María de Teck, esposa de rey del Reino Unido Jorge V
Victoria Mary Augusta
Louise Olga Pauline Claudine Agnes; nació en Londres, el 26 de mayo de 1867. Su
padre, Francisco, duque de Teck, de origen alemán, estaba casado con una
princesa británica, María Adelaida de Cambridge. María recibió una buena
educación, bastante estricta. Al ser la mayor de cuatro hijos y la única mujer,
aprendió a ejercitar su discreción, firmeza y tacto naturales, resolviendo las disputas
juveniles de sus tres hermanos. Los Teck solían jugar con sus primos, los hijos
del príncipe de Gales, de edades similares. Fue educada en casa por su
madre y su institutriz, al tiempo que sus hermanos, los cuales, más tarde,
fueron enviados a continuar sus estudios en internados.
Aunque su madre era
nieta de Jorge
III, María era un miembro de importancia menor dentro de la familia
real británica. Su padre no tenía un patrimonio personal importante y llevaba
el tratamiento real menor de Alteza Serenísima debido a la
unión morganática de sus padres. A pesar de los apoyos dados a la familia, esta
estaba profundamente endeudada y para economizar se fueron a vivir al
extranjero a partir de 1883. Los Teck viajaron por Europa visitando a
diferentes familiares, permaneciendo una temporada en Florencia. Volvieron a
Londres en 1885 y fijaron su residencia en White Lodge, en Richmond
Park. May tenía una relación muy cercana con su madre y mantenía una
estrecha relación con su tía, la gran duquesa de Mecklemburgo-Strelitz, a
quien escribía semanalmente.
En diciembre de 1891,
con 24 años fue comprometida con su sobrino tercero, y heredero al trono, el
príncipe Alberto Víctor de Clarence, hijo mayor del príncipe de Gales
—la elección de María como novia del duque se debió en parte al gran cariño que
sentía por ella la reina
Victoria—, pero que falleció de neumonía, inesperadamente, a las seis semanas
de anunciarse el compromiso. A pesar de lo cual, la reina
Victoria siguió favoreciéndola como candidata ideal para casarse con un
futuro rey. Su relación con el hermano de Alberto, el príncipe Jorge,
duque de York —ahora en segundo lugar en la línea de sucesión al trono—,
se estrechó durante el periodo de luto. Se comprometieron en mayo de 1893 y
pronto se enamoraron profundamente. María y el príncipe Jorge
se casaron el 6 de julio de 1893 en la capilla Real del palacio de St. James
en Londres. El cortejo nupcial marchó desde el palacio de Buckingham con
dirección al palacio de St. James y a todo lo largo del trayecto, decorado
especialmente para la ocasión, se reunió una multitud.
Los nuevos duques
de York fijaron su residencia en una casa llamada York Cottage,
situada en Sandringham House (Norfolk). York Cottage era una casa
modesta, pero fue uno de los sitios favoritos de Jorge
que tenía predilección por llevar una vida sencilla. Durante los siguientes
años la pareja tuvo seis hijos: Eduardo, nacido en 1894, más tarde sería
Eduardo VIII; Alberto, nacido en 1895, más tarde Jorge VI; María,
nacida en 1897; Enrique, nacido en 1900; Jorge, nacido en 1902; y
Juan nacido en 1905. La duquesa amaba a sus hijos, aunque los puso al
cuidado de una nana. En ocasiones, María dio la impresión de haber sido una
madre distante.
A pesar de su austera
imagen pública y las ataduras de su vida privada, fue una madre cuidadosa en
muchos aspectos, acostumbraba a revelar ante sus hijos su lado divertido,
cariñoso y frívolo, les enseñaba, personalmente, historia y música. Como duques
de York, Jorge
y María tenían bajo su responsabilidad varios deberes públicos. En 1897, ella
se convirtió en patrona del gremio de la costura de Londres, sucediendo a su
madre.
La reina Victoria
murió el 22 de enero de 1901 y ras la muerte de Jorge
V en 1936, su hijo mayor Eduardo accedió al trono, aunque abdicó
ese mismo año para casarse con la socialité estadounidense y dos
veces divorciada Wallis Simpson. María brindó todo su apoyo a su segundo
hijo, Alberto, que ocupó el trono como Jorge VI hasta su muerte
en 1952. La reina murió al año siguiente, al inicio del reinado de su nieta, Isabel
II. Por un breve período, hubo tres reinas en el país: la propia María, su
nuera Isabel como reina madre, e Isabel II.
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