Alfonso Froilaz



Hijo primogénito de Fruela II y de su primera esposa, Nunilo Jimena. Posiblemente fuera el padre del futuro Ordoño IV. He aquí una línea lógica de sucesión, la del hijo adquiriendo los derechos del padre, que sin embargo ha ofrecido durante mucho tiempo, sospechas de quién fue el siguiente rey en la cronología de los monarcas leoneses, dado que el reinado de Alfonso Froilaz pasó tan de puntillas y fue tan efímero, que buena parte de la historia ha ofrecido la información de que el inmediato sucesor de Fruela II fue su sobrino Alfonso IV el Monje. Incluso hoy todavía existen fuentes en las que Alfonso Froilaz no aparece como heredero al trono leonés a la muerte de su padre Fruela II

Sin embargo, gracias a Sánchez Albornoz, que pudo demostrar quién fue el siguiente engranaje en esa línea de monarcas en el reino de León, hemos llegado a saber que el verdadero sucesor de Fruela II fue precisamente su hijo Alfonso Froilaz, aunque, el cronista Sampiro afirma taxativamente que muerto su padre, Alfonso, hijo de Ordoño II, se sentó en el trono. Todo debió suceder en un período de caos tremendo, de enormes intrigas y de derechos que cada uno podía legitimar. 

Los príncipes que podían optar a la corona eran varios. Bien es cierto que García I no había dejado hijos, pero allí estaban los de Ordoño II: Sancho, Alfonso y Ramiro; y frente a ellos reclamaban el trono los tres vástagos del último rey: Alfonso, Ordoño y Ramiro, sin contar con otro Ramiro, hijo de Alfonso III el Magno de Asturias, hermano por lo tanto de García IOrdoño II y Fruela II, que podía presentar el ejemplo de una sucesión colateral en su favor. Parece ser que hubo dos partidos o facciones principales: el que proclamó al primogénito de Fruela II, es decir, Alfonso Froilaz que es el rey que nos ocupa, y el que capitanearon los hijos de Ordoño II, parece que especialmente los dos primeros, Sancho que era el primogénito pues siempre firmaba el primero en los documentos de su padre, y Alfonso Ordóñez, más tarde conocido como el Monje. Todo hace indicar, evidentemente, que al principio triunfaron los partidarios del hijo de Fruela II, lo que se documenta en dos textos históricos del siglo X: la Nómina rotense y la Vigilana. 

La investidura de Alfonso Froilaz como rey de León, no parece que fuera de aceptación cordial ni tampoco de sumisión o acatamiento por quienes más debían demostrarlo. Si Fruela II, su padre, ya reinó sentado sobre un trono rodeado de impopularidades y rechazos, parecía lógico pensar que su sucesor natural en la línea monárquica, es decir, el hijo, también heredase un parecido camino de espinas. Norma que no tiene por qué seguir esa lógica, ya que hay innumerables casos en la historia de los pueblos y en la historia de las familias donde la impopularidad, el odio o cualquier otra manifestación, sea negativa o positiva, no continúa en la siguiente generación, o viceversa, ni el hijo tiene que ser la gota hermana del padre. A la impopularidad del padre, se unió otra corriente más mediática. 

Así como no hemos encontrado referencia clara al rechazo de los hijos de Ordoño II contra la investidura de Fruela II, en esta ocasión sí parece que sus primos Sancho, Alfonso y Ramiro, hijos de Ordoño II no llegaron a aceptar jamás la investidura de Alfonso Froilaz como rey de León, rechazándola y no reconociéndola, y predisponiendo a otros, para que el estado de opinión impopular y áspero que había prendido en la figura del anterior monarca continuará ahora en su hijo y éste no tuviera un asiento cómodo desde el poder de su corona. La línea sucesoria, pues, volvería a tomar la rama de Ordoño II en la figura de uno de sus hijos. 

Lejos de reconocerle, los hijos de Ordoño II acudieron a las armas. Sancho estaba casado con una gallega llamada Goto Núñez que pondría a su favor a la mayor parte de la nobleza gallega. Otra importantísima ayuda vendría procedente del condado de Portugal, a través del otro hermano, Ramiro, muy arraigado en la zona y emparentado además con las principales familias por su matrimonio con Adosinda. Pero donde mayor solidez encontró la conjura contra el reinado de Alfonso Froilaz fue en Navarra, con Sancho I Garcés y su gran aportación militar, no exenta de interés pues predisponía más y mejor a los castellanos contra León y ayudaba a su hija Oneca que estaba casada, precisamente, con Alfonso Ordóñez, segundogénito de Ordoño II y quien finalmente se quedaría en el trono leonés. Las tropas y los destinos empezaron a caminar juntos y así fue como Alfonso Ordóñez se entronizó en el reino, con la ayuda de portugueses, gallegos, castellanos y navarros, pero sobre todo estos últimos. 

Alfonso Froilaz se retiró a las montañas de Asturias, donde tenía sus más decididos partidarios. Más tarde intentaría recuperar la silla magna en la que estuvo sentado escasos meses con más dolor e incomodidad que otra cosa. Además era el rey, un rey al que habían echado por la razón de la fuerza de las armas, y era legítimo que pensara en recuperar su cetro y su corona. 

En cuanto a la lucha que enfrentó a los tres hermanos contra Alfonso Froilaz, ésta pudo desarrollarse entre el verano de 925 y el mes de febrero de 926. Según la Nómina rotense recibió el reino el 12 de febrero de 926, lo que nos induce a sospechar que hubo un tiempo de impasse desde la marcha de Alfonso Froilaz, hacia el otoño-invierno de 925, y la entronización efectiva de Alfonso Ordóñez, el próximo rey.

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