José Díaz Ramos
Nacido
en Sevilla el 3 de mayo de 1896. Hijo de panadero, comenzó a trabajar con once
años, en el mismo oficio que su padre. Pronto ingresó en la Confederación
Nacional de Trabajadores (CNT), llegando a ser el responsable en el
sindicato de panaderos, en la capital andaluza cuando solamente contaba
dieciocho años. Como otros jóvenes anarcosindicalistas y comunistas, estuvo
envuelto en incidentes violentos entre 1917 y 1923. Iniciada la dictadura de PRIMO
DE RIVERA, pasó a la clandestinidad.
En 1925
fue preso en Madrid y, dos años más tarde ingresó, junto con los principales
sindicatos de la CNT de Sevilla, en el Partido Comunista de España
(PCE). En marzo de 1932, durante el IV Congreso del Partido, reunido en
la capital andaluza, fue elegido para el Comité Central. Seleccionado
por Victorio Codovilla, delegado de la Internacional Comunista, junto
con otros elementos destacados del sindicalismo sevillano para formar un nuevo
equipo dirigente capaz de sustituir a Bullejos y su grupo. Así se vio promovido
a la condición de Secretario General del PCE, pero la dirección efectiva quedó
en manos de Codovilla, quien la ejerció con excesiva autoridad, entre finales
de 1932 y el verano de 1937. Entonces, la dirección de la Internacional
Comunista consideró conveniente reemplazarlo por el italiano Palmiro Togliatti “Ercoli”.
José
Díaz
tenía la absoluta convicción de que ni la Internacional Comunista ni Stalin
podían equivocarse, mostrando una total disponibilidad a asumir las decisiones
que vinieran de la Internacional y, en definitiva, de Stalin. Tanto él como IBÁRRURI
estuvieron totalmente identificados con la línea del Frente Popular, adoptada
por la Internacional Comunista en julio de 1935, y que fue obra del búlgaro
Georgi Dimitrov, con el beneplácito de Stalin. También fueron después los
principales símbolos de la política de resistencia a ultranza en el bando
republicano durante la Guerra Civil.
Sin
embargo, la nueva doctrina del Frente Popular contenía unos elementos de
relativa contradicción y más complejos que la doctrina de la dictadura del
proletariado. Implicaba prescindir de un argumento capital de la línea política
anterior, consistente en definir a los partidos socialistas como
“socialfascistas”. Esto chocaba con los esquemas doctrinales de Díaz e IBÁRRURI.
De ahí que fueran Manuilski, Stepanov (Stoian Meneev), Codovilla y Togliatti
los responsables de la nueva política comunista en la ideología. Díaz e IBÁRRURI
limitaron su papel al de portavoces convencidos, en nombre de los comunistas
locales. Éstos mostraron una marcada proclividad hacia los aspectos más leninistas
de la política del Frente Popular; por ejemplo, la consecución de la unidad con
los socialistas, para forjar el partido único leninista-estalinista de la clase
obrera. Al mismo tiempo promovían la unidad sindical, bajo el mando de ese
único partido. El PCE mostraba su impaciencia por implantar lo antes posible el
“Gobierno obrero y campesino”, y saltar cuanto antes a la dictadura del
proletariado en forma de soviets. De esta forma, la alianza política entre
partidos de izquierda quedaba en un segundo plano. Estas preferencias de los
comunistas españoles los acercaban a los representantes más ortodoxos de la
Internacional, como Manuilski, Stepanov o Codovilla, y les distanciaban del más
sutil y matizado Togliatti, que era visto con bien disimulada desconfianza por DOLORES
IBÁRRURI.
De salud delicada, pues padecía una grave afección de hígado, Díaz sufría bajas frecuentes. De hecho, salió de España rumbo a Moscú, en enero de 1939, antes que el resto de la dirección comunista. Allí fue operado en Moscú y, desde allí, secundó la opinión de Stalin de que el PCE había sido vacilante ante el golpe de CASADO; aunque el propio dictador también había vacilado, al abogar en febrero de 1938, por la salida del PCE del gobierno del Frente Popular. Roto el Pacto germano-soviético e iniciado el ataque alemán a la Unión Soviética, Díaz fue evacuado a un hospital en Tiflis (Georgia) en 1941. Allí se suicidó el 20 de marzo de 1942.
Interesante la biografía de José Díaz, dirigente comunista hoy día muy olvidado o arrumbado por los herederos del histórico partido. No sé si cabría hacer alguna analogía entre el ayer y el hoy. Bueno, es pronto, habrá que dejar tal trabajo a los historiadores del futuro.
ResponderEliminarBuenos días y un fuerte abrazo
Gracias por tu comentario Juan Carlos. La Historia es Historia y no hay que olvidar a las personas que la han ido haciendo día tras día.
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