Constanza de Borgoña, segunda esposa de Alfonso VI

Nacida en 1046, era hija de Roberto I de Borgoña y de su esposa Hélie de Samur, y por lo tanto nieta del rey Roberto II de Francia, de la familia de los Capetos.

Casó, en un primer matrimonio, con el conde Higo II de Chàlon, casando en 1079 con Alfonso VI, de todas las esposas y amantes del rey Alfonso VI -al menos siete-, fue la que más influencia tuvo en el monarca y probablemente la preferida de éste. Además, el rey tenía un gran cariño a su amante Jimena Muñiz, hasta el punto de que no se olvidó de ella nunca y siempre procuró su bienestar, a pesar de que se cree que rompió su relación con ella antes de casarse con Constanza. De ese matrimonio nacieron seis hijos, cuatro de ellos murieron en vida de Constanza, sobreviviéndola la futura Urraca I de León y Elvira. Constanza edificó un palacio en Sahagún, junto al monasterio de San Benito, dedicando en él un templo a la Magdalena. Constanza fue la que transmitió el interés a Alfonso VI por la orden cluniacense, hasta el punto de que el rey impulsó el arraigo de estos en España, y también la que aportó a la corte las costumbres que imperaban en Francia. Otra de las amantes, Zaida, le dio el único varón que tuvo el rey, a quien llamó Alfonso y a quien consideró heredero legítimo.

Falleció Constanza en 1093, trasladándose su cadáver a al Monasterio de San Benito de Sahagún.