Crónica de Alfonso III
La Crónica de
Alfonso III, es conocida a través de dos versiones: la rotense y la ovetense,
por haber estado los códices más antiguos que la contenían en las catedrales de
Rota (Huesca) y Oviedo.
Se admite que fuera el monarca Alfonso III quién escribió el
texto rotense, que sería corregido, posteriormente, por el obispo
Sebastián de Orense, naciendo así la versión ovetense.
La fecha
de redacción es clara, ya que ambas versiones utilizaron la “Crónica
Profética”. Podemos afirmar que el texto rótense, estaba escrito antes del
año 923, puesto que figura copiado en el Códice de Roda, luego tuvo que
ser escrito entre abril de 883 y el 923. Prescindiremos de que, ambos textos,
fueran anteriores a 886, pues que, ese año ya había muerto el obispo Sebastián
de Órense, presunto autor de la versión ovetense. Lo haremos porque el “prólogo
Pelagiano”, por el que se atribuye dicha versión al obispo Sebastián de
Órense, dice que era de Salamanca.
Para
fijar la fecha de redacción, hay que tener en cuenta que, las dos versiones
hacen un recuento de las tierras dominadas por los reyes asturianos.
Parece claro que el autor de la Crónica estaba convencido de que las
tierras de habla vascona nunca habían sido dominadas por los musulmanes, cosa
cierta en parte, ya que, Pamplona fue conquistada por los musulmanes el año 718
y, posteriormente, el 738, estando sujetas a los emires cordobeses. Aunque, en
el momento de escribirse esta Crónica estaban en manos cristianas.
Como la
mayor parte de las tierras a que hace referencia restaban en manos cristianas
el año 883, podemos considerar que, las dos versiones, se escribieron mucho
después del 883.
Para
poder datar la Crónica, hay que precisar la fecha de la conquista de
Deyo por los cristianos. Deyo, según la “Crónica Albeldense” era una
posición musulmana en mano de los Benicasi, el año 883. Dispuestos a
encontrar un dato que precise cuándo Deyo pasa a manos cristianas, hemos de
analizar algunos indicios: Mohamed Ababdela, dueño de Deyo en el 883, tres años
después hace una incursión por tierras alavesas; el año 891 conquistaba el castillo
silbaniano de Pamplona; y, en el año 898, intentaba la conquista de Zaragoza,
empresa en la que pierde la vida. Suponemos que Deyo permaneció en poder de los
Benicasi, hasta la muerte el 908, en lucha con Pamplona, del sucesor de
Mohamed Ababdela, Lope ibn Mohamed, su hijo y sucesor, y último representante
de los Benicasi.
Es
entonces cuando el rey de Pamplona, Sancho
Garcés I, pudo conquistar Deyo y Calahorra. Tuvo que ser entre el 905,
fecha en que accede al trono y el 914, cuando conquista Calahorra.
Por lo
que, ambas versiones, han de ser posteriores a 905. El texto rótenes se
copiaba antes de 923, bajo el reinado de Ordoño
II (914-924), en el Códice de Roda; mientras que el ovetense
se compiló durante el reinado de García
(910-913). Siendo, por tanto, primero el ovetense y después el rotense.
Con ello atribuirlo a Alfonso
III queda descartado, salvo que admitamos que en tiempos de García
y Ordoño
II, se readaptaron textos escritos en los últimos años del siglo
IX.
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