Diego Rodríguez “Porcelos”


    Diego Rodríguez “Porcelos”, conde de Castilla entre los años 873 a 885, una vez su padre, RODRIGO, hubiera fallecido el 4 de octubre de 873. Este es el primer caso, en el que el título de conde va a ser hereditario en el reino de Asturias. Es muy posible que este cambio en la transmisión de la corona, hasta entonces por asignación real, se deba a la deuda que ALFONSO III el Magno había contraído con su padre cuando éste le ayudó a recuperar el trono asturiano. La primera mención que se hace del conde Diego al frente del condado de Castilla, es la que se encuentra en la Crónica Albeldense al dirigir la defensa del desfiladero de Pancorbo los años 882 y 883, aunque es muy posible que estuviera ya al frente del condado castellano desde el año 873, cuando su padre Rodrigo desaparece de la documentación.

    Los primeros años, no sufrió ninguna acometida musulmana, puesto que el emir MUHAMMAD I tuvo que hacer frente a las sublevaciones internas, que se venían sucediendo desde el año 871, la mayoría debidas a la familia Banu Qasí, la cual contaba con el apoyo de los reinos de Pamplona y de Asturias. Las acometidas cordobesas se centraron en la zona central y occidental del reino asturiano, pero no llegaron a la zona castellana. La línea defensiva de Castilla y Álava se encontraba, por aquel entonces, en el río Ebro, con dos fortalezas que cerraban el acceso, al taponar los desfiladeros de Pancorbo y de las Conchas de Arganzón. La de Pancorbo gobernada por nuestro Diego Rodríguez y la de Cellórigo, por el conde de Álava, Vela Jiménez.
 
    El rey ALFONSO III había realizado una incursión hasta las proximidades de Badajoz, lo cual dio lugar a que MUHAMMAD I, enviará sendas expediciones en los años 882 y 883, contra los condados de Álava y Castilla. En estas expediciones de represalia, los musulmanes intentaron ocupar, sin éxito, las fortalezas mencionadas de Cellorigo y Pancorbo. Es entonces cuando Muhammad ben Lubb, de los Banu Qasi, volvió a reconocer al emir, rompiendo su pacto con ALFONSO III. Motivo por el cual, el rey astur, ordenó a los condes Diego Rodríguez de Castilla, y Vela Jiménez de Álava, atacar en el invierno del 882, la zona en que gobernaba Muhammad ben Lubb, Como respuesta, el emir MUHAMMAD I, ordenó una nueva acometida en la primavera del 883.

    Tras estos enfrentamientos, ALFONSO III y MUHAMMAD I, acordaron una tregua. Tregua que fue aprovechada por Diego Rodríguez para expandir el condado castellano hacia el sur. Llegando el año 884, hasta el río Arlanzón. Fue el repoblador de Ubierna y Burgos, bajo mandato de ALFONSO III. Diego fundó Burgos al amparo del cerro del actual castillo, y años más tarde se construyo una muralla, para defender la ciudad.

    Por el Oeste, el conde recuperó la zona comprendida entre el páramo y la orilla del Pisuerga, y parece probable que fuera el fundador de Villadiego en el año 880, villa a la que dio su nombre.

    No obstante, la guerra continuaba entre los condes de Álava y Castilla con los muladíes del Ebro, que desde sus posesiones en La Rioja realizaban incursiones contra toda la Bureba, que por entonces, entonces despoblada. En uno de estos enfrentamientos, ocurrido el 31 de enero del 885 en Cornudilla, al norte de Briviesca, de resultas del cual fue muerto el conde Diego. Las crónicas nos dicen que fue enterrado en las ruinas de la ermita de San Felices de Oca (actual Villafranca Montes de Oca), lugar que anteriormente dispuso para su enterramiento.

    Acaba con Diego “Porcelos”, los tiempos en que el condado de Castilla es gobernado por un único conde. A partir de ahora serán varios los personajes con título condal que van a aparecer en tierras de Castilla, entre los años 885 y 931, fecha en la que toma el control de todos los condados el conde FERNÁN GONZÁLEZ.

    Se conserva un monumento ecuestre en memoria del fundador de la ciudad de Burgos en la Plaza de San Juan de esta capital; el autor de la misma es Juan de Ávalos. Está construido en bronce y se inauguró en 1983.

    Otra estatua que honra la memoria del conde es la que figura en el Arco de Santa María (s. XVI) de la misma ciudad, obra de Francisco de Colonia de 1535. Ocupa el centro del cuerpo inferior, acompañado por los jueces de Castilla, Nuño Rasura, a la izquierda, y Laín Calvo, a la derecha.


El apodo “Porcelos” 


    El apodo con el que actualmente se conoce a Diego Rodríguez, no es contemporáneo y se le puso siglos más tarde. Ninguna crónica del siglo IX cita el sobrenombre “Porcelos”, acompañando al segundo conde de Castilla. Diego Rodríguez permanece sin apodo hasta que, 250 años más tarde, las leyendas empiezan a llamarlo así, incluso sustituyendo a su apellido. La crónica del obispo Rodrigo Jiménez de Rada es la primera en hacerlo: “Sub isto comes Didacus Porcelli populavit Burgis […]”. Desde entonces en lugar de Diego Rodríguez se le llamó Diego Porcelos.

    Su origen y significado es incierto y existen numerosas propuestas basadas únicamente en la semejanza de las palabras. Según algunos autores es un patronímico de origen romano, otros dicen que derivaría de la palabra latina procella (borrasca o tempestad), porque es lo que el conde supuso para los musulmanes. Ambrosio de Morales, en el siglo XVI, dice que viene de porcelli (manada de lechones), ya que su madre lo parió con otros seis, al igual que hacen las puercas al parir siete hijos. Luis Alfonso de Carvallo, en el siglo XVII, que provendría de la localidad asturiana de Porcelo, cercana a Gijón. Para otros, el apelativo procede del monasterio de San Millán de Porcillis.



FUENTES: Condado de Castilla, Blog burgospedia y Real Academia de la Historia

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