Orígenes de los Romanov

            Los Romanov era una familia de origen lituano, que se estableció en Moscú en el siglo XIV, tomando el nombre de un ancestro llamado Román Zajarín-Yúriev, que emparentó con Iván IV, el Terrible, por medio de su hija Anastasia Románovna Zajárina en 1547.

Escudo de Los Romanov

            Román Zajarín-Yúriev era a su vez hijo de Andrey Ivánovich Kobyla, que como hemos dicho era de origen lituano, boyardo que estaba al servicio de Simeón I de Rusia. Algunos historiadores afirman que descendía de Julio César, siendo antepasado de unas 24 familias nobles, aparte de la mencionada.

            A la muerte de Iván en 1584, se sucedieron unos años de anarquía, durante los cuales los Romanov, fueron ganando influencia, hasta que en 1613, una asamblea de nobles eligió rey al sobrino de Iván, y nieto de Román Zajarín-Yúriev, Miguel III, con el cual se iniciará la dinastía. Aunque en un principio no había una norma sucesoria, se limitaron a seguir la costumbre de dejar el Trono al primogénito del rey o al pariente varón más cercano. Así, a Miguel le sucedieron su hijo Alejo I y su nieto Teodoro III.

Escudo de Rusia

            Al morir Teodoro III, tuvo lugar un conflicto sucesorio entre los descendientes de Alejo I, Pedro I el Grande y sus hermanastros Iván V y Sofía. Hasta que en 1689 Pedro se impuso a ambos, iniciando un reinado que estaría marcado por la expansión y, sobre todo, la modernización de Rusia. Pedro I fue el primer monarca en adoptar el título de zar de todas las Rusias. Para impedir que se repitieran las luchas sucesorias, estableció que fuera el propio zar quien designara a su heredero. Sin embargo, murió antes de haber nombrado sucesor. Los boyardos escogieron, en 1725, a su esposa, Catalina I como zarina. Al morir ésta, el trono volvió a los Romanov con su nieto Pedro II y su sobrina Ana Ivanovna. La influencia alemana en Rusia, iniciada en tiempos de Pedro I, se acrecentó durante los reinados de Catalina y Ana, hasta el punto de que un alemán como Iván VI se convirtió en zar. La influencia alemana iniciada en tiempos de Pedro I, se acrecentó durante los reinados de Catalina y Ana, hasta el punto de que un alemán como Iván VI, se convirtió en zar. Una vez más el Trono volvió a los Romanov genuinos con la zarina Isabel, que era hija de Pedro I.

            Una nueva conspiración de los nobles y del clero obligó a Pedro III a abdicar, sucediéndole su esposa, Catalina II de Rusia, que había nacido en Prusia en 1762, la cual usurpó el trono a su hijo, Pablo I, aunque le designó como sucesor. Pablo murió asesinado en una conspiración encabezada por su hijo, el príncipe Constantino en 1801, recayendo el trono en un nieto de Catalina, Alejandro I, y después en su hermano, Nicolás I. A continuación siguió el orden natural de padres a hijos, con Alejandro II, Alejandro III y Nicolás II. Trescientos cuatro años después de instalarse la dinastía Romanov en el trono ruso, llegaría a su brutal final, con el asesinato de Nicolás II por los bolcheviques.



             Antes de acabar os adjunto un video de Youtube titulado: LOS ROMANOV ESPLENDOR Y OCASO DE UNA DINASTÍA.


              


Fuentes: WikipediA. France24 y El Periódico. Imágenes: Pinterest.

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