Antonio Maura y Montaner. 100º Presidente de 1903 a 1904; 109º de 1907 a 1909; 120º en 1918; 123º en 1919; y 129º de 1921 a 1922

Durante el reinado de Alfonso XIII ((1902-1931) fue el tercer Presidente del Consejo de Ministros desde el 15 de diciembre de 1903 al 16 de diciembre de 1904; el decimosegundo desde el 25 de enero de 1907 al 21 de octubre de 1909; el vigesimotercero desde el 22 de marzo al 9 de noviembre de 1918; el vigesimosexto desde el 15 de abril al 20 de julio de 1909; y el trigesimosegundo desde el 14 de agosto de 1921 al 8 de marzo de 1922.

Antonio Maura y Montaner, nació en Palma de Mallorca, el 2 de mayo de 1853. Estudió derecho en Madrid, casándose en 1878 con una hermana de Germán Gamazo, que era uno de los más destacados políticos del Partido Liberal. Comenzó su carrera política de la mano de su cuñado. En 1881 es elegido diputado por Palma de Mallorca. En 1886 es nombrado vicepresidente del Congreso y, seis años más tarde, ocupa el cargo de ministro de Ultramar.

    Desde el ministerio de Ultramar publicará varios decretos sobre la administración municipal de las Islas Filipinas, presentando, así mismo, un Proyecto de Ley para el gobierno y administración civil de Cuba y Puerto Rico, en el que se distribuían las competencias entre la administración central y los respectivos gobiernos insulares. Las polémicas y la gran oposición al proyecto provocaron la dimisión de Maura. En 1885 vuelve a formar parte del gabinete de Sagasta, haciéndose cargo de las carteras de Gracia y Justicia.

    El desastre de 1898 le hizo adoptar una actitud de censura contra la política de la Restauración. Su doctrina política se basó en lo que el mismo denominó "revolución desde arriba", como solución para evitar el desarrollo de un proceso revolucionario. Según Maura, era imprescindible, realizar reformas que se basaran en una radical moralidad, y que se llevaran a cabo por un gobierno que fuese capaz de mantener con energía el principio de autoridad.

    Tras la muerte de Gamazo, pasó a liderar el Partido Liberal, hasta 1902, año en que se incorpora al Partido Conservador. Formó parte del Gobierno de Silvela, ocupando la cartera de la Gobernación. Y en 1903 se hizo cargo de la dirección de las elecciones municipales. La intención de acabar con la corrupción, mediante el ataque a las bases del caciquismo local, provocó una fuerte oposición contra su persona.

    Este mismo año, tras la dimisión de Silvela, se hace cargo de la jefatura del Partido Conservador, y, en el mes de diciembre, es el encargado de formar gobierno. Desde su nueva posición, elabora un proyecto de administración con tendencias regionalistas, con el objetivo de resolver el problema catalán y acabar con la corrupción electoral. Su proyecto y las continuas divergencias con el rey Alfonso XIII le procuraron fuertes enemistades, por lo que presentó su dimisión a finales de diciembre de 1904, año en el que también fue objeto de un atentado en Barcelona.

    En 1907 se le llama de nuevo para formar gobierno. Puso en práctica una amplia reforma legislativa que afectó, a la Ley Electoral y a la Ley de Huelga. En política exterior asumió la negociación de los acuerdos de Cartagena, en los que España, Francia e Inglaterra reconocen su interés común en el Mediterráneo. También reorganizó la Marina, lo que le creó gran impopularidad entre el sector de la industria naval. Y realizó fuertes campañas contra el terrorismo catalán. La brutal represión que hace su gobierno en la "Semana Trágica de Barcelona", en 1909, fue el motivo inmediato para su dimisión. Al año siguiente volvió a sufrir un atentado en la Ciudad Condal. En 1913 renunció a su cargo de jefe del Partido Conservador. A partir de este momento, se convirtió en el "gran solitario" y se mantuvo apartado del poder durante largo tiempo.

    En 1918, ya como jefe del Partido Maurista, es llamado por el Rey para presidir un Gobierno de Concentración, que fracasó. Posteriormente, tras el "Desastre de Annual", en Marruecos, el 21 de julio de 1921, Maura volvió a acceder al poder, ocupándose del Ministerio de la Guerra: sus intentos por solucionar el desorden en Marruecos serían fuertemente contestados por las Juntas Militares, lo que, unido a los escasos resultados en su gestión, provocaría de nuevo su dimisión. Alejado de la política, murió en su casa de la localidad madrileña de Torrelodones, el 13 de diciembre de 1925. Legó, además de sus interesantes reformas, una gran cantidad de discursos, fruto de su excelente oratoria.
Ramón Martín

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