Agila I, rey visigodo de la Península desde el 549 al 555

 


REINO DE TOLEDO

Nacimiento: Se desconoce

Fallecimiento: El año 555 en Mérida.

Padres: Se desconocen

Reinado: Desde el año 549 al 555.

 

Decimotercer rey de los visigodos en España. Prestó su apoyo a los arrianos en su lucha contra los católicos, los cuales prestaron su apoyo a otro candidato a la corona, Atanagildo, que era sostenido por los bizantinos. Atanagildo venció a Agila cerca de Sevilla, quien poco después fue traicionado y muerto en Mérida por sus propios partidarios.

Desde el año siguiente a su coronación, combatió contra Córdoba, probablemente rebelada. Según nos cuenta Isidoro de Sevilla, el rey visigodo profanó la tumba cordobesa del mártir Acisclo, siendo un hecho poco corriente dentro de la tradicional tolerancia de los reyes arrianos con el catolicismo. Es posible que fuera esta profanación la que motivara la revuelta. 

 

Agila había sucedido en el trono a Teudiselo en el año 549, cuando éste fue asesinado por los señores de la corte. Sin embargo, su elección como rey, no fue bien aceptada por todos los nobles visigodos, lo que provocó duros y continuos enfrentamientos entre los bandos rivales, agravados por la oposición existente entre el arrianismo oficial y el catolicismo.

En 551 se produjo una sublevación en la Bética, por lo que Agila atacó la ciudad de Córdoba, foco principal de sus enemigos políticos, siendo derrotado. Muerto en la contienda su hijo y habiendo perdido el tesoro real, se retiró a Mérida; momento que aprovecharon los sublevados pata elegir rey a Atanagildo, pidiendo ayuda al emperador bizantino Justiniano, el cual se apresuró a enviar tropas al mando del patricio Liberio, prefecto del pretorio de Arlés, a cambio de ocupar una parte del reino. Según San Isidoro, se supone que los griegos desembarcaron en Málaga, aunque es más probable que se efectuara en Cartago Nova. Unidas las fuerzas griegas a los rebeldes, avanzaron hacia Sevilla.

Agila fue derrotado, por segunda vez, en el año 552, en las cercanías de Mérida, aunque la batalla que sería decisiva, en la que resulto, de nuevo, vencedor Atanagildo, se libró cerca de Sevilla. Como consecuencia, Agila se refugió en Mérida, donde sería asesinado por sus partidarios, quienes reconocieron como rey a Atanagildo.

Ramón Martrín

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