El juicio de Salomón de Luca Giordano
Dos madres se presentaron ante el rey
Salomón con sendos niños, uno de ellos muerto. Ambas se
disputaban al vivo, declarándose su madre legítima. El rey ordenó que
dividieran en dos al niño vivo y dieran la mitad a cada una. La auténtica,
conmovida, renunció a él. Salomón mostró su sabiduría otorgándole el
niño, al considerarla la verdadera madre.
La pintura representa el momento de mayor
tensión dramática del relato bíblico, cuando Salomón detiene
la ejecución y salva la vida del niño.
Giordano repite
con sustanciales diferencias el fresco del coro de la basílica del Escorial.
En la pintura del Prado introdujo
numerosos cambios de composición y corrigió sobre la marcha importantes
detalles, visibles a simple vista, en la escalera, en la rodilla de la figura
femenina central, en el turbante del personaje del ángulo inferior izquierdo y
en la figura de Salomón: cabeza, mano izquierda y bota.
Curiosamente, alguno de los nuevos personajes (no presentes en la pintura
del Escorial) proceden de otra pintura del
propio Giordano: Olindo y Sofronia (h.
1680, Génova, Palazzo Reale), que también aparecen en
el probable modelo de esta, de Mattia Preti. De la pintura
de Génova tomó el personaje que ata a los dos
amantes, convertido en la pintura del Prado en
el verdugo del niño; la del atento Aladino, rey de Jerusalén,
que dialoga con Clorinda montada en su caballo, que en el cuadro del Prado ocupa
el lateral derecho de la composición, y el sirviente que cuida del perro del
monarca, cuya presencia en la pintura del Prado carece
de justificación.
En la pintura del Prado sorprende
el muchacho del extremo inferior izquierdo, pintado sobre la falda azul de la
mujer situada detrás. Sus pinceladas, menudas y cortas, permanecen ajenas al
toque característico del resto del cuadro. Por ello, porque no aparece en el
fresco y por la forma de vestir, carente del tono bíblico del resto de los
personajes, podría sospecharse que se trata de un retrato pintado cuando la
obra estaba ya terminada. También presenta una técnica extraña el niño en tres
cuartos del primer plano, de espaldas y con jubón rojo. La radiografía muestra
que fue pintado sobre una figura posteriormente eliminada por el artista,
visible debido a la transparencia de la capa pictórica.
FUENTE: Museo de El Prado (Madrid)
Ramón Martín
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