Basilio IV zar de Rusia desde 1606 a 1610
Basilio nació el 22 de septiembre de 1552. Será
el último zar de la dinastía Rúrikovich, era descendiente de la rama de Súzdal de
los príncipes Shuiski. Nacido príncipe Vasili Ivánovich Shúiski, era uno
de los principales boyardos del Zarato moscovita durante los reinados de Teodoro I y Boris Godunov. Él y su hermano
menor Dimitri, trabajaron juntos, enfrentándose a las intrigas de la corte
durante el Periodo Tumultuoso.
Fue enviado por su familia a
Moscú, donde trabajó bajo a las órdenes de Borís Godunov, aún antes de que este
se convirtiera en zar, investigando sobre las causas de la muerte del zarévich Dimitri
Ivánovich, hijo menor de Iván el Terrible, que había muerto en
misteriosas circunstancias con apenas nueve años de edad. Basilio informó que
la muerte del zarévich se debía a un suicidio, aunque corrían rumores de que había
sido asesinado por unos falsos monjes enviados por el regente Boris Godunov, puesto
que éste aspiraba a alcanzar el trono si el hijo mayor de Iván el Terrible,
el débil y apocado zar Teodoro I moría sin hijos; por lo que, el único
obstáculo para ese proyecto sería el zarévich Dimitri; es por esto por lo que,
su muerte alimentaba las sospechas contra Godunov. No obstante, había
aristócratas opuestos a Godunov que sospechaban que el zarévich escapó al
asesinato, matándose a otro niño en su lugar, lo que habría las puertas a la
aparición de múltiples impostores como Dimitri I, Dimitri II y Dimitri III. Basilio
dirigió una serie de investigaciones entre los habitantes de Úglich y los
familiares de María Nagaya (madre de Dimitri), para concluir que el niño
se había matado al sufrir un ataque grave de epilepsia mientras jugaba con un
cuchillo frente a otros niños.
Tras esto, Basilio siguió
sirviendo fielmente a Boris Godunov, incluso después que ser coronado zar. Pero,
tras la repentina muerte de Godunov en abril de 1605 y el ascenso al trono de
su hijo Teodoro II,
se retractó de sus propias conclusiones en la citada investigación para así
poder granjearse el favor del pretendiente Dimitri I, que intentaba hacerse con
el cetro haciéndose pasar por el zarévich muerto. De esta manera, Basilio
abandonó a Teodoro Godunov y reconoció al pretendiente como el
"verdadero" Dimitri, a pesar de haber determinado catorce años antes
el suicidio del hijo de Iván el Terrible; legitimando el asesinato del
joven Teodoro y de su madre.
Influyó para que otros
boyardos aceptaran la autoridad de Dimitri I, pero pronto, pudo comprobar
que, el nuevo zar no le otorgaría ventajas ni privilegios, anteponiendo a sus
aliados polacos. Ante ello, conspiró activamente contra el falso Dimitri
acusándolo de ser un títere de Polonia-Lituania y poniendo ahora en duda, por
segunda vez, ser hijo de Iván el Terrible, consiguiendo liderar una
rebelión, en Moscú, que culminó con el asesinato de Dimitri y la matanza de los
polacos de su comitiva. Para justificar todos estos hechos, declaró
públicamente que, el verdadero Dimitri había sido asesinado y el zar reinante
era un impostor. Tras el asesinato y la matanza, los aristócratas de Moscú
proclamaron zar a Vasili Shúiski el 19 de mayo de 1606, con el nombre de
Basilio IV de Rusia, tras arduas discusiones, en las cuales fue evidente que
los boyardos estaban desunidos. Pese a su coronación, debió luchar contra
las intrigas de otros boyardos que aspiraban a suplantarlo o dominarlo, así
como con la abierta enemistad de Polonia, decidida a vengarse por la matanza de
la comitiva de Dimitri. Además, la anarquía política del Periodo
Tumultuoso hizo que la autoridad de Basilio nunca fuera reconocida
del todo; salvándose de ser depuesto por los boyardos, el hecho de que no
tuvieran a nadie que colocar en su lugar. Solo la popularidad y los triunfos
bélicos de su primo, el príncipe Mijaíl Skopín-Shuiski, quien condujo sus
ejércitos de rusos y mercenarios extranjeros desde Suecia, lo mantuvo en el ya
de por sí, inestable trono unos años, luchando contra las invasiones de
Polonia-Lituania y de las sublevaciones internas. Las envidias e intrigas de la
familia Shúiski causaron que Mijaíl Skopín-Shuiski muriese envenenado en
abril de 1610, acto aprobado por Basilio IV por temor a que éste le disputase
el trono, apoyándose en sus victorias militares sobre los polacos.
Poco después de la muerte de Mijaíl
Skopín-Shuiski, las tropas rusas, fueron derrotadas, el 4 de julio de 1610, por
un número inferior de tropas polacas en Klúshino. Sin líderes hábiles y
competentes, las fuerzas rusas parecían incapaces de oponerse a otra masiva
invasión polaca que se dirigía sin oposición hacia Moscú. En tan grave
situación el 19 de julio de 1610, Basilio fue depuesto por los Siete
Boyardos y forzado a convertirse en monje. Más, sin capacidad de
oponer resistencia al ataque polaco, los Siete Boyardos se vieron
forzados a pedir ayuda militar a Polonia para sostener su régimen. De este modo,
las fuerzas polacas ocuparon Moscú en septiembre de 1610; dispusieron que
Basilio Shúiski fuese enviado a Varsovia, para ser mostrado como trofeo de
guerra al rey Segismundo III Vasa y jurarle lealtad. Basilio pasó el resto
de su vida como prisionero de los polacos en el castillo de Gostynin, cerca de
Varsovia, hasta su muerte el 12 de septiembre de 1612.
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Ramón
Martín
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