Castillo de Castellet
Situado en una elevación del terreno,
dentro de un meandro del río Foix. Es claro que es el lugar idóneo para
construir un castillo que defienda y controle la zona y sus caminos. Por eso
fueron los íberos los primeros en construir una fortaleza, con el objetivo de
controlar su, recién creada, vía Heraclia, que atravesaba el país de
norte a sur; fortaleza que fue conservada, posteriormente, por los romanos.
Con el paso del tiempo fue adquiriendo mayor
importancia, sobre todo al construir los romanos la vía Augusta, que seguía
un recorrido parecido al de la vía Heraclia. Durante todo ese tiempo carecemos
de noticias y datos del castillo, es en el siglo X, cuando comienzan a aparecer
documentos referidos al mismo. Dicha documentación nos detalla el terreno que
estaba bajo su dominio, y nos explica que en el año 977, tanto el castillo como
su término, pertenecían al conde de Barcelona BORRELL
II, éste el 11 de junio de ese año vendió el Castellet a Unifred Amat,
que era de una familia poseedora de extensas posesiones en el condado, y que
con el tiempo serían los fundadores del linaje de los Castellvell. En documentos
posteriores, aparece un nieto de Unifred Amat, me refiero a Bernat Otger de
Castellet. En el año 1076, su hijo Rotllan Bernat, vende una parte
del castillo al conde RAMÓN
BERENGUER I. En el año 1099, aparece como nuevo señor feudal del castillo Pere
Bertran de Castellet.
En el testamento de Berenguer de
Castellet, del 18 de agosto de 1206, este canónigo de la Catedral de Barcelona
deja a su hermana Saurina, el palatium de Castellet. Saurina en
septiembre de 1229, intercambió derechos de sus respectivos términos con Ferrer
de san Martí, y por estas mismas fechas el rey JAIME
I, confirma los derechos de Saurina sobre el castillo. En abril de 1307, Bertran
de Castellet, que era hijo de Gispert de Castellet, hace juramento y
homenaje al rey JAIME
II. En el año 1405, la familia Torrelles, adquirió los derechos
sobre la fortaleza, al comprar a Blasco de Castellet, el feudo de
Castellet, y al rey MARTÍN
EL HUMANO, la jurisdicción. A partir de aquí se suceden las ventas y, por
consiguiente, pleitos por la posesión. Los Torrelles, los Requesens y los
Peralta, que se prolongarán durante casi medio siglo. Gracia Román y de
Peralta, viuda de Guillermo de Peralta, tuvo que enfrentarse a una
serie de pleitos, en una época en que las mujeres contaban poco, pensaron que
pronto claudicaría. Pero no fue así, y Gracia defendió los derechos de su hijo Benet
de Peralta, con gran ahínco, aunque cansados de tanto pleito, entregaron
Castellet a su sobrina Ángela Aguilar, el 3 de noviembre de 1550.
En 1606 es señor de Castellet, Francesc
d’Aguilar y de Peralta, y unos años más tarde, en 1615, su viuda María d’Aguilar
y de Icart, hace un inventario de sus bienes, y por su descripción,
deducimos que ya no estaba en su época de esplendor. El castillo pasó a la hija
de estos, Dionisia d’Aguilar, pero esta murió joven, y su marido Cristòfor
de Icart, con el que había casado en 1616, quedó como administrador de del
derechos de su hija María d’Icart, pasando de los Aguilar a los Icart,
aunque, posteriormente, pasará de los Icart a los Queralt, condes de Santa
Coloma. En 1815 Joan de Queralt era el señor de Castellet, y se encontraba
en estado ruinoso.
En el año 1923, llega a manos de Josep de Peray y March, archivero diocesano de Barcelona, que emprende una restauración neogótica, entre los años 1928 a 1930. El año 1999 es adquirido por la empresa Acesa, que realizó una cuidadosa rehabilitación, para instalar en el la sede de la Fundación Abertis.
En 1996, en una asignatura de proyectos de la ETSAV, se trabajo la reforma y ampliación del castillo como centro de reuniones y hotel, está claro que los profesores de la asignatura tenian interés... Yo participé como alumno...
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