Álvaro de Albornoz Liminiana. 167º Presidente de 1947 a 1949; 168º de 1949 a 1951
Durante la Presidencia de Diego Martínez Barrio (1945-1962) en la Segunda república en el Exilio (1939-1977), cuarto Presidente desde agosto de 1947 a 1949; y quinto desde 1949 a enero de 1951.
Nacido
en Luarca (Asturias), el 13 de junio de 1879. Estudió leyes en
Oviedo y en Madrid, en ésta última estudió en la Institución Libre de Enseñanza,
siendo discípulo y gran amigo de su maestro Giner de los Ríos. Después de ejercer
la abogacía en Oviedo, en el año 1909 ingresó en el Partido Republicano Radical,
presidido por Alejandro Lerroux. En el año 1910, enviado por Lerroux a
Zaragoza, fundó el rotativo La Correspondencia de Aragón, consiguiendo ese
mismo año el acta de diputado por Zaragoza. En 1912, regresó a Madrid para seguir
ejerciendo de abogado, sin interrumpir sus colaboraciones con varios periódicos
de la capital. Dicha actividad periodística la mantuvo incluso en los años de
la censura de prensa decretada por el general Primo de Rivera, lo que le
costó visitar la cárcel en varias ocasiones. En el año 1929 fundó, junto
a Marcelino Domingo y Victoria Kent, el Partido Republicano
Radical-Socialista, distanciándose de esa manera de las tendencias cada vez más
conservadoras y derechistas del partido presidido por Alejandro Lerroux.
Álvaro
de Albornoz fue uno de los cabecillas y promotores que llevó el 12 de diciembre
del año 1930 al capitán Fermín Galán a proclamar la República en la
guarnición de Jaca. El 19 de abril del año 1931 al instaurarse la Segunda República,
el gobierno provisional, presidido por Niceto Alcalá-Zamora, lo nombró
ministro de Obras Públicas y Fomento. En los dos siguientes gobiernos
republicanos, presididos por Manuel Azaña, estuvo al frente del ministerio
de Justicia. Durante su mandato en la cartera de justicia se preparó la Ley del
Divorcio, la abolición de la pena de muerte y otras reformas progresistas
importantes.
Durante
la discusión y elaboración del proyecto constitucional, entre agosto y
diciembre del año 1931, se mostró a favor de la disolución de las órdenes religiosas,
la nacionalización de sus cuantiosos bienes y de la retirada de cualquier ayuda
económica a la Iglesia. En el año 1932 presentó al Congreso su proyecto de Ley
de Congregaciones Religiosas, por el que se prohibió a la Iglesia ejercer
cualquier tipo de enseñanza en las escuelas públicas.
En
el año 1933 fue nombrado presidente del Tribunal de Garantías Constitucionales,
del que dimitió en octubre del año 1934, por estar en total desacuerdo con la
brutal represión que ejerció el gobierno en la revolución de los mineros de
Asturias. En el año 1936 fue nombrado embajador del gobierno republicano en
París.
Al
acabar la Guerra Civil Española se exilió en México. En el año 1945 fue
nombrado presidente del gobierno republicano en el exilio, cargo en el que
permaneció hasta el año 1951, tras dimitir por presiones y censuras internas.
Durante su presidencia en el exilio, Álvaro de Albornoz se esforzó por recabar
toda ayuda internacional posible para restaurar la democracia en España, en un
intento vano de aislar políticamente al régimen del dictador Franco. Pero sus esfuerzos fracasaron cuando la O.N.U votó, en mayo del año
1949, la libertad de sus adheridos para restablecer relaciones diplomáticas con
la España franquista. Álvaro de Albornoz y Liminiana murió en México, el 22 de
octubre de 1954.
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