Castillo de Calatrava la Nueva



El castillo-convento de Calatrava la Nueva se alza sobre un cerro rocoso conocido como Alacranejo, situado en el término municipal de Aldea del Rey, al sur de la provincia de Ciudad Real. Próximo al castillo de Salvatierra, junto a él flanquea una de las más importantes vías naturales que cruzan Sierra Morena y unen la Meseta con el Valle del Guadalquivir. 

La Orden del Cister tomó posesión del castillo, asumiendo la defensa de todo el territorio frente a los árabes, y fundando aquí la Orden de Calatrava en el año 1158. Cuando la Orden de Calatrava pudo tomar el castillo de Salvatierra, decidieron construir un nuevo castillo en el cerro de enfrente. 

Según algunas fuentes, el castillo-convento de Calatrava la Nueva fue construido sobre un castillo anterior, el castillo de Dueñas, que según fuentes del siglo XIII fue donado tras perder el territorio los cristianos, después de la batalla de Alarcos en 1195. 

Los Calatravos tomaron Salvatierra en 1198, por lo que es muy posible que se realizaran algunas obras en este otro castillo. Pero Salvatierra volvió a caer en manos musulmanas en torno a 1210. Tras la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212, el castillo fue nuevamente recuperado, intensificándose entonces las obras de construcción, realizándose en 1217 el traslado definitivo de la Orden desde Calatrava la Vieja. Perteneció a la Orden de Calatrava hasta el siglo XVIII. 

A lo largo de los siglos esta fortaleza fue objeto de distintas reformas y añadidos, siendo las más importantes las realizadas en la época de los Reyes Católicos y en la de Felipe II, que pasó allí unos días y lo acondicionó para el paso de los coches de carruaje. 

El recinto fue la sede de la Orden de Calatrava hasta el año 1802, cuando ésta se trasladó a Almagro. Entonces los monjes desmantelaron el convento para llevarse todo aquello que pudiera tener algún valor, quedando el edificio abandonado hasta las primeras décadas del siglo XX. En 1931 pasó a formar parte del registro de Bienes de Interés Cultural. Es a partir de entonces cuando se acometieron las primeras restauraciones, algunas de las cuáles no fueron demasiado fieles, lo que hace que en la actualidad algunos de los elementos arquitectónicos sean difíciles de interpretar. 

Tras atravesar la Puerta de los Palos o de los Arcos se accede a la Puerta de Hierro, con dos saeteras alargadas en la parte superior por donde correrían las cadenas de elevación de la puerta. A continuación, pasamos a una estancia abovedada o vestíbulo, con bóveda de medio cañón de mampostería irregular de piedra cuarcita, donde se recibía a los visitantes a Calatrava. Este vestíbulo se abre a la derecha al interior del complejo, concretamente al conocido como Patio del Convento o Patio Principal. Esta zona era la empleada para trabajos con la fragua, molino, horno, almacenes, etc. Muchas de estas dependencias son ya del siglo XVII con bóvedas y arcos de ladrillos. 

En el lado oeste de la muralla, en la calle que se dirige a la fachada de la iglesia hay una estancia con un letrero que indica "Horno" función que desarrolló a partir del siglo XVI, aunque se sabe que en la Edad Media fue la vivienda de los citados artesanos. Se accede a través de una puerta apuntada de dovelas rojizas, abertura que fue agrandada posteriormente. El habitáculo es rectangular, en sentido norte sur y completamente abovedado. Al norte habría una chimenea y todavía se conserva largos poyetes que servían de asientos y camas. 

Al suroeste de la iglesia, un amplio espacio rectangular que tenía la función ser el cementerio de la Orden. Su nombre es el del Campo de los Mártires, nombre adoptado por haberse enterrado aquí los caballeros muertos en la derrota de Alarcos y la pérdida de Calatrava la Vieja.


La Iglesia es el edificio más destacado de todo el conjunto. Comenzó a construirse unos años más tarde que el castillo, en torno al año 1218. Aunque no se sabe cuándo finalizaron sus obras, en el año 1246 hay documentados enterramientos, con lo que, al menos los principales elementos estructurales ya debían de estar finalizados en esa fecha. Este periodo coincide con el del maestre de la Orden Gonzalo Yáñez de Novoa. Es un edificio muy particular, con una tipología característica de las iglesias del Cister, pero a la vez única en la Península Ibérica. Es un ejemplo paradigmático de arquitectura de transición del románico al gótico, pero con muchas influencias de la arquitectura hispanomusulmana. Lo que le da una singularidad única. 



Fuentes utilizadas: WikipediA, Arteguias y Lanza Digital. Las imágenes de WikipediA.

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