Museo de Bellas Artes de Valencia, San Pio V



Una ciudad como Valencia, donde el arte está presente en todas sus facetas, merecía tener un Museo que, reflejara la obra de los grandes maestros de la pintura que, a lo largo de los tiempos, han nacido, aprendido, vivido y realizado su obra en la ciudad para, después, repartirla por todo el mundo; estando presente en las más importantes Pinacotecas Mundiales: El Louvre en París, el Metropolitan Museum of Art en Nueva York, el Museo del Prado en Madrid, la National Gallery of Art, en Washington, D.C., el Museo Reina Sofía en Madrid, el Museo Británico en Londres, la National Gallery en Londres, el Museo del Cairo, el Museo Guggenheim, en Bilbao, el Museo Hermitage en San Petersburgo.

Un poco de Historia
Don Jerónimo Vich y Vallterra, noble valenciano que fue embajador del rey Fernando ante la Santa Sede y más tarde de Carlos I, participó activamente en la política durante los pontificados de Julio II y León X, asistiendo a uno de los periodos más esplendorosos y fecundos del arte occidental. Su mecenazgo, tan afín a las novedades del renacimiento italiano, se manifiesta en su palacio en Valencia hacia 1527.

El Palacio Vich, es derribado en 1859, siendo la Real Academia de San Carlos, la encargada del traslado de los mármoles al convento del Carmen, entonces sede del Museo de Bellas Artes. En 1909, se trasladó una parte de las piezas al antiguo refectorio y aula capitular de dicho convento; el resto de las piezas marmóreas se llevaron, pasada la guerra civil española, al antiguo Colegio Seminario de San Pío V, que sería la nueva sede del Museo, a partir de 1946. En el 2006 se procedió a la instalación definitiva del patio del antiguo Palacio, en el Museo, siendo uno de los espacios más emblemáticos de Valencia.


Una vez conocida la historia de los mármoles depositados en el patio, llega el momento de que conozcamos la del edificio.

El edificio fue, en un principio, sede del Colegio Seminario de San Pío V, que fue fundado por el arzobispo Juan Tomás de Rocaberti, para instruir a clérigos menores. La construcción barroca fue encomendada al arquitecto Juan Bautista Pérez Castiel, iniciándose en 1683 y, prolongándose hasta 1744. La obra sufrió constantes retrasos, unos debidos a la Guerra de Sucesión y, otros a la muerte de Pérez Castiel, el año 1728, siendo la construcción continuada por José Mínguez y Juan Pérez, sobrino e hijo respectivamente del anterior, quienes introdujeron algunos cambios.

La planta del edificio primitivo se compone de dos núcleos. De un lado una iglesia de perímetro ochavado rodeado de capillas, deambulatorio alto con tribunas y cúpula, convertida hoy en zaguán principal del museo. El resto se articula en torno a un claustro de triple arquería superpuesta, alojando crujías que comunican sus salas.

Recientemente, se ha efectuado una profunda intervención para ampliar su fábrica inicial, por su parte trasera con una construcción aneja que ha aumentado el área del museo a 14.000 metros cuadrados, dotándola de nuevas salas y modernas instalaciones para alojar la colección permanente de manera definitiva y completa.

La mayoría de las piezas que podemos admirar, proceden de los conventos valencianos, que fueron obtenidas a raíz de la Desamortización de 1837. Otra parte importante, procede de las colecciones que fue reuniendo la Real Academia de San Carlos desde su creación en 1768, institución a la que se encomendó, en un principio, la gestión del centro, colecciones que se integraron definitivamente al Museo a mediados del siglo XIX.

Más recientemente, llegaron diversos depósitos, procedentes de la Diputación de Valencia, con trabajos de artistas pensionados por ella, y cierto número de cuadros del Museo Nacional del Prado, incorporados por vía de depósito, al igual que las procedentes del Ayuntamiento de Valencia.

No podemos olvidar las aportaciones de particulares, destacando el legado de Martínez Blanch efectuado en 1835, el de Martínez Vallejo en 1877, la donación Goerlich-Miquel de 1963 y la más reciente de Orts-Bosch en 2004. También destacaremos las piezas adquiridas por el Estado y la Generalitat, con el objetivo de completar apartados concretos de la colección.



Recorramos el Museo
Comenzamos en la planta baja, recorriendo la galería de retablos, en ella encontramos lo mejor de la pintura histórica desde el siglo XIV. En dicha galería varios recintos dedicados al mundo pictórico valenciano, comenzando por los "primitivos" del estilo gótico de la primera mitad del siglo XV, con el italiano Gherardo Starnina, que trabajó en Valencia, y los pintores valencianos: Pere Nicolau, Antoni Peris, Miquel Alcanyís, Jaume Mateu y Goncal Peris, para continuar con los "primitivos" de raíz flamenca de la segunda mitad del siglo XV: Jaume Baco “Jacomart”, Joan Reixach o el Maestro de Perea.

El siguiente espacio nos ofrece la pintura valenciana del XVI y la proyección del renacimiento itálico en Valencia, con Paolo de San Leocadio, los Osona, Vicent Macip, Nicolás Falco, los Hernandos: Fernando Yáñez y Fernando Llanos, Miguel Esteve o el Maestro de Alzira. El último recinto de esta galería se reserva al maestro Joan de Joanes y a su discípulo Nicolás Borras. También nos encontramos ejemplos tempranos de pintura italiana y flamenca: Pinturicchio, Antoniazzo Romano, Giampietrino, Maerten de Vos, Pieter Coecke van Aelst y el Tríptico de la Pasión de un seguidor de Hieronymus Bosch.

Continuamos perpendicularmente a la gran galería de retablos, y podemos admirar el arte de la Contrarreforma y los inicios del naturalismo barroco, destacando: Vicente Requena, Sarinyena, los Ribalta, Orrente, Yepes y Espinosa, acabando con los valencianos del Barroco de la segunda mitad del siglo XVII: los March, Pontons, Gaspar de la Huerta, Tomás Yepes, Vicente Giner y Conchillos.

En la planta alta, tres ejes reúnen la pintura europea del Barroco: Giordano, Andrea Vaccaro, Giovanni Baglione, Rutilio Manetti, Matthias Stom, Valerio Castello, Van Bloemen, Simón de Vos, Van Dyck, Seghers, Van de Velde o Van Goyen, la española del Siglo de Oro el Greco, Velázquez, Ribera, Murillo, Cano, Pereda, Jiménez Donoso, etc. y finalmente, la académica a partir de mediados del siglo XVIII Maella, José Camarón y Vergara hasta Goya y sus contemporáneos Bayeu, Asensio Julia, Agustín Esteve.

En la primera planta del edificio antiguo, se pueden ver las pinturas relacionadas con la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, con una sala de bocetos de Ignacio Vergara, una serie de relieves en barro cocido de Vicente López, Miguel Parra, Vicente Castello o Agustín Gimeno. De la denominada, escuela valenciana, obras de Benito Espinos, los Parra, José Roma o Francisco Martínez, entre otros.



En la segunda planta del patio claustral se reúnen las pinturas de los siglos XIX y XX con ejemplos de Carlos de Haes, Aureliano de Beruete, López Mezquita y una importante representación de la pintura valenciana de entresiglos, con ambientes dedicados a Sorolla, Pinazo, Francisco Domingo y los Benlliure. Junto a Muñoz Degrain, Martínez Cubells, Agrasot, Emilio Sala, Cecilio Plá, Antonio Fillol, Manuel Benedito, Gonzalo Salva, Pons Arnau o Ricardo Verde.

Como indicábamos al referirnos a la historia del edificio, en noviembre de 2004 se hizo efectiva la donación de la colección artística de D. Pedro María Orts i Bosch a la Generalitat Valenciana con destino al Museo de Bellas Artes de Valencia. Su entidad y volumen sitúan a esta donación por encima de cualquier legado anterior. Incorpora más de doscientas pinturas, la mayoría inéditas, varias esculturas medievales y modernas, tapices de los siglos XVII y XVIII, muebles, orfebrería, cristalerías y piezas cerámicas de alto valor, además de finas porcelanas. Con respecto a la pintura, la colección abarca más de seis siglos, con cuadros de distintos países y estilos, desde el Trecento al siglo XX, representaciones de pintura española, italiana, flamenca y holandesa. De pintura antigua española se localizan obras de Llorenc Saragossá, Hernando Llanos, Joan de Joanes, Ribalta, Carducho, Murillo, Arellano, Palomino, Camarón, Maella o Zacarías González Velázquez, entre los extranjeros: Tiziano, Corvi, Langheti, Luca Giordano, Giaquinto, Coxcie, Coffermans o Van Strij.

El lote de pintura de los siglos XIX y XX, formado, en su mayoría, por paisajes, reúne uno de los conjuntos más singulares del panorama museístico español. Sobrepasa el centenar de cuadros y ofrece nombres emblemáticos de la pintura española: Haes, Beruete, Muñoz Degrain, Sorolla, Benedito, Meifrén, Mir, Rusiñol, Anglada Camarasa, Regoyos o Zuloaga.

El Museo de Bellas Artes de Valencia es una entidad de titularidad estatal con gestión transferida a la Generalitat, la cual se ocupa de su mantenimiento y promoción. Situado en el margen izquierdo del antiguo cauce del río Turia, es sin duda uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Valencia. Es, sin duda, el referente artístico más complejo, rico y variado de la Comunidad Valenciana, estacando por su gran colección de pintura, considerada como una de las más ricas de España, con obras verdaderamente notables de todos los periodos artísticos de la pintura valenciana y otras de escuelas nacionales y extranjeras, entre las que no faltan nombres de la pintura universal.



Fuente: Valencia City Guide
Imágenes: Universidad de Valencia; www.hoyesarte.com; WikipediA; www.valenciaplaza.es

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