Carlos III y su nueva Armada Invencible (1779)

Tras la rotunda victoria en la guerra anterior, los británicos habían descuidado su escuadra, mientras que franceses y españoles, habían seguido construyendo buques. Por primera vez en el siglo XVIII, la Royal Navy no tenía la superioridad sobre sus dos enemigos aliados, mientras que sus necesidades habían aumentado, por la necesidad de tener bloqueada toda la costa de las 13 colonias americanas, impidiendo así que los rebeldes recibieras ayuda exterior. Los franceses estaban decididos a aprovechar la ocasión de causar el mayor daño posible a los británicos, para ello, desde el primer momento, se alentó y apoyó la rebelión americana; solicitando de España su apoyo. La superioridad aliada, en el caso de que los españoles aceptaran, haría muy factible un desembarco en la siempre revuelta Irlanda. Si a la secesión americana, seguía la de Irlanda, el doble golpe podía ser demoledor.

Floridablanca


Pero Carlos III y su ministro el conde de Floridablanca, dudaban, ya que podían sentar un precedente que se contagiase a la América española, además de la duda de verse utilizados por Francia. Pero esta estaba decidida, y en marzo de 1778 firmó un tratado de amistad con los rebeldes, con lo que entraba en guerra con Inglaterra.

Ouessant


No tardaron en enfrentarse las dos escuadras, el 27 de julio y en el mismo Canal de la Mancha, cerca de Ouessant, se encontraron la británica de Keppel con 30 navíos de línea (siete de ellos de tres puentes), con 2.278 cañones, y la de Orvilliers con 32 navíos (con solo dos de tres puentes) y 2.276 cañones. Fue el típico combate de líneas paralelas a media distancia. Al final ninguno perdió un solo navío, aunque los ingleses habían sufrido más daños y tuvieron que retirarse. Keppel y el jefe de su retaguardia, Palliser, fueron sumariados y despojados del mando.

Keppel

Conde de Aranda
    Pero la marina francesa era más débil que la británica y pronto perdieron Santa Lucía y Dominica en el Caribe, y sus establecimientos en Senegal y Pondichery. España intentó una mediación, pero el conde Aranda se fue decantando por entrar en guerra. Así el 3 de abril se envió un ultimátum al gobierno inglés, el 12 se firmaba en Aranjuez un tratado de alianza con Francia, para el caso de que Inglaterra rechazara las condiciones del ultimátum. Los objetivos españoles era: la recuperación de Gibraltar, Menorca y Florida, el desalojo de los establecimientos ingleses en Honduras. Pero fracasaron las gestiones en Londres al saber que se preparaban ataques contra Filipinas y América Central, por lo que se declaró la guerra el 22 de junio de 1779.
    Al día siguiente zarpaba desde Cádiz, la escuadra al mando del teniente general don Luis de Córdova, con 31 navíos, siete fragatas, dos urcas, dos brulotes, una saetía y una tartana, como buque insignia el Santísima Trinidad. Su misión era incorporarse a la de Orvilliers, dominar el Canal de la Mancha, y permitir el paso de un ejército francés que invadiría Inglaterra. Del Ferrol salieron otros ocho navíos y dos fragatas al mando del teniente general, don Antonio de Arce, con el mismo propósito. El ejército francés de invasión estaba al mando del conde de Vaux, con 40.000 hombres, que embarcarían en 400 transportes en los puertos de Bretaña, Normandía y Flandes. El plan era desembarcar en la isla de Wight y costa adyacente hasta Gosport, para desde allí, ocupar el principal arsenal británico de Portsmouth.


Isla de Wight


Orvilliers se había hecho a la mar en Brest el 5 de junio, con una escuadra de 28 navíos, dos fragatas, siete menores y tres brulotes. Llegó primero Arce y después Córdova, reuniéndose las escuadras el 23 de julio. El mando se dio a Orvilliers, a pesar de aportar los españoles más navíos, pero era una operación francesa.


Portsmouth

La composición de la flota aliada era la siguiente:


Escuadra ligera: al mando de La Touche-Treville
- Navío Saint Michel, francés de 60 cañones
- Navío España, español de 60 cañones
- Navío Couronne (insignia), francés de 80 cañones
- Navío Miño, español de 54 cañones
- Navío Triton, francés de 64 cañones


Vanguardia: al mando del conde de Guichen
- Navío Citoyen, francés de 74 cañones
- Navío San Miguel, español de 70 cañones
- Navío Auguste, francés de 80 cañones
- Navío Proteo, francés de 64 cañones
- Navío San Pablo, español de 70 cañones
- Navío Despierto, francés de 64 cañones
- Navío Arrogante, francés de 70 cañones
- Navío Ville de París (insignia), francés de 104 cañones
- Navío Curieux, francés de 74 cañones
- Navío Serio, español de 70 cañones
- Navío Indien, francés de 64 cañones
- Navío San Pedro, español de 70 cañones
- Navío San José, español de 70 cañones
- Navío Palmier, francés de 74 cañones
- Navío Victoire, francés de 74 cañones


Centro: al mando del conde de Orvilliers
- Navío Zodiaque, francés de 74 cañones
- Navío Guerrero, español de 70 cañones
- Navío San Vicente, español de 80 cañones
- Navío Scipion, francés de 80 cañones
- Navío Bien Aimé, francés de 74 cañones
- Navío Activ, francés de 74 cañones
- Navío Saint Charles, francés de 80 cañones
- Navío Neptune, francés de 74 cañones
- Navío Bretagne (insignia), francés de 110 cañones
- Navío Vencedor, francés de 70 cañones
- Navío Destinée, francés de 74 cañones
- Navío San Joaquín, español de 70 cañones
- Navío Santa Isabel, español de 70 cañones
- Navío Bourgogne, francés de 74 cañones
- Navío Solitaire, francés de 64 cañones


Retaguardia: al mando de don Miguel Gastón
- Navío Hercule, francés de 74 cañones
- Navío Septentrión, español de 70 cañones
- Navío Espíritu Santo, francés de 80 cañones
- Navío Intrepide, francés de 74 cañones
- Navío Ángel de la Guarda, español de 70 cañones
- Navío Bizarro, francés de 64 cañones
- Navío Conquerant, francés de 80 cañones
- Navío Rayo (insignia), español de 80 cañones
- Navío San Dámaso, francés de 70 cañones
- Navío Accionario, francés de 64 cañones
- Navío Brillante, español de 70 cañones
- Navío San Luis, español de 80 cañones
- Navío Caton, francés de 64 cañones
- Navío Pluton, francés de 74 cañones


Escuadra de Observación: al mando de don Luis de Córdova
- Navío Santísima Trinidad (insignia), español de 114 cañones
- Navío San Nicolás, español de 70 cañones
- Navío Monarca, español de 70 cañones
- Navío San Pascual, español de 70 cañones
- Navío San Rafael, español de 70 cañones
- Navío San Eugenio, español de 70 cañones
- Navío Princesa, español de 70 cañones
- Navío Atlante, español de 70 cañones
- Navío San Francisco de Asís, español de 70 cañones
- Navío San Francisco de Paula, español de 70 cañones
- Navío Velasco, español de 70 cañones
- Navío Galicia, español de 70 cañones
- Navío San Isidro, español de 70 cañones
- Navío Oriente, español de 70 cañones
- Navío San Isidoro, español de 60 cañones
- Navío Astuto, español de 60 cañones


    En total, 66 navíos, aparte fragatas y menores. Los franceses han aumentado tres navíos, con lo que ahora son 31, mientras que los españoles, destacaron cuatro con alguna fragata al mando de don Antonio de Ulloa, a las Azores, quedándose en 35 navíos. De los 66 navíos solo tres eran de tres puentes: el Santísima Trinidad español, y los Bretagne y Ville de París franceses, aunque hay varios de 80 cañones, bastante más potentes que los de 74, puesto que la batería baja era de a 36, y no de a 24. Los españoles siguen siendo del porte de 70 y no el estándar francés de 74. En cualquier caso era una poderosísima escuadra, superior a lo que pudiera enfrentarles los ingleses.
    Ahora les tocaba a ellos permanecer en puerto, pues su escuadra, que ahora mandaba Hardy, ya que Keppel había sido retirado del mando, solo contaba con 38 navíos. En Inglaterra todo era temor: las gentes abandonaban las poblaciones costeras y se trasladaban al interior, ante el temor de un desembarco. No se había visto tanto pánico, desde los tiempos de Felipe II. Pero cuando todo parecía perdido, empezaron las dificultades para los aliados, con una serie de temporales, que hicieron derivar a la escuadra combinada, fuera del Canal.

Cornualles


La escuadra francesa llegó a perder 5.000 hombres, y desde París llegó un mensaje, con un cambio de planes, ahora se fijaba el objetivo en la costa de Cornualles. Orvilliers se opuso, y el 25 de agosto, tras un consejo de almirantes, se decidió poner rumbo a las islas Sorlingas (Scilly para los ingleses), donde se suponía estaba Hardy, con su escuadra.
    El 31 se avistó a la escuadra inglesa, compuesta por 36 navíos, 8 fragatas y algunos menores, dándoseles caza y rompiendo fuego contra los más rezagados. En ese momento las fragatas exploradoras avisaron a Orvilliers del avistamiento de un gran convoy. Este, codicioso en exceso, ordenó cambiar el rumbo, abandonando la persecución de Hardy, para comprobar que se trataba de un convoy de neutrales holandeses.

Brest


Mientras tanto, el acosado Hardy, había conseguido escapar, y un desmoralizado Orvilliers, ordenó el regreso a Brest, arribando el 13 de septiembre. Justo en ese momento, de pura casualidad, aparecieron los convoyes de las Indias Orientales y Occidentales con 414 embarcaciones, que entraron en los puertos ingleses sin ningún impedimento.
    La decepción en Francia fue enorme, todas las críticas recayeron sobre Orvilliers que, anonadado, solicitó el retiro. Su sustituto Duchafaut, mandó desarmar la escuadra francesa, para reponerse, con lo que a Córdova no le quedó más remedio que regresa a España, quedando en Brest, Gastón con una parte de la flota, en espera de la recuperación francesa. Según todas las apariencias se había perdido una excelente ocasión, de invadir Inglaterra y poner fin a la guerra, de un solo golpe.

Ramón Martín

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