Navío San Juan Nepomuceno de España



    Construido en Guarnizo en 1766 por asiento firmado con Manuel de Zubiría y proyecto de Francisco Gautier. Su construcción se produce junto a la de otros cinco de similares características: San Pascual, ´San Francisco de Asís, San Lorenzo, San Agustín y Santo Domingo. En 1768 se solicitan los modelos hechos por Eduardo Briant para ver la diferencia que hay con el San Juan Nepomuceno construido en Guarnizo por Francisco Gautier. Bajo el mando de don José de Mazarredo se hacen pruebas comparativas entre los navíos San Ildefonso y San Juan Nepomuceno y las fragatas Santa Casilda y Santa Brígida, siendo los buques construidos por Romero Landa de mejores características. Aun así el San Juan era un magnífico velero, siendo utilizado como buque de observación o caza de escuadra. Gobernaba bien, era muy descansado a la cabezada y balances, no trabajaba por sus palos y jarcias. Su mayor andar a popa fueron seis millas con viento fresco, los juanetes, trinquete, gavia y sobremesana largos, con el velacho cargado.

    Desde su incorporación a la armada quedó asignado a la escuadra destinada en Ferrol. En 1767, junto al San Genaro, escolta a los barcos que llevaban a jesuitas desterrados a los Estados pontificios. En 1779, junto al Dichoso y cinco mercantes, transporta desde Ferrol al regimiento de Navarra. En junio de 1779 recibe la misión de navegar en conserva de las fragatas Santa Marta y Santa Matilde para hostilizar a los británicos y proteger el tráfico mercante.

    Siguiendo en La Habana de apostadero el 9 de noviembre de 1781 con la insignia del jefe de escuadra Juan Tomaseo, en conserva de los navíos Magnánimo, San Gabriel y San Ramón y el bergantín, también llamado San Juan Nepomuceno (alias Renombrado) cruzan sobre las costas francesas de la Isla Española. Tras hacer escala en Puerto Rico el 14 de diciembre el San Juan y el bergantín capturan la fragata corsario inglesa Clyde de 22 cañones de a 8 y 2 obuses de a 16 con 150 hombres de dotación, así como represaron otra fragata norteamericana de 20 cañones. El 16 entran en Guárico volviendo a salir la división el 24 con ocho mercantes hacia La Habana. Nada más llegar parten de nuevo a la Isla Española.

    En 1781 es el buque insignia de José Solano de la Escuadra de La Habana, de donde partieron a la conquista de Pensacola. Tras Pensacola, el San Juan se encuentra constantemente navegando por el Caribe, escoltando convoyes norteamericanos, franceses y españoles, una de las veces, en 1782, apresa la fragata británica London navegando de la Habana al Guárico francés. Regresa a Cádiz tras la guerra, el 9 de septiembre de 1783.

    Entre 1784 y 1785 acompaña al San Ildefonso en sus viajes de pruebas de comparación de los distintos sistemas de construcción, observándose que el nuevo San Ildefonso es todavía más velero y de mejor maniobra que el San Juan. En 1785 convoya dos lanchas cañoneras a Cartagena. En 1786 es el primer navío español en suprimir las cajas de banderas y sustituirlas con pequeños camarotes en las toldillas.

 
    El 1 de abril de 1793, y bajo el mando del capitán de navío don José de Escaño, se incorpora a la escuadra de Francisco de Borja, destinada a operar en el Mediterráneo, a causa de la guerra contra los revolucionarios franceses. Participa en la toma de las islas de San Pedro y San Antioco. Regresando a Cartagena posteriormente para incorporarse a la escuadra de Lángara. Participa en el desembarco y ocupación de la plaza de Tolón, junto con la escuadra británica de Hood. En esa ocasión el 23 de septiembre de 1793 contestaron al fuego de los enemigos los navíos españoles San Juan, San Ildefonso y el británico St. George, una flotante con cuatro cañones y la fragata francesa realista La Efigénie, destruyendo la batería republicana de la Viña. El San Juan, objetivo principal del enemigo, recibió algunos impactos desde las 06:00 hasta las 17:30, en que terminó la acción, efectuando, por su parte, 1.695 disparos. Posteriormente realiza numerosas comisiones entrando el 31 de diciembre en Cartagena con refugiados franceses, tras la forzada evacuación de la plaza francesa.

    El 1 de abril de 1794 junto a 4 navíos, 3 fragatas y 3 bergantines, transporta de Liorna a España al infante don Luis, príncipe heredero de Parma, regresando a su base de Cartagena el 11 de mayo. En 1796 junto con el San Ildefonso entran en Cádiz provenientes de Barcelona, conduciendo artillería y municiones. En abril de 1796 se hacen pruebas del uso del cañón en las lanchas del navío San Juan Nepomuceno y la fragata Pomona, según propuesta de don Francisco de Moyúa.

    En 1797 se integró en la escuadra mandada por el almirante José de Córdova, que libró el combate del Cabo San Vicente, pero no participó en la acción. Su comandante Antonio Bunzo que por su actuación en dicho combate, es suspendido durante dos años. Estuvo en Brest con la escuadra de Mazarredo. En 1799, mandado por Francisco Vázquez Mondragón se incorpora a la escuadra de Mazarredo. Viaje a Brest y bloqueo hasta 1802 en que regresa a Ferrol junto al Mejicano.

    Bajo el mando del capitán de navío don Cosme Damián Churruca (desde 1803 a 1805) tuvo, por Real Orden, un permiso especial del Almirantazgo para armarlo y prepararlo a su conveniencia, pero no pudo hacerlo con entera satisfacción debido a dejadez de los mandos del Arsenal. Estos cambios se referían principalmente a una mejor distribución del lastre o artillar sólo con obuses el alcázar y toldilla, quitando los cañones de a 8 libras y sustituyéndolos por obuses de a 36 libras, ampliando así a los ya instalados. Pero al final el lastre fue el que creyeron conveniente en el Arsenal y no se sustituyeron los cañones por obuses. Al menos consiguió el embono del casco, ya que tumbaba bastante, mejorando la navegación y más resistente al fuego enemigo.



    El San Juan era un navío muy velero, y en consecuencia utilizado habitualmente como navío de observación. En agosto de 1805 y bajo pretexto de unas medidas disciplinarias contra varios infantes de marina que abandonaron su puesto en combate para robar unos ranchos, una treintena de infantes de marina que guarnecían el San Juan se amotinan, pero la decidida actuación de Churruca y de su segundo don Francisco de Moyúa frustran el motín. Churruca intercede por estos hombres ante Gravina para evitar su ejecución, ya que no hubo derramamiento de sangre y fue sofocado sin violencia. La pena capital es conmutada por la de 8 años de cárcel.

    A finales de agosto de 1805, la flota combinada franco española llega a Cádiz, espantan la pequeña escuadra de bloqueo británica de cuatro navíos y varias fragatas. Debido a que el navío de Churruca pertenecía a la escuadra ligera de caza, junto con otros dos navíos franceses, se hallaba en constante movimiento, de un lado a otro de la escuadra, siendo felicitado por sus esfuerzos por sus superiores. El San Juan de Churruca, divisa una fragata de guerra y la persigue con la seguridad de haberla podido apresar antes del atardecer, pero Villeneuve, que no había visto la persecución no quería alejarse de Cádiz y dio la señal de unión de la flota. Churruca se desentendió de la orden al ser esta general y tener la seguridad de apresar la fragata. Pero Gravina desde su navío izó la señal particular, con lo que tuvo que abandonar la caza.

    Al día siguiente pudo apresar otra fragata de guerra inglesa, pero la fragata francesa que lo acompañaba no hizo caso de las señales del navío español. Al anochecer, al descubrir dos navíos enemigos que maniobraban hacia el San Juan este se tuvo que retirar con el consiguiente disgusto de Churruca hacia la fragata francesa.

    Al mando del brigadier don Cosme Damián Churruca participó en el combate de Trafalgar donde tras heroica lucha y muerto su capitán y con gran parte de la tripulación diezmada es apresado y llevado a Gibraltar, donde sería utilizado como recepción de autoridades con su original nombre HMS San Juan.

    El estado del San Juan tras el combate fue el siguiente, según su primer piloto José Cabeza: "Siete balazos a nivel del mar, sólo uno pasó el costado por la enfermería de combate; ésta tan llena de ellos que quedó absolutamente inservible. El no haber pasado los otros seis se le debe al embono, el cual evitó que el navío se hubiera sumergido en medio de la acción, de que resultó la caña de la cuarta ancla tronchada. En artillería: Dos cañones desmontados en la primera batería, otros dos en la segunda, tres desbocados y también desmontados, uno sin un cascabel y otro con un balazo en el primer cuerpo que se introdujo en el centro de tres a cuatro pulgadas. En el castillo un obús y un cañón desmontados; en el alcázar, dos obuses desmontados, uno sin media faja y otro dos balazos en el primer cuerpo, y en la toldilla un obús sin lámpara y trastornado por haberse encontrado la bala enemiga con la granada al tiempo de salir del obús. Todos estos cañones y obuses desmontados se quedaron el que menos sin sus muñones. En arboladura: Las trincas del bauprés hechas pedazos como toda su cabuyería. El palo de trinquete sin masteleros y media cofa con tres balazos de parte a parte, con sólo su verga y media vela acribillada. El palo mayor y mesana secos enteramente. La verga de aquel sobre las bordas con el tercio a babor menos, y dos balazos más con siete obenques los más faltos de cordones, como el del trinquete y mesana, éste sin media cofa con dos balazos, y el mayor con tres, el uno de parte a parte, y tres cadenas de la mesa de guarnición menos.../... De ciento a ciento y veinte muertos, y entre ciento setenta y cinco heridos, de estos los veintiocho mortalmente heridos. No se pone número fijo de muertos porque se echaron algunos al agua al concluir la acción, y porque se pasaron varios a nado al navío Dreadnought a causa de haberse extendido la voz de que el navío estaba incendiado, no sin fundamento, por haber volado un cartucho en la primera batería del calibre de 36 después del combate. Como una hora antes de morir el Comandante dijo que quedaba satisfecho de todos los oficiales y gente de su guarnición y tripulación".

    En 1818 el navío fue vendido y desguazado.

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