Mariana Pineda Muñoz

Nacida el 1 de septiembre de 1804, en el seno de una familia noble de Granada, hija de Mariano Pineda Ramírez, capitán de navío de la Armada, y María de los Dolores Guzmán y Bueno, de Lucena (Córdoba), aunque la pareja nunca llegó a casarse. Quedó huérfana a los quince meses de edad, bajo la custodia de su tío paterno, José Pineda.


    Contrajo matrimonio a los quince años con Manuel de Peralta y Valle, liberal perteneciente a la logia masónica y próximo al círculo constitucionalista del conde de Teba. Al fallecer su marido en 1822, continuó frecuentando los ambientes liberales en el contexto de la Década Ominosa (1823-1833) que siguió al Trienio Liberal (1820-1823) tras la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis. Madre de dos hijos de corta edad. 

    Su implicación en un complot constitucionalista, descubierto en 1826, en el que actuaba como intermediaria entre los liberales granadinos y los exiliados de Gibraltar, levantó las sospechas del alcalde de la ciudad, Ramón de Pedrosa y Andrade. Éste, que ejercía además el cargo de subdelegado principal de policía, había sido comisionado en Andalucía oriental por el ministro de Justicia, Tadeo Calomarde, para reprimir cualquier intento de alzamiento en favor de la Constitución de 1812


    Detenida por las autoridades, Mariana Pineda fue sometida a juicio y posteriormente absuelta al alegar ignorancia del contenido de las cartas y otros documentos hallados en su domicilio.

    En 1828 preparó, con éxito, la fuga de su primo Fernández Álvarez de Sotomayor, comandante del Ejército que había sido condenado a muerte por su implicación en el Levantamiento de Rafael de Riego. Mariana Pineda fue detenida bajo el pretexto de haber dado a bordar una bandera morada con la inscripción “Ley, Libertad, Igualdad”, que había de servir de enseña para un proyecto revolucionario.


    Tras diversos intentos de fuga y ante su negativa a delatar a sus presuntos cómplices, Ramón de Pedrosa, miembro de la Chancillería de Granada, que al parecer estaba secretamente enamorado de ella, decretó su ingreso en prisión. Fue recluida en el Convento de Santa María Egipciaca y, tras un simulacro de juicio, condenada a la pena máxima. De nada sirvieron los alegatos que en favor de la joven dirigió un sector influyente de la ciudad a Fernando VII, pues la sentencia se cumplió el 26 de mayo de 1831 en el granadino Campo del Triunfo de Granada, mientras la bandera que había bordado era quemada. Mariana Pineda se convirtió pronto en heroína y mártir de la causa liberal, hasta el punto de inspirar numerosas canciones y protagonista de romances de ciego. En torno a su figura y partiendo del mito popular, Federico García Lorca escribió el drama Mariana Pineda, que se estrenó el 24 de junio 1927 en Barcelona, con decorados y vestuario de Salvador Dalí y con Margarita Xirgu en el papel protagonista.


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