Jacobo I, rey de Inglaterra desde 1603 a 1625

 


CASA DE ESTUARDO

Nacimiento: El 19 de junio de 1566 en el castillo de Edimburgo (Escocia)

Fallecimiento: El 27 de marzo de 1625 en Theobalds House

Padres: Enrique Estuardo, lord Darnley y su esposa María I de Escocia.

Reinado: Desde el 24 de marzo de 1603 al 27 de marzo de 1625.

 


Jacobo I de Inglaterra y Jacobo VI de Escocia, vino al mundo en el castillo de Edimburgo, el 19 de junio de 1566, era hijo de Henry Stewart, lord Darnley, y de María I de Escocia (María Estuardo). Fue el que unificó los tronos de Escocia e Inglaterra al morir la reina Isabel I de Inglaterra, sin herederos. Tuvo un accidentado reinado, aunque con algunos hechos relevantes: la fallida Conspiración de la pólvora de 1605; la adopción de la bandera Unión Jack en 1606; la publicación de una versión autorizada de la Biblia en 1611 y el viaje del Mayflower a Norteamérica en 1620. Siempre estuvo convencido de su derecho al poder absoluto, lo que, junto con un alto nivel de gastos, le llevó a frecuentes conflictos con el Parlamento inglés.

El reinado de su madre tampoco fue nada tranquilo, con escándalos en dos matrimonios y dos complots de asesinato, uno de los cuales causó la muerte a lord Darnley en febrero de 1567. No la ayudó, para nada, su firme catolicismo en un reino que se había inclinado notoriamente hacia el protestantismo; por lo que fue forzada a abdicar el 24 de julio de 1567 en favor de su hijo, que fue coronado el 29 de julio de 1567 en la iglesia de Holy Rude en Stirling. Cuando Jacobo, apenas tenía, un año, por lo que, sería fácilmente manipulado por los barones que gobernaban en su nombre. Cuatro regentes antes de que llegara a la edad adulta.

En 1578, el gobierno que dirigía el conde de Morton, desde 1572, se disolvió, y Jacobo comenzó a gobernar por derecho propio. Aunque solamente tenía 12 años, por lo que James Stewart, conde de Moray, se hizo cargo de la regencia. El joven rey fue un peón en la batalla religiosa, donde los monarcas católicos franceses apoyaron a los católicos escoceses y la reina protestante de Inglaterra, Isabel I, apoyaba a los protestantes. Jacobo llegó a ser secuestrado por nobles protestantes en agosto de 1582, en la llamada Incursión de Ruthven, encabezada por William Ruthven, conde de Gowrie. Pero la captura duró poco y el rey fue liberado a los diez meses, y Ruthven fue ahorcado. Más los protestantes ingleses no se rindieron, recibiendo el apoyo de una población cada vez más entregada a su causa. En octubre de 1585 la causa católica había muerto finalmente en Escocia, firmándose un tratado de paz, el Tratado de Berwick, entre Inglaterra y Escocia en julio de 1586. Jacobo, ávido por la paz, no se puso del lado de ninguna facción.

El 23 de noviembre de 1589, Jacobo se casó con Ana de Dinamarca, hija de Federico II de Dinamarca y Noruega, fortaleciendo los lazos comerciales entre Escocia y los Estados bálticos. Ana murió en marzo de 1619. La pareja tuvo siete hijos, aunque solo tres sobrevivieron a la infancia: Enrique, Isabel y Carlos. En 1612, Enrique murió de fiebre tifoidea, y Carlos se convirtió en heredero al trono. Isabel se casó con el rey de Bohemia y su nieto gobernaría Inglaterra como Jorge I de Inglaterra, siendo el primero de la dinastía Hannover.

El reinado de Jacobo en Escocia se fue asentando, mientras trataba de mantener a católicos y protestantes contentos. Durante la década de 1590 surgieron disputas con los nobles más poderosos, aunque esto no presentó ningún problema y, en 1598, la nobleza terminó sometiéndose a la justicia real. Lo peor seguía siendo la creciente deuda del erario real, pero esto iba a resolverse al trasladar la corte a Londres.

María Estuardo había huido a Inglaterra buscando la protección de su prima Isabel I, aunque ésta desconfiaba de su prima, justificado porque durante su encierro en varias casas de campo inglesas, María fue declarada culpable de tramar contra Isabel junto a la Corona española. María fue ejecutada el 8 de febrero de 1587. Jacobo presentó una queja sobre la muerte de su madre, pero no sirvió de nada. Inglaterra, por entonces, estaba muy ocupada en evitar una potencial invasión española de la Armada Invencible en 1588. La marina de Isabel derrotó a la Armada española y su trono permaneció seguro. Sin hijos y sin nombrar heredero, Isabel murió el 24 de marzo de 1603, iniciándose una crisis sucesoria. Como pariente más cercano, Jacobo fue invitado a convertirse en el próximo rey de Inglaterra, ya que tenía sangre real inglesa, por ser tataranieto de Enrique VII de Inglaterra, siendo el final de la Casa Tudor y el comienzo de la Casa Estuardo en Inglaterra. Jacobo fue coronado rey de Inglaterra e Irlanda el 25 de julio de 1603 en la Abadía de Westminster, siendo el primer monarca en gobernar Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda juntas. Tras una proclamación el 20 de octubre, se autodenominó «Rey de Gran Bretaña». Se instaló con su nueva corte en Inglaterra, y solo una vez, en 1617, regresaría a Escocia. Gobernó mediante el Consejo Privado y el Parlamento escocés por correspondencia. Gobernando —según sus propias palabras—: con la pluma y no con la espada. La gente corriente de Inglaterra no puso objeción a ese cambio de dinastía. Sin embargo, un pequeño grupo de nobles ingleses fue la excepción. Estaba dirigido por sir Walter Raleigh y lord Cobham, y su objetivo era poner a la prima de Jacobo, lady Arabella Estuardo, en el trono. Los cabecillas fueron arrestados y el complot fracasó.

El ascenso de un rey escocés puso fin a las incursiones fronterizas que se habían sucedido durante entre el norte de Inglaterra y el sur de Escocia. El reinado de Jacobo vio también el final de la costosa e impopular guerra contra España que había arruinado el reinado de Isabel. Ambos países firmaron un tratado de paz en Londres el 18 de agosto de 1604. Mientras tanto, las relaciones con Francia eran pacíficas, aunque no había respeto por el monarca escocés. Enrique IV de Francia le describió como «el tonto más sabio de la cristiandad». El hijo de Jacobo, Carlos, resultó más favorecido entre los franceses, y en 1624 se concertó su matrimonio con Enriqueta María, la hermana pequeña del nuevo rey Luis XIII de Francia. A Irlanda, país católico, se enviaron protestantes para establecer «colonias», principalmente en el norte de la isla. El proceso de «plantación», como se conoció, comenzó con la aprobación del rey, en 1608, la confiscación de las propiedades de los terratenientes católicos, lo que provocó un resentimiento duradero entre Inglaterra e Irlanda.

El reinado de Jacobo en Inglaterra se caracterizó por la falta de formalidad en etiqueta y protocolo dentro de la corte, algo inusual para los nobles: cualquier visitante podía ver al rey a la hora de comer, privilegio jamás concedido por los Tudor. Otros hábitos, que no le ganaron el cariño de sus nobles, fueron el amor por el gasto y la búsqueda, sin disimulo, de jóvenes apuestos que adquirieron un poder excesivo. El mejor ejemplo es George Villiers, un noble menor a quien Jacobo nombró conde de Buckingham en 1617, que, más tarde, ascendió a marqués y después a duque.

El reinado de Jacobo fue al menos moderado, a la hora de lidiar con las distintas facciones religiosas, puesto que, su verdadero problema era la política. Estaba firmemente convencido de su derecho divino a gobernar el reino con autoridad absoluta. Esta posición provocó frecuentes conflictos con el Parlamento inglés. Los predecesores Tudor, habían entendido la necesidad de conciliar con los poderosos nobles a través del Parlamento, cosa que Jacobo, acostumbrado a una institución más débil en Escocia, no llegó a comprender las diferencias entre los dos sistemas de gobierno en Escocia e Inglaterra. Los asuntos financieros fueron causa de problemas y le llevaron a disolver el Parlamento en 1611 y en 1621. En 1614, el Parlamento, no logró llegar a un acuerdo sobre el dinero, no aprobando ninguna legislación. El intento del rey de unificar políticamente Escocia e Inglaterra fue rechazado por el Parlamento, aunque la bandera Unión Jack, fruto de combinar las banderas nacionales, fue adoptada por los barcos a partir del 12 de abril de 1606. También hubo una fuerte disputa a la hora de obtener fondos para su lujoso estilo de vida, ya que el aumento en los impuestos era competencia del Parlamento.

Aunque el Parlamento y el rey rara vez estaban de acuerdo, había un grupo de conspiradores que los detestaba por igual. En 1605, un grupo de rebeldes católicos, molestos por una ola de leyes de la Iglesia Anglicana contra ellos, decidió tomar medidas. Los conspiradores, a cuya cabeza se encontraba sir Robert Catesby, comenzaron a excavar un túnel debajo del Palacio de Westminster, lugar donde se reunía el Parlamento. Excavación abandonada, cuando se dieron cuenta de que era bastante fácil alquilar un sótano de carbón, debajo del del edificio. En este almacén depositaron una gran cantidad pólvora con la intención de volar el edificio cuando el rey inaugurara el Parlamento el 5 de noviembre. Al estar presentes todos los nobles, sus muertes provocarían el caos, situación que los católicos podrían aprovechar en su beneficio. Afortunadamente, el complot fue descubierto. Al investigar en el almacén la medianoche del 4 de noviembre, se detuvo a un tal Guy Fawkes; un soldado de fortuna católico, experto en explosivos que había llegado recientemente a Inglaterra. Fue llevado a la Torre de Londres donde, reveló los nombres de los conspiradores, que fueron ahorcados, arrastrados y descuartizados, el terrible castigo reservado para los traidores. Para celebrar el fracaso de la Conspiración de la pólvora, las autoridades animaron a los plebeyos a encender hogueras la noche del 5 de noviembre, dando inicio una tradición que continúa hasta el día de hoy.

En 1611 se publicó la primera Versión Autorizada de la Biblia, más tarde conocida como la Versión King James o la Versión Autorizada porque el rey había permitido la enorme tarea. Fue el producto de una conferencia entre anglicanos y puritanos en Hampton Court en 1605, donde se decidió una versión definitiva del libro sagrado. Entonces existían tres versiones: la Gran Biblia de William Tyndale de 1539, la Biblia de Ginebra de 1560 y la Biblia del Obispo de 1572. La versión de Jacobo, compilada por 47 eruditos, traductores y obispos durante siete años, se convirtió, desde entonces, en la interpretación estándar en los países de habla inglesa.



En 1606, Jacobo otorgó una cédula para fundar colonias en la costa este de América del Norte. En mayo de 1607, se fundó Jamestown en Virginia, y en 1616, Pocahontas, la hija del jefe Powhatan, viajó a Inglaterra, siendo recibida por Jacobo I. En 1620, el Mayflower zarpó hacia América del Norte con los peregrinos puritanos que se establecieron en la colonia de Plymouth. El Mayflower recibió el respaldo real, a pesar de que fue la postura de Jacobo contra las libertades religiosas lo que ocasionó la partida de los peregrinos. En 1624, Virginia se convirtió en la Colonia Real.

Las artes continuaron floreciendo como lo habían hecho con Isabel I. Jacobo otorgó a la compañía de actores de William Shakespeare con el título de «Hombres del Rey», representándose muchas de las obras del famoso dramaturgo en la corte real, como El rey Lear, Macbeth y La Tempestad. Curiosamente, durante su reinado, se inventó el juego del golf.

Jacobo sufrió varias dolencias en sus últimos años: artritis, problemas renales y gota, probablemente murió a consecuencia de un derrame cerebral, el 27 de marzo de 1625 en Theobalds Park en Hertfordshire. Siendo enterrado en la Abadía de Westminster junto a Enrique VII. Le sucedió el mayor de sus hijos sobrevivientes, Carlos, que se mostró menos conciliador que su padre con los nobles y las instituciones políticas. Una crisis de la monarquía se transformó en una guerra civil, y Carlos fue ejecutado en 1649 y reemplazado por un sistema republicano encabezado por Oliver Cromwell. La monarquía fue restaurada en 1660 cuando el hijo de Carlos, Carlos II de Inglaterra. Los Estuardo continuarían gobernando hasta 1714.

Ramón Martín


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