Hablando de don Fernando VII

    Taimado, hipócrita, vengativo, cruel, desconfiado de todos y de todo. Decir que representa lo peor de todas las monarquías españolas es mucho decir, porque desde la Edad Media hasta hoy ha pasado mucho tiempo. Pero desde luego, en mi opinión, es el peor representante de los Borbones españoles. Por su personalidad, por su forma de gobernar, pero ante todo, por la represión que ejerció ante un pueblo que, en su mayoría, le tituló como: “El Deseado” que marcó la historia española. Pensaba que gobernar era imponer su autoridad ante todos.

    Los españoles que se levantaron en armas contra los franceses, había tomado a Fernando VII como símbolo de unión e independencia de España, y él supo aprovechar esta propaganda gratuita, mientras se sometía al emperador francés que, por cierto, no le soportaba. Era un individuo que no mostraba, ante sus superiores, lo que pensaba, siendo imperativo y cruel, ante los débiles.

    Traicionó a sus padres, Carlos IV y María Luisa de Parma; traicionó a sus mentores y amigos cada vez que se descubrían sus conspiraciones; engañó a sus mujeres con numerosas amantes; utilizó a su hermano, Carlos María Isidro; embaucó a liberales y realistas continuamente; y consiguió sin embargo la consideración del pueblo español, que lo vio como un monarca inocente y virtuoso.

    La imagen positiva del rey caló porque las condiciones eran trágicas, aunque va desapareciendo entre los liberales, la masa seguirá viendo a Fernando VII como ese rey deseado, ese príncipe inocente y virtuoso.