Napoleón II emperador de Francia en 1815
DINASTÍA BONAPARTE
Nacimiento: El
20 de marzo de 1811 en el Palacio de las
Tullerías.
Fallecimiento: El
22 de julio de 1832 en el Palacio de
Schönbrunn.
Padres: Napoleón
I y María Luisa de Austria.
Reinado: Desde
el 22 de junio de 1815 al 7 de julio de 1815.
Hijo
único del emperador Napoleón
I y de la emperatriz María Luisa de Austria; nació en
el Palacio de las Tullerias de París el 20 de marzo de 1811. Como hijo del
Emperador, al nacer, recibió el título de Rey de Roma, aunque nunca
llegó a ser coronado.
Como
hijo único de Napoleón
I, estaba destinado a ser el heredero del Imperio, pero la pronta
desaparición de esta entidad impidió que recibiera su herencia. Tras el
desastre de la campaña rusa y, ante el acoso de sus enemigos, en abril de 1814 Napoleón
no tuvo más alternativa que renunciar al trono, siendo confinado en la isla de
Elba. En aquellos difíciles momentos, cedió el trono a su hijo, aunque éste, no
llegaría nunca a sentarse en él. Para los partidarios de la dinastía Bonaparte,
el joven Francisco José fue reconocido como Napoleón II; nombre que, al no ser formalmente
coronado, no le correspondería.
Tras la
caída de Napoleón
I, en 1814, la emperatriz María Luisa trató de poner a su
hijo a salvo, trasladándose a Viena, a la corte de su padre, el emperador Francisco
II, allí, el joven Francisco José fue nombrado príncipe de Parma en 1814
y duque de Reichstadt en 1818.
El 2 de
marzo de 1815, Napoleón
I se fugó de la isla de Elba, desembarcando en Francia para reclamar el
trono. En una maniobra espectacular, Napoleón
recuperó el trono sin usar la violencia, solamente necesitó su prestigio entre
los militares y el pueblo, para volver a hacerse con las riendas de Francia.
Desde este momento y hasta el 22 de junio de ese mismo año, Napoleón
I instauró el Imperio de los Cien Días, que sería su último
ascenso al poder. A lo largo de este período, las cámaras de Francia, dirigidas
plenamente por el emperador, nombraron a Francisco José, heredero al trono
imperial. De esta manera, se convertía, legalmente, en Napoleón II.
Lo
efímero del nuevo gobierno de su padre, impidió que Napoleón II pudiera volver
a Francia, y poder confirmar su nombramiento, al tiempo que se hacía cargo de
la herencia. La derrota napoleónica en Waterloo supuso el fin de Napoleón
I, que fue confinado, hasta su muerte, en la isla de Santa Elena. El 22
de junio de 1815, antes de entregarse a los ingleses, volvió a abdicar en su
hijo, pero al igual que en 1814, la abdicación no pudo hacerse efectiva. Tras
la nueva caída de su padre, Napoleón II quedó en Viena, en la corte de su
abuelo, Francisco II. Sus partidarios continuaron intentando que pudiera
recuperar el trono de Francia, pero no tendría éxito. Tras su escapada de 1814,
Napoleón II no volvió nunca a Francia y tampoco volvió a ver a su padre. Vivió
en la corte vienesa como un noble de alto rango y fue educado bajo los cánones
austríacos. En los últimos años de su vida, su figura fue eclipsada por la de
su primo Luis Napoleón Bonaparte, el futuro Napoleón III, que
acabaría convirtiéndose en el jefe de la dinastía tras su muerte. El 22 de
julio de 1832, con 21 años, Napoleón II falleció en Schönbrunn, víctima de la
tuberculosis.
Ramón Martín
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