Marina Mniszech, esposa de Demetrio I
Aunque son escasos los datos, suponemos que
nació en 1588. Era hija de Jerzy Mniszech, el voivoda polaco de Sandomierz,
que fue uno de los impulsores de las Dimitríadas, aquel intento de
invasión polaca de Rusia a principios del siglo XVII. Jerzy, Marina y Dimitri I, se reunieron
en 1604 o 1605, en la corte de un magnate de la Mancomunidad de
Polonia-Lituania, acordando su matrimonio. En el acuerdo, Dimitri les tendría
que otorgar Pskov, Nóvgorod, además de un millón de zlotys a Marina, y Smolensk
y Severia, a su padre. Con este matrimonio, los nobles polacos y al clero de la
Iglesia católica podían controlar Rusia. Segismundo III Vasa, rey de Polonia, acordó
financiar y dar hombres a Dimitri para conquistar Moscú. Tras la conquista de
la cual, en junio de 1605, Dimitri, depuso al hijo de Boris Godunov y se coronó con el nombre
de Dimitri I.
Dimitri I, en
noviembre, envió una embajada a Polonia, pidiendo la mano de Marina y
proponiendo una alianza militar para derrotar a los otomanos. El matrimonio se efectúa, por poderes,
en la catedral de Cracovia, ante el rey y varios diplomáticos extranjeros
(entre ellos un delegado del Papa). En la primavera de 1606, Marina parte hacia
Moscú acompañada por su padre y un séquito de 4.000 personas, haciendo su
entrada en la ciudad el 24 de abril, y siendo coronada el 8 de mayo en la Catedral
de la Dormición, tras el reconocimiento de su matrimonio por parte de
patriarca Ignacio. Se desconoce si Marina se convirtió a la ortodoxia.
De cualquier manera,
Marina no reinó durante mucho tiempo, pues, en la mañana del 17 de mayo, los
conspiradores contra Dimitri irrumpieron en el Kremlin. Dimitri intentó
salvarse huyendo por una ventana, pero cayó y se rompió una pierna y fue
ejecutado. Su cuerpo fue quemado y sus cenizas fueron disparadas por un cañón en
dirección a Polonia. Así pues, el reino de Dimitri duró unos diez meses, y el Zemski
Sobor eligió como nuevo zar a Vasili Shuiski, al que Dimitri había perdonado la
vida, una vez que hubiera conspirado contra él. Hubo millares de muertos y
bastantes presos, la mayoría del entorno polaco. Marina y su padre fueron
encarcelados. A Marina le fue perdonada la vida, una vez que hubiera renunciado
a su título real- y enviada de vuelta a Polonia en julio de 1608. Mientras
tanto, su padre, exiliado en Yaroslavl, no renunció a sus planes de convertirse
en suegro del zar.
En ese 1608,
apareció en Túshino un personaje que se hacía pasar por el zarévich Dimitri,
Dimitri II el Falso, que contaba con el apoyo de Segismundo III. Pone
sitio a Moscú, y Vasili Shuiski alcanza un acuerdo con el rey polaco por el
cual deja de apoyar al impostor a cambio de dejar libres a los prisioneros
polacos. Gracias a esto, los Mniszech son liberados. Marina viajaría hasta Túshino y
se desposará, en secreto con el impostor, reconociéndole como su salvado"
esposo. Perdido el apoyo polaco, buscó refuerzos entre los cosacos del Don,
consiguiendo controlar una parte del territorio del sudeste de Rusia.
En la noche del 11
de diciembre de 1610, tras haber bebido en abundancia con los boyardos, mandó
preparar un trineo para dar un paseo escoltado por varios boyardos. Uno de
ellos, Piotr Urúsov, de origen tártaro, cuando Dimitri estaba ebrio, sacó una
pistola y lo mató, cortándole posteriormente la cabeza y una mano. Un mes más
tarde, el 16 de enero de 1611, nacería el hijo de Marina y de este segundo
Dimitri. Este hijo, Iván Dimítrievich (Iván, el Pequeño Bandolero),
apodo heredado de su padre, al que el patriarca Hermógenes, había apodado así y
Marina quedarían bajo la protección del atamán, Iván Zarutski, de los cosacos
del Don, que respaldaría la reclamación al trono ruso del pequeño Iván. En
1612, sus tropas, una coalición de ciudades de los alrededores, pusieron sitio
a Moscú, que habían organizado un ejército que hizo que los cosacos abandonaran
el asedio y se desplazaron hacia el sur. Una parte de estos cosacos abandonaron
las filas de Iván, mientras que los que le seguían fieles, se trasladaron a
Astracán bajo su mando, a donde llegaron en el verano de 1613.
Tras la elección de Miguel I de Rusia,
una revuelta ciudadana los echó de la ciudad. Huyendo por las estepas, llegaron
al río Yaík, donde, tras haber fracasado en asegurarse el apoyo de los cosacos,
fueron capturados por estos y entregados al gobierno.
Iván Zarutski y el
hijo de Marina fueron ejecutados en 1614. Zarutski fue empalado y el pequeño
Iván, con tres años, fue colgado. Marina moriría poco después en prisión.
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Ramón
Martín
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