Adoración de los Reyes de Luca Giordano
Realizado entre 1832
y 1837
Litografía a pluma,
Raspador, Aguatinta litográfica, Litografía a lápiz sobre papel avitelado.
No expuesto
Es una litografía de Cayetano Palmaroli
(1801-1853) que reproduce el óleo de Velázquez conservado en el Museo Nacional de El Prado.
Esta estampa se entregaba con el cuadernillo CLXII acompañado de un texto
explicativo de José Musso y Valiente. Iba encuadernada en el tomo III de la
serie dirigida por José de Madrazo, Colección litográfica de
cuadros del rey de España el señor don Fernando VII,
editada por el Real Establecimiento Litográfico en Madrid, 1829-1832. El Museo
custodia tres ejemplares más de esta estampa, dos encuadernados y otro suelto.
Uno de los grandes objetivos de la España
ilustrada durante la segunda mitad del siglo XVIII, fue la reproducción, a
través de estampas, de las pinturas de las colecciones reales. Los primeros
proyectos estuvieron protagonizados por Francisco de Goya, quien reprodujo
algunas pinturas de Velázquez en 1778, o por Juan Barcelón y Nicolás
Barsanti, que reprodujeron Los trabajos de Hércules pintados
al fresco por Luca Giordano entre 1777 y 1785.
El 16 de noviembre de 1789, Carlos IV
autorizó la creación de la Compañía para el grabado de los cuadros de los
Reales Palacios con el objetivo de dar a conocer la riqueza de las colecciones
reales y equiparase a otros países europeos. Esta empresa privada contó con la
protección real y estaba formada por diversos socios procedentes de la nobleza
madrileña, como el duque de Osuna y José Nicolás de Azara, quienes contactaron
con grabadores franceses e italianos para llevar a cabo esta labor. En estos
primeros momentos, la dirección artística estuvo a cargo de Manuel Salvador
Carmona y de Francisco Bayeu, para el grabado y el dibujo, respectivamente.
Según el Plan de la suscripción á la colección...,
las estampas se publicaron por entregas de seis ejemplares, a partir de febrero
de 1794. El precio a los suscriptores fue de 288 reales cada entrega, y a los
no suscriptores, de 360 reales. Además, de cada lámina se tiraron "100
estampas sin letra", cuyo precio fue el doble del de las otras (Continuación
del Memorial Literario, instructivo y curioso de la Corte de Madrid).
Las escasas ventas y el aumento de los
gastos hizo que la situación económica de la Compañía fuese empeorando, siendo
necesario un incremento de la ayuda privada. La mala calidad de los dibujos y
la temática religiosa que predominaba en la colección, tal y como argumentó
Azara, así como las carencias en el aspecto formal -la ausencia de orden,
clasificación, o los tamaños dispares-, dificultaron que las estampas pudieran
encuadernarse o que fueran empleadas en la decoración de gabinetes, lo cual
llevó a la ruina a este proyecto, que duró escasos diez años. En 1800 se le
propuso al rey que la Real Calcografía sufragara los gastos, y en 1812 se
depositaron en la Imprenta Real las láminas y enseres varios. Finalmente, en
1818, las láminas ingresaron en dicha.
De un total de 95 dibujos preparatorios
encargados para la colección se grabaron 74 láminas de cobre. De estas, 50
ingresaron en Calcografía: las 24 que ya había publicado la Compañía, y 26 más.
Las 24 restantes, que habían sido grabadas, no fueron entregadas por los
grabadores a la Compañía
TEXTO:
Web del Museo de El Prado
Ramón
Martín






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