectos especificaban que debía contener una sala con capacidad para 3000
butacas y otra de menor tamaño para 1200 butacas, además espacios para grandes
óperas y otros eventos. En 1957, se anunció el diseño ganador, proyecto de Jorn
Utzon, un arquitecto danés. En el terreno escogido, se encontraba el antiguo
Fuerte Macquarie, que debió ser demolido en 1958. Al año siguiente comenzó
formalmente la construcción El proyecto fue ejecutado en tres etapas:
Primera etapa: El podio. Comenzó el 5 de diciembre de 1958 y se terminó el 31 de agosto de 1962. El
comienzo prematuro de la obra condujo a problemas finales, como la construcción
de las columnas del podio que debían sustentar el techo, por lo que la cubierta
tuvo que ser rediseñada
Segunda etapa: Las bóvedas externas. Estaba inicialmente definida geométricamente, pero, desde el
principio del diseño, las bóvedas fueron proyectadas como unas
parábolas apoyadas por una estructura prefabricada de costillas.
Más tuvieron que encontrar una forma de construir las bóvedas de
forma prefabricada. Usar un encofrado "in-situ" habría acarreado un
costo desmesurado. Se barajaron diferentes opciones antes de hallar una
solución. La forma esférica fue la finalmente usada en el diseño final.
Tercera etapa: interior. La tercera etapa de construcción estuvo destinada a los interiores, comenzando
en febrero de 1963, pero en 1965, Utzon fue despedido y su cargo
fue asumido por Peter Hall.
El Teatro de la Ópera fue terminado oficialmente en
1973, con un coste de 102 millones de dólares. Fue inaugurada de manera oficial
por la reina Isabel
II el 20 de octubre de 1973 junto con el duque
de Edimburgo. Se representó la 9ª Sinfonía de Beethoven.
La primera representación pública se realizó el 28 de octubre, con la
presentación de la ópera La Guerra y la paz de Serguéi Prokófiev.
Se ha transformado en un punto de referencia y encuentro de gran importancia,
siendo incluido durante los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, dentro de
la ruta que seguiría la antorcha olímpica en su camino hacia el estadio
olímpico.
Ramón Martín
Esa arquitectura es una maravilla, gran post.
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