Guillermo II Rufus, rey de Inglaterra desde 1087 a 1100
CASA DE NORMANDÍA
Nacimiento: El año 1056.
Fallecimiento: 2 de agosto de 1100 en New Forest (Inglaterra),
siendo enterrado en la Catedral de
Winchester.
Padres: Guillermo
I el Conquistador y Matilde
de Flandes.
Reinado: Desde el 9 de
septiembre de 1087 a 2 de agosto de 1100.
Como joven príncipe, en 1075, combatió en Gales
sometiendo al rey Caradog ap Gruffudd. Esta victoria le inspiraría para
tratar de completar la conquista de Gales una vez que se convirtió en rey.
Durante la rebelión de su hermano Roberto, en 1087, se mantuvo junto
a su padre. En ella, Roberto deseaba obtener más poder y tierras propias.
Para ello, contaba con el apoyo del rey Felipe I de Francia, que estaba
ansioso por frenar la expansión de los normandos. Felipe dio a Roberto
el castillo de Gerberoy, situado en la frontera entre Francia y Normandía, para
que fuera su base. Guillermo
el Conquistador puso sitio al castillo, pero fue derrotado por Roberto.
En 1079, padre e hijo se reconciliaron y Roberto fue enviado a
Northumbria para poner fin a las repetidas rebeliones que llegaban desde
Escocia. Sin embargo, Roberto, debido a su ambición, el año 1087 en el sitio de
Mantes, se unió con el enemigo en contra de su padre. Estos conflictos
familiares no eran buenos, ni para Inglaterra ni para Normandía, pero si fueron
buenas noticias para Guillermo Rufus, que ahora era el favorito de su padre y probablemente
su sucesor.
El 9 de septiembre de 1087, fallece en Francia Guillermo
el Conquistador por muerte natural. El 26 de septiembre de ese mismo
año Guillermo II fue coronado rey de Inglaterra en la Abadía de Westminster. Su
hermano Roberto Curthose heredó el ducado de Normandía; Enrique
el tercer hermano recibió efectivo en lugar de tierras; mientras el cuarto
hermano, Ricardo moría en 1075. El reino Normando quedaba dividido en
dos áreas geográficas y los tres hermanos se disputarían su dominio durante las
dos décadas siguientes.
Guillermo II tenía que seguir con la política emprendida por su padre,
consolidando el gobierno normando en Inglaterra, Gales y Escocia. Los castillos
construidos por su padre ─con una torre en el centro y muralla de madera
alrededor de una zanja exterior─ debían conservarse, construyendo uno nuevo en
Carlisle. En 1093 las campañas en Gales aseguraron la lealtad de varios
príncipes, mientras en el norte, fue anexada Cumbria y en 1097 Escocia fue más
amigable, una vez reemplazado el hostil rey Donald III, por Duncan II
y Edgar, a los que Guillermo dio un ejército que les permitió destronar
a su tío. Otro tío de Guillermo II, Odo de Bayeux, a quien Guillermo
el Conquistador había nombrado Conde de Kent, era un pariente ambicioso
y peligroso. Tras ser el segundo hombre más poderoso de Inglaterra, perdió el
favor del Conquistador, del que sólo obtuvo el perdón cuando el Conquistador
estaba en su lecho de muerte. Posteriormente, Odo apoyó a Roberto
Curthose en su reclamación de la corona inglesa, en contra de Guillermo II,
pero el rey derrotó a los rebeldes y Odo perdió el control del castillo
de Rochester, siéndole confiscadas sus tierras y exiliado. Odo murió en
Sicilia en enero de 1097, camino a su participación en la Primera
Cruzada.
Después en 1091 Guillermo invadió Normandía y el oportunista Roberto
se rindió y se alió con su hermano para derrotar a su tercer hermano Enrique
en el Monte Saint Michel, dividiéndose entre ellos, la península del Cotentin
(Cherburgo). Roberto empeñó su ducado a su hermano Guillermo para poder
participar en la Primera
Cruzada, hacia la que partió en 1096. Finalmente Guillermo II tenía la
posesión indiscutible de todo el reino.
El estilo de vida desenfrenado de Guillermo pronto molestó a algunos personajes
de la Iglesia. Esta situación tuvo como consecuencia que, el rey, se negara a
nombrar nuevos obispos y abades, lo cual repercutía en la disminución de los
ingresos eclesiásticos. Entre 1089 y 1092 el rey rehusó nombrar un nuevo
arzobispo de Canterbury, a causa de la polémica existente, sobre quién apoyaba a
los dos rivales al papado existentes. Por otra parte, Guillermo II no era muy
exigente en cómo su ministro en jefe Ranulf Flambard, llenaba los cofres
del estado, lo que molestó a los barones. La dura política fiscal, junto a los altos
impuestos necesarios para hacer frente a sus campañas militares, condujo a una
conspiración de asesinato el año 1095. Conspiración que desencadenó una furiosa
cacería de brujas contra los conspiradores, con torturas, mutilaciones y
ejecuciones. Además de aprovechar la ocasión para multar a los nobles y así,
conservar sus derechos, lo que llevó más dinero al tesoro. La imagen poco
halagadora de Guillermo tenía más que ver con los cronistas religiosos, que
estaban muy molestos con el rey por el trato hacia su arzobispo. Le acusaron de
ser pagano y propagar la brujería, también fue acusado de ser homosexual aunque,
en realidad, la única evidencia es que nunca se casó.
Un legado importante que dejó, fue el Gran Salón de la residencia real
principal en el palacio de Westminster. Construido en 1097 y que después Ricardo
II de Inglaterra amplió con un nuevo techo, la estructura más alta
construida en Europa en aquella época. En la procesión inaugural, en 1099,
se forzó a la realeza de Gales a marchar cargando la espada ceremonial de
Guillermo, para demostrar el creciente poder del reino inglés.
Guillermo II murió como resultado de un accidente de caza cuando un noble Guillermo
Tirel disparó una flecha que rebotó en el lomo de un ciervo que huía y le
pegó a Guillermo en el pecho. El incidente fue referido como un accidente y Tirel
no fue castigado. Es curioso que su sucesor, Enrique el hermano más
joven de Guillermo estuviera en el grupo de cacería y Roberto Curthose
estuviera lejos combatiendo en la Primera
Cruzada, lo que permitió a Enrique proponerse como nuevo rey. La
Iglesia echó la culpa a las duras reglas de caza impuestas por el padre de
Guillermo II, por lo que, el rey recibió un castigo divino por su avaricia. Hay
una tercera explicación, la que dice que, al rey le disparó un cazador furtivo
enojado por los salvajes castigos impuestos a quien se atreviera a ahuyentar a
los animales en las reservas del rey, sin mencionar a los que eran sorprendidos
matándolos. Ya sea accidental o intencionadamente, el rey estaba muerto.
Soltero y sin hijos, el trono lo tomó Enrique quien había sido electo
por el consejo real. Todo en 48 horas tras la muerte de su hermano. El 6 de agosto
6 de 1100 Enrique I de Inglaterra fue coronado en la Abadía de
Westminster. Su hermano Roberto, que había regresado de la Primera
Cruzada, fue derrotado en Tinchebray (Normandía) en 1106, gobernando Normandía
e Inglaterra hasta 1135.
La torre donde Guillermo Rufus fue enterrado en la Catedral de Winchester
se desplomó en 1107, con lo que las crónicas religiosas de la época, lo señalan
como la ira celestial sobre un rey hereje quien no defendió su derecho divino
por el bien de su pueblo.
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