Blanca de Castilla, esposa de Luis VIII, rey de Inglaterra

    La reina nace en Palencia, el 4 de marzo de 1188, es la quinta de los hijos nacidos del matrimonio formado por Alfonso VIII, rey de Castilla y Leonor de Plantagenet; fue criada por Sancha López, pasando a ser educada en la casa de Pedro Rodríguez de Castro, rival de Los Lara. Pronto dieron comienzo las negociaciones para matrimoniar en el Tratado de Goulet, celebrado el 22 de mayo de 1200, como prenda de paz entre el rey de Inglaterra, Juan sin Tierra y Felipe Augusto rey de Francia. En ella se acordaba el matrimonio de Blanca de Castilla, que era sobrina del rey inglés, con Luis, hijo y heredero del monarca francés. La abuela materna de Blanca, Leonor de Aquitania, se trasladó a Castilla, para recoger a su nieta y trasladarse a Burdeos el 9 de abril de 1200; una vez allí, doña Blanca, continuó viaje sin su abuela, llegando a París, el 22 de mayo de 1200, donde se celebró la boda, con tan solo doce años.

    En Francia permanecería Blanca el resto de su vida, manteniéndose en continuo contacto con sus padres y su hermana Berenguela; la cuál la informaba de todos los hechos que se iban produciendo en Castilla, como una interesante narración de la batalla de Las Navas de Tolosa. Durante veintitrés años, hasta la muerte de Felipe II Augusto, doña Blanca fue solamente la esposa del heredero a la corona francesa; en 1223 su esposo Luis VIII accedía al trono, Trono que solo ocupó hasta 1226, en que murió, sucediéndole su hijo Luis IX, san Luis, con solo doce años, ya que había nacido el 25 de abril de 1214. Por lo cual, la regencia recayó en doña Blanca, que tuvo que hacer frente a algunas rebeldías de la nobleza, que quisieron aprovechar el teórico vacío de poder de una regencia femenina.

    Pero se enfrentaron con una enérgica doña Blanca, que con decisión y tacto supo apaciguar el reino, entregándoselo totalmente pacificado a su hijo, una vez que éste alcanzó la mayoría de edad. Durante esta regencia concluyó con la guerra de los albigenses y restituyó el Languedoc a Francia, ganándose fama de excelente gobernante. A lo largo de los años de reinado de Luis IX fue una de las más activas colaboradoras de su hijo.

    En 1248, marchó san Luis a la cruzada, dejando el gobierno de Francia en las expertas manos de su madre. Esta segunda regencia tan solo duró cuatro años, pues el 27 de noviembre de 1252 ─el mismo año en que moría su sobrino Fernando III─ fallecía doña Blanca en la abadía de Maubuisson, donde fue sepultada.

    Además de san Luis fueron hijos suyos: Juan, conde de Anjou y de Maine; Carlos, conde de Anjou y rey de Nápoles; Alfonso de Poitou, que casaría con la heredera de Tolosa; y Roberto de Artois.

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