Palacio de Carlos V en Granada


            Nada más atravesar la Puerta de los Carros o la Puerta de la Justicia, del recinto de la Alhambra, nos encontramos con este palacio.

            Tras la toma Granada en 1492, esta fue incorporada a la Corona de Castilla, con lo que la ciudadela de la Alhambra pasó a formar parte del patrimonio Real. Los palacios fueron sometidos a un proceso de reformas para adaptarlos a los nuevos usos, tanto militares como residenciales, y aunque, los Reyes Católicos, intentaron respetar la herencia islámica, con la llegada de Carlos I, esto cambió. El ya emperador, Carlos V, mandó construir una residencia imperial que, tardó cuatro siglos en finalizarse.

            El palacio, de estilo renacentista, no se sabe a ciencia cierta, quién fue realmente el arquitecto, lo cierto es que, Pedro Machuca y su hijo Luis, son los que las dirigieron hasta 1572. El palacio es de planta cuadrada, con 63 metros de lado, sobre la que se inscribe un patio circular porticado de 30 metros de diámetro. Cuenta con dos plantas separadas por cornisas.


            La planta inferior, presenta una fachada toscana con sillares almohadillados, labrados a la rústica, excepto en la parte norte. La fachada presenta vanos abiertos rectangulares, con otros circulares encima. Son de destacar, los relieves con motivos militares, alusivos a la paz y la guerra, que posiblemente, hagan referencia a la guerra de Túnez de 1535.


            En la planta superior predominan las pilastras que se alternan entre las numerosas ventanas. Destacan las esculturas en relieve, representando escenas mitológicas de Neptuno y Anfitrite.


            En lo referente a las portadas del palacio, las dos tienen elementos comunes. La portada del lado occidental, la principal, es de orden dórico, con cuatro grupos de columnas dobles estriadas, las bases y capiteles están adornados con bajorrelieves. Entre las columnas se abren tres puertas: la central sirve de apoyo a la estatua de una mujer que sostiene una granada y extiende la otra en ademán de señalar. Las otras dos puertas, más pequeñas, están adornadas con grupos de frutas en ménsulas, con medallas en sus tímpanos. Sobre estas portadas aparecen medallones enmarcados en piedra serpentina.

            La otra portada, consta de dos medias columnas jónicas que flanquean el vano de acceso adintelado, coronado por un frontón triangular. Sobre ellas se ejecutan molduras embellecidas con bajorrelieves. La parte superior, se centra en un arco serliano sobre columnas corintias, con algunos grabados. El arco queda delimitado por dos pares de medias columnas, similares a las de la planta inferior. 

            En el plano con el que se comenzó a levantar el palacio, el mismo llegaba hasta lo que es hoy el Patio de los Aljibes. Antes de entrar, se pasaría por una espectacular galería de arcos, galerías que se comenzaron a construir, ya que se puede apreciar el arranque de un arco en algunas sillerías. Los proyectos eran varios. Por un lado, Carlos V, quería construir un palacio residencial, con amplias estancias, mientras que Machuca tenía una idea menos práctica, y más estética, con habitaciones más pequeñas, y situando las viviendas de la Corte en otras dependencias de la Alhambra.

Las obras sufrieron retrasos, al tiempo que se reducía el espacio del proyecto, esto se debía al descontento de Carlos V y de la emperatriz Isabel, que veían este palacio muy incómodo por sus pequeñas habitaciones. También fueron determinantes la escasez de medios destinados a su construcción, por las continuas guerras. La llegada de Felipe II al trono, supuso el casi completo abandono del palacio, pues éste se centró en la construcción del Escorial, por lo que quedaron paralizadas las obras, desde 1637 hasta el siglo XX. A finales del siglo XVIII se pretendió crear un colegio destinado a la formación de nobles procedentes de las posesiones españolas en América y Filipinas. Se le encargó el proyecto al ingeniero Domingo de Velestá y al arquitecto José Martín Aldehuela. Este proyecto incorporaba, entre otras reformas, la incorporación de decoraciones, elogiando a su promotor, Carlos IV, y aumentar una planta más, que estaría destinada a albergar, un gran dormitorio circular sobre la galería del piso principal, que pudiera acoger entre 50 y 80 alumnos. El elevado coste de las obras, fue el motivo para abandonar el proyecto de crear este colegio.



            En 1798, el Gobierno se planteó la posibilidad de crear una escuela militar de ingenieros. Se propusieron tres posibles emplazamientos: el inacabado Palacio de Carlos V, el Alcázar de Toledo y el palacio arzobispal de Talavera de la Reina. De las tres, Granada, por su situación estratégica, era la predilecta. Tomándose la decisión de que fuese Granada la sede, mientras durara la guerra con Inglaterra. Pero la falta de fondos económicos provocada por la desamortización de Godoy hizo frenar este proyecto. Posteriormente llegaron los franceses que invadieron Granada y utilizaron el Palacio de Carlos V como almacén de artillería y no es hasta mediados del siglo XX cuando se culminan por fin las obras.

           
Fuentes: WikipediA, Rincones de Granada, Patronato de la Alhambra y Tu Granada. Imágenes Pinterest.

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