Carlos IV y su familia, homenajeados por la Universidad de Valencia de Vicente López Portaña




Realizado en 1802, es un óleo sobre lienzo de 350,5 x 250,5 cm. 

Durante su visita a Valencia en 1802, la Universidad Literaria de esa ciudad regaló al monarca este cuadro que muestra a la propia Universidad, encarnada en una joven matrona, presentando a la Familia Real a las distintas facultades: Teología, Derecho, Filosofía y Medicina. Los acompaña la diosa Minerva, que señala hacia la Paz, la Victoria y la Abundancia, que sobrevuelan la simbólica recepción. 

La Familia Real está compuesta por la reina María Luisa de Parma, vestida a la moda imperio, como el resto de las damas de la familia. Abraza al infante Francisco de Paula Antonio. En pie, el rey Carlos IV, oculta su mano izquierda tras el sable y se apoya con la derecha en un bastón. A la derecha está el príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII. Entre los dos personajes reales aparece retratada la infanta María Antonia de Nápoles, primera esposa de Fernando VII y, por tanto, princesa de Asturias. Detrás, en el extremo izquierdo de la composición, asoman las cabezas del infante Carlos María Isidro y su hermana María Luisa, reina de Etruria. Detrás de Carlos IV, su hermano Antonio Pascual de Borbón y Luis de Parma, rey de Etruria y esposo de la infanta María Luisa

Tan aparatosa composición alegórica con los retratos de la real familia fue encargada a Vicente López por Vicente Blasco García, rector de la Universidad Literaria Valenciana, a mediados de 1802 para ser ofrecida como obsequio a Carlos IV en nombre de la institución, con ocasión de la visita de la Familia Real iba a efectuar a Valencia, a su paso por la capital valenciana de camino a Madrid, a su vuelta de Barcelona, donde se habían celebrado los desposorios del príncipe de AsturiasFernando, con María Antonia de Borbón

En efecto, la visita se llevó a cabo el 25 de noviembre de ese año y le fue obsequiado al monarca el cuadro, lo que, además de suponer el halago universitario a la Familia Real, significó la carta de presentación idónea de su autor para darse a conocer ante el rey e iniciar el contacto con la Real Casa, que le supondría el principio de la carrera palatina que habría de culminar años después con el cargo de primer pintor de cámara de Fernando VII


Fuente Museo del Prado 
Imagen Foro Xerbar

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