La Masía de Joan Miró
Realizado entre 1921
y 1922, es un óleo sobre lienzo de 123,8 X 141,3 cm. Arte surrealista. Se
encuentra en la Galería Nacional de Arte de Washington D.C. (Estados Unidos de
Norteamérica).
La Masía se enmarca en un
momento de transición en la obra de Miró, en plena evolución desde un estilo más figurativo hacia un
lenguaje simbólico y surrealista. Este periodo coincidió con el esplendor de
las Vanguardias artísticas en Paris. En este momento Miró empezó a relacionarse
con grandes figuras como Pablo Picasso y los surrealistas liderados por André
Breton.
Aunque el pintor nació en
Barcelona, su vida particular y pictórica está relacionada con el mundo rural,
especialmente el de la población de Montroig. Desde sus primeras obras ya
muestra una influencia en los paisajes y personajes del mundo que visiona durante
los veraneos en las tierras de Tarragona. Esta vinculación con la tierra se
puede apreciar en las pinturas realizadas entre los años 1918 y 1924 como Huerto
con asno de 1918 o Montroig, la iglesia y el pueblo de 1919. La obra
de La masía la empezó en un verano, al regreso del primer viaje de París,
en Montroig, la continuo en Barcelona y la acabó en París. Era una época en la
cual, establecido en París, hacía algunos viajes, sobre todo en el verano, a
Montroig.
La observación de todo lo que
le rodea y de las luces sobre las rocas y árboles, que cambiaban en determinados
momentos por la luminosidad del sol, hacían que el artista se sintiera atado al
elemento de la tierra. En un sentido metafórico de Miró la tierra es uno de los
puntos cruciales de su obra. Su universo personal se sublima en esta pintura.
La composición está organizada en franjas horizontales, muy inspirada en la
pintura románica catalana. La aparente simplicidad de la técnica para hacer las
formas utilizando colores básicos para representar objectos y animales es la
clave en su estilo pictórico, que caracteriza su obra. A lo largo de su carrera
ira refinando este aire naíf que presentas los objectos en cuanto entre en
contacto con los surrealistas.
Finalizó esta pintura en
París, ya que por esos años residía en la capital de Francia, donde ocupaba el
estudio cedido por Pablo Gargallo y solo iba a pasar los veranos a la finca
familiar en Montroig del Camp. Por necesidad económica, inició un recorrido
entre marchantes para poder venderla. Léonce Rosenberg, que se ocupaba de las
pinturas de Picasso, accedió a tenerla en depósito, y al cabo de algún tiempo y
ante la insistencia de Miró, le sugirió al artista dividir la tela en trozos
pequeños para que fuera más fácil su venta. Miró, enfadado, recogió la tela y
se la llevó a su taller. Se hizo cargo de la pintura Jacques Viot, de la
galería Pierre, que después de unos tratos se la vendió al escritor Ernest
Hemingway por cinco mil francos.
Miró utilizó posteriormente
la zona de Montroig en otras obras, como Tierra labrada y Paisaje
catalán (el cazador), que, junto con La masía, se puede ir
observando en ellas la sucesión en la transformación de la formas figurativas
en otras planas donde hay toda clase de simbología y grafismo.
Ramón Martín
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