Isabel Woodville, esposa de Eduardo IV, rey de Inglaterra

 


Nació en Grafton Regis en 1437. Era la primera de los doce hijos de un matrimonio compuesto por sir Ricardo Woodville, chambelán del príncipe Juan de Lancaster, que se había casado en secreto con la viuda de su señor, Jacquetta de Luxemburgo, sin obtener el permiso del rey Enrique VI.

En 1452 casó con Juan Grey de Groby, barón de Ferrers, que murió el 17 de febrero de 1460 en la segunda batalla de San Albano, peleando junto a los Lancaster. Por entonces el rey Eduardo IV tenía varias amantes, pero Isabel no quería ser una de ellas, por lo que insistió en casarse con el rey. Accedió éste y el matrimonio se celebró en Grafton Regis, el 1 de mayo de 1464. El enlace fue en secreto, y por entonces Ricardo Neville, conde de Warwick, a la sazón consejero de Eduardo, estaba negociando un matrimonio en Francia. Al enterarse de la unión entre el rey e Isabel, se cambió al bando de los Lancaster. Los favores obtenidos por los allegados a la reina generaron un gran resentimiento entre algunos cortesanos. En 1480, al morir el esposo de su hermana Leonor, sir Anthony Grey, fue enterrado en la catedral de San Albans con un brazalete de oro, rivalizando con el usado por el arzobispo más importante de esa abadía. La reina arregló matrimonios muy convenientes para su familia, como el de su joven hermano Juan, que casó con Catalina Neville, duquesa viuda de Norfolk; que era viuda por tres veces. También casó a su hermana Catalina, de 9 años con Henry Stafford, duque de Buckingham, de 12.

El matrimonio tuvo dio diez hijos. El mayor de los dos, Eduardo, había nacido en la abadía de Westminster en 1470, donde Isabel se había refugiado tras la breve restauración en el trono de Enrique VI. Al morir el rey Eduardo IV, su hijo se convirtió en el nuevo rey Eduardo V, quedando a cargo de su tío Ricardo de Gloucester, lord Protector; el cual temeroso de que los Woodville monopolizaran el poder, maniobró para hacerse con el control del joven rey, ordenando el arresto de Antonio Woodville, conde de Rivers, y de Ricardo Grey, hijo del primer matrimonio de Isabel; trasladó al joven rey a la Torre de Londres e Isabel volvió a acogerse en la abadía de Westminster con sus hijos. Gloucester acusó a Isabel de conspirar para asesinarlo.

El 25 de junio de 1483, el matrimonio con el difunto monarca fue declarado nulo por el Parlamento, bajo el argumento de que, Eduardo IV se había comprometido, previamente, con lady Leonor Talbot y que existía un contrato nupcial firmado, válido ante la ley, en el que se le prohibía contraer otro matrimonio. Contrato que se dio a conocer cuando, un sacerdote, atestiguó que había realizado la ceremonia. Con esto, todos los hijos del matrimonio con Eduardo IV, fueron declarados ilegítimos. Ricardo III, su cuñado, se hizo con la corona, manteniendo a los príncipes Eduardo y Ricardo en la Torre de Londres. Se desconoce el destino de los príncipes, Isabel perdió el título de reina madre y se le dio el de lady Isabel Grey.

El duque de Buckingham, antiguo aliado de Ricardo III, comunicó a Isabel que sus hijos habían sido asesinados, por lo que ambos se aliaron a los Lancaster, apoyando las pretensiones del hijo de lady Margarita Beaufort, Enrique Tudor. Con objeto de reforzar su alianza Isabel y Margarita acordaron el compromiso de sus hijos Enrique e Isabel de York. Al acceder Enrique al trono, en 1485, la unión de Isabel con Eduardo IV fue declarada válida y sus hijos fueron legitimados nuevamente, e Isabel recuperó el título de reina-viuda.

Isabel murió el 8 de junio de 1492 en la abadía de Bermondsey, siendo sepultada en la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, junto a su marido Eduardo IV.


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