Teodorico II, rey visigodo de la Península desde el 453 al 466

 

REINO DE TOLOSA

Nacimiento: Se desconoce

Fallecimiento: El año 466

Padres:  Su padre fue Teodorico I y se desconoce el nombre de su madre.

Reinado: Desde el año 453 al 466.

 


Perteneciente al linaje de los Baltos, era hijo de Teodorico I y hermano de los reyes Turismundo y Eurico. Accedió al trono del reino de Tolosa sucediendo a su hermano Turismundo, tras haberle asesinado. En el año 454 renovó el foedus con los romanos, al igual que hicieron Walia y Teodorico I. Adquirió una sólida formación romana gracias a su preceptor, el senador galo Avito, al que prestaría apoyo en su lucha para convertirse en emperador. Ese mismo año, el general Aecio fue asesinado por orden del emperador Valentiniano III, quien fue asesinado al cabo de unos meses. La crisis del Imperio se agravó, aún más, el 455 con el saqueo de Roma por los vándalos. Teodorico intervino en favor de Avitomagister militum de las Galias, que fue proclamado emperador en Arlés.

En el año 454, en virtud del foedus, Teodorico mandó a Hispania un ejército mandado por su hermano menor, Federico, para enfrentarse a los que amenazaban la estabilidad de la Tarraconense. Los visigodos, habían luchado en nombre del Imperio, pero sin que les acompañara ningún oficial romano, lo que apuntaba al comienzo de la sustitución de la autoridad romana por la visigoda en los asuntos de Hispania. En 456, emprendió una nueva campaña en Hispania, destinada a frenar al ejército del rey suevo Requiario, el cual hostilizaba la Cartaginense y la Tarraconense. Derrotó a los suevos en el Órbigo, cerca de Astorga (León), y desde allí emprendió la conquista del reino suevo, ocupando su capital, Braga, y la importante plaza de Oporto. En las cercanías de esta ciudad capturó a Requiario y ordenó su ejecución. A continuación, prosiguió la conquista de Galicia y la Lusitania hasta tomar Mérida (Badajoz).

Esta campaña contra los suevos en Hispania fue el comienzo del proceso que llevaría al asentamiento de los visigodos en la Península Ibérica. Parecía que el reino suevo había tocado a su fin y que sus gentes pasarían a depender de las élites visigodas e integrarse en el grupo étnico godo. Pero el rey abandonó su empresa en tierras peninsulares para regresar a la Galia, cuando tuvo noticia del derrocamiento de Avito a manos de Ricimer, que proclamó emperador a Mayoriano. Mientras, en Galicia permaneció un importante contingente visigodo que devastó parte del territorio, hasta que los hispanorromanos obligaron al ejército visigodo a regresar a la Galia.

 Por su parte, el año 457, Teodorico dirigió una expedición contra la Septimania, en un intento de ayudar a Avito a recuperar el trono imperial. La muerte de éste no detuvo a Teodorico, que pretendía, aprovechar la ocasión, para extender su dominio sobre la Galia meridional. Sitió la ciudad de Arlés y el emperador Mayoriano le envió a Egidio para firmar un pacto; el año 459, Teodorico reconoció la legitimidad de Mayoriano y renovó el foedus con el Imperio, mientras, paralelamente, se organizaron nuevas expediciones visigodas al sur de Hispania, destinadas a someter a los últimos reductos suevos. Los visigodos tomaron Sevilla y lograron controlar la Bética. Con el foedus renovado, vieron reconocida su autoridad por la población hispanorromana.

El 462, Agripino, gobernador de la Galia meridional y rival de Egidio, ofreció a Teodorico la Narbonense, a condición de que reconociera la autoridad del emperador Severo, sucesor de Mayoriano, que había sido asesinado por Ricimer en el año 461. Teodorico accedió y procedió a ocupar Narbona, con lo que la Narbonense, se incorporaba al reino de Tolosa, logrando el acceso al Mediterráneo. Desde entonces la corte imperial de Rávena perdió la conexión terrestre y su influencia política sobre Hispania; los visigodos tomaron el relevo para hacer frente a la amenaza sueva. Teodorico intentó expandir el reino hacia el norte, pero fue derrotado por Egidio en Orleans. Ese mismo año, respondiendo a las peticiones de la aristocracia galaicorromana, intervino, una vez más, en Galicia, donde persistía la destrucción de varias facciones suevas. Teodorico apoyó al suevo Remismundo, quien a cambio, aceptó el patronazgo visigodo y el mantenimiento de un reino suevo circunscrito a Galicia y el norte de la Lusitania. Remismundo contraería matrimonio con una noble visigoda, acogiendo al misionero galo Ayax, que convirtió a los suevos al arrianismo. El acercamiento entre ambos pueblos germánicos, fue otra prueba de la, cada vez, más creciente hegemonía visigoda en Hispania. Pese a las diferencias religiosas, Teodorico se mostraba, para los hispanorromanos, como el garante de la legalidad imperial ante los abusos de los suevos.

Instalado de nuevo en Tolosa, fue asesinado en el año 466 por Eurico, su hermano y sucesor en el trono.

Ramón Martín

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares