Juana de Portugal, segunda esposa de Enrique IV

Nacida en Almada el 20 de marzo de 1439, era hija póstuma del rey Eduardo I de Portugal y de la infanta Leonor de Aragón, hija de Fernando I de Aragón y de Leonor de Alburquerque.

En 1455 contrajo matrimonio con su primo el rey Enrique IV de Castilla, al cual acababan de declarar nulo su matrimonio con Blanca de Navarra. Tras siete años sin hijos, Juana dio a luz en 1462 a una niña que fue también llamada Juana, llamada la Beltraneja porque la voz pública atribuyó la paternidad al favorito Beltrán de la Cueva. Algunas turbulencias que estallaron contra el privado obligaron a la reina a alejarse de la corte y a vivir en el castillo de Alaejos (Valladolid), donde se dice que tuvo otros amores con Pedro de Castilla, sobrino del arzobispo de Sevilla, Alonso de Fonseca. De esta relación: Pedro de Castilla y Portugal y Andrés de Castilla y Portugal.

A la muerte de Enrique IV, el 11 de diciembre del año 1474, la reina Juana sostuvo los derechos sucesorios. Tras huir de Alaejos, Juana vivió con los Mendoza en Trijueque y, posteriormente, en Madrid, en el convento de San Francisco, donde fallecería, el 13 de junio de 1475.