Crucero Pesado Baleares de España

    Su construcción fue ordenada durante la dictadura del general Primo de Ribera. Fue puesto en grada el 15 de agosto de 1928, realizándose su botadura el 20 de abril de 1932. Su construcción se debió a la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN), empresa subsidiaria de la británica Vickers-Armstrong. Su diseño se basó en los cruceros de la clase County de la Royal Navy. El proceso de construcción tuvo considerables retrasos, y en julio de 1936, momento de la sublevación militar, el Baleares todavía se hallaba incompleto y amarrado en puerto.


    Las operaciones militares de la Guerra Civil, tuvieron como consecuencia, su precipitada entrada en servicio, en diciembre de 1936, cuando aún no tenía instalada una de sus torres de artillería, que sería instalada en el verano de 1937. En febrero de 1937, participará junto a los cruceros Canarias y Almirante Cervera, en el bombardeo de quienes huían de Málaga, ante la llegada de los sublevados, por la carretera costera hacia Almería. Acción que pese a los esfuerzos de Franco para ocultarlo, hoy podemos conocer gracias a las fotografías tomadas por el médico canadiense Norman Belthune, y a su relato en The New York Times. Se calcula que la “operación militar”, causó más de 12800 víctimas civiles. 

    Tras una serie de pequeñas acciones durante los meses de mayo, julio y septiembre de 1937, en 1.938 la Armada gubernamental planeó una operación para dar un golpe definitivo a la flota sublevada. Pretendía, el alto mando republicano, atacar la bahía de Palma de Mallorca, donde se encontraba una buena parte de la flota franquista. La operación era dificultosa. Un grupo de lanchas torpederas adquiridas en Rusia, partiría desde su base en Portman (Cartagena) en dirección a Alicante, donde se unirían a la Primera Flotilla de Destructores, que les escoltaría hasta la bahía de Palma, donde realizarían un ataque relámpago contra los buques franquistas allí fondeados. 

    A su vez, también se ordenó al grueso de la flota republicana, al mando del almirante Luis González Ubieta, que cubriera el avance, navegando a 75 millas del Cabo de Palos. Era la noche del 5 al 6 de marzo, cuando Ubieta recibió una mala noticia: el mal tiempo había provocado que las lanchas regresaran a su base. El almirante decidió continuar con la operación y así proteger la retirada de la Primera Flotilla de Destructores

    Casualmente, la flota sublevada tenía su propia misión, consistente en la salida, la tarde de día 5, de los cruceros Canarias, Baleares y Almirante Cervera, de Palma, para escoltar a un convoy mercante de dos grandes barcos, el Umbe-Mendi y Aiskori-Mendi, que llevaban material de guerra, desde Formentera hasta el Estrecho. En ese itinerario se encontraba navegando el grueso de la flota republicana. Los buques republicanos se encontraron de improviso con el convoy sublevado. Encontradas las dos flotas, rápidamente se entabló el combate, que se conocerá como la batalla del Cabo de Palos. Hacia las 02:20 horas del 6 marzo, varios torpedos, procedentes del destructor Lepanto, alcanzaron los depósitos de municiones del Baleares. Los daños fueron tan graves que el barco comenzó a hundirse por la proa. 

    El contralmirante Vierna, que mandaba la flota franquista, ordenó lanzar varias granadas luminosas para señalar la posición de los barcos gubernamentales. No pudo cometer un error más grave, pues las granadas iluminaron al Baleares, que quedo a la vista de los republicanos. Así, el contralmirante firmó la sentencia de muerte del buque insignia de Franco. Ubieta, en su marcha hacia la base, se encontró, a muy corta distancia, con un iluminado Baleares. El almirante se dispuso a llevarse al fondo del mar al moderno navío. El crucero presentaba un excelente blanco para los tres destructores Sánchez Barcaiztegui, AntequeraLepanto. Entre las 02:17 y las 02:20 horas lanzaron doce torpedos a una distancia de entre 2.000 y 3.000 metros. El Baleares se hundió a las 05:00 horas. 

    Dos destructores ingleses que, casualmente, andaban por la zona, el HMS Boreas y el HMS Kempenfeit, acudieron rápidamente, logrando rescatar a 435 hombres, no pudiendo hacer nada por los 786 que murieron o desaparecieron. Durante el salvamento, varios aviones republicanos bombardearon los destructores ingleses, causando un muerto y cuatro heridos en el Boreas


Fuentes: Diversas 
Imágenes: Pinterest 

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