Athelstán, rey de Inglaterra desde 927 a 939

 


CASA DE WESSEX    

    Fue el primer gran rey de Inglaterra. Al morir su padre se hizo cargo del gobierno de Mercia y, posteriormente, al desaparecer su hermano, también gobernó en Wessex. Ganada la batalla de Brunanburh, fue distinguido como líder por todas las Islas Británicas. Fue un hombre piadoso que atesoró grandes riquezas y construyó varias iglesias en el reino. Tuvo un gran control sobre la administración y el sistema legal.

    Nació del matrimonio de Edward el Viejo y su primera esposa, Ecgwynn, que parece ser que era la concubina de Edward, la cual murió al nacer Athelstan. Con lo que éste quedó en manos de su tía paterna, Ethelfleda. Era un niño alto y guapo que completó su educación en la corte de Mercia, de la que tomó el control tras morir su padre en 924, mientras su hermano Ælfweard gobernó Wessex, aunque murió a los 16 días. Athelstan fue coronado en 926 en un lugar situado en la frontera entre Wessex y Mercia. Ese mismo año, consiguió que su hermana se casara con Sihtric, con lo que éste se abstuvo de invadir sus territorios, aunque murió un año después y Athelstan invadió y atacó la región, haciéndose con todo el norte de Gran Bretaña. En 937 lo atacaron los vikingos, intentando derribarle, pero Athelstan salió victorioso en la batalla de Brunanburh.

    Para tratar los delitos menores, desarrolló un sistema legal avanzado. Leyes basadas en las leyes carolingias de la época de Carlomagno, de las que se han encontrado gran cantidad en documentos del siglo X. Impuso estrictas sanciones para delitos muy comunes en su época, mientras que era muy compasivo con los pobres, llegando a declarar que los señores debían pagar una cuota anual para ayudar a los más pobres. También tenía un gran respeto por la Iglesia, donando dinero para la construcción de varios monasterios. Fue un gran coleccionista de arte, regalando diversas obras a diversas iglesias, y así obtener su apoyo.

    Murió el año 939 en Gloucester a la edad de 45 años. Aunque casi toda su familia fue enterrada en un mausoleo en Winchester, prefirió no ser enterrado allí, por la férrea oposición sufrida por ese pueblo. Optando por la abadía Malmesbury como apoyo al abad y al lugar. Aunque sus logros fueron menores que los de su abuelo Alfredo el Grande, fue considerado uno de los grandes reyes de la dinastía anglosajona.

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