San Pascual adorando el Sacramento de Luca Giordano
Realizado hacia 1692
Óleo sobre lienzo de
179 X 132 cm
Depositado en otra
institución
El santo, arrodillado, adora el
Sacramento con las manos extendidas en actitud de plegaria. La escena tiene un
ambiente nocturno, cuya única luz procede de la divinidad. En el plano
superior, unos angelitos indudablemente giordanescos contemplan a san Pascual.
Procede del Museo de la Trinidad,
sin que sea posible dar cuenta de su origen concreto. En los inventarios de
conventos amortizados, se citan varias pinturas con este santo, aunque los
datos proporcionados no permiten su identificación. Por otra parte, en el
inventario del Museo correspondiente a 1854 se describía como: «Sn Diego de Alcalá
arrodillado adorando el Sacramento» (Inventario general de pinturas: Museo
de la Trinidad), muestra evidente de las dudas existentes para identificar su
iconografía, dudas cuyo origen podría proceder de los inventarios de la
Trinidad, haciendo todavía más incierta su identificación. De cualquier manera,
en los sucesivos inventarios redactados con motivo de la formación o exhibición
del Museo de la Trinidad, no se cita ninguna pintura con este tema atribuida al
napolitano, asunto que hace imposible reconocer su origen.
En cualquier caso, si la fecha propuesta
es cierta, se trata de una información muy relevante que podría explicar su
aspecto español, próximo a Claudio Coello, casi como si la
hubiera realizado a la manera de este artista, que en ese momento estaba vivo.
A la vuelta del Escorial y
desaparecido ya el madrileño, a Luca le
correspondió finalizar La Virgen en gloria con santa Úrsula y san
Fernando, conservado en la iglesia vieja del monasterio
del Escorial, un cuadro comenzado por Carreño
de Miranda que pudo pasar a su muerte a manos de Coello,
cuya desaparición podría haber determinado que la pintura fuera acabada por el
napolitano, quien supo integrar la intervención de Carreño (y quizás también la
de Coello) en «su» pintura. El cuadro del Prado debería
incluirse, junto a la pintura del Escorial, en un reducido grupo de obras que
muestran un temprano acercamiento del napolitano a los modos más reconocibles
de la pintura madrileña del momento de su llegada a Madrid.
TEXTO:
Web del Museo de El Prado
Ramón
Martín
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