Eduardo Dato e Iradier. 115º Presidente en 1913-1915, 118º en 1917, y 122 en 1918-1919.
Durante el reinado de Alfonso XIII (1902-1931), decimoctavo Presidente del Consejo de Ministros desde 27 de octubre de 1913 al 9 de diciembre de 1915; vigesimoprimero desde 11 de junio al 3 de noviembre de 1917; y vigesimoquinto desde el 5 de diciembre de 1918 al 15 de abril de 1823.
Eduardo Dato e Iradier, nace en La Coruña un 12 de agosto de 1856, hijo único, su familia pronto se traslada a Madrid, donde cursa estudios en la Universidad Central, doctorándose en 1875 en Derecho Civil y Canónico. Pronto adquirió prestigio como abogado.
Adscrito desde muy joven al partido conservador de Cánovas, fue elegido diputado a Cortes en la última legislatura de Alfonso XII. Tras la muerte de este, al estar en desacuerdo con Cánovas por la cesión de poder que este hacia a los lideres mediante el sistema de turnos, se alineó con Romero Robledo. Muerto Cánovas y liquidado el gobierno de Sagasta, ocupó la cartera de Gobernación, entre los años 1899 y 1900, en el gabinete dirigido por Silvela, dando la primera legislación laboral programada por un gobierno de la Restauración. Entre los años 1902 y 1903 ocupó la cartera de Gracia y Justicia, llevando a las Cortes, la primera ley de Bases de la Administración Local.
Con Maura como líder del partido, ocupo el cargo de alcalde de Madrid entre el 28 de enero y el 7 de mayo de 1907, siendo posteriormente nombrado Presidente de las Cortes. La aversión de Alfonso XIII hacia Maura, por poner unas condiciones inaceptables para formar gobierno, hizo que Alfonso XIII, encargara a Dato la formación de un nuevo gabinete. Presidente del gobierno al estallar la Primera Guerra Mundial, consiguió mantener la neutralidad española.
Tras el bienio liberal de 1915 a 1917 del conde de Romanones, volvió al poder, legalizando las Juntas Militares, formadas como reflejo del sindicalismo que estaba desarrollándose en la sociedad española, mientras, Cambó reunía la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona y estallaba la huelga general revolucionaria de agosto de 1917. Ante tan tremenda crisis no dudó en recurrir al ejército. El Rey le sustituyó por Manuel García Prieto al frente de un gobierno de concentración nacional en el que figuraba Cambó, para facilitar la salida de la crisis.
En 1918 ocupa la cartera de Estado en un gobierno presidido por Maura, volviendo a la Presidencia del Consejo entre los años 1920 y 1921, durante este mandato se creó el Ministerio de Trabajo en mayo de 1920.
Es el 8 de marzo de 1921, La sesión del senado a terminado y el Presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Dato Iradier, de 65 años, se reúne con algunos ministros por espacio de diez minutos, a la salida mantuvo una breve charla con dos periodistas, mientras se dirigía a su automóvil. El vehículo se dirige a su domicilio en la calle Lagasca, 4. Son alrededor de las ocho de la noche. Al llegar junto a la puerta de Alcalá, una moto en la que van los anarquistas Pedro Matéu Cusidó, Luis Nicolau Fort y Ramón Casanellas Lluch, se aproxima a toda velocidad. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, abrieron fuego. Una autentica lluvia de balas barrió el asiento del Presidente, tres de ellas le hirieron mortalmente. El chófer se dio cuenta inmediatamente de la gravedad, y mientras los asesinos escapaban por la calle Serrano, el dirigió el vehículo a la Casa de Socorro de la calle Olózaga, donde los médicos solo pudieron certificar su fallecimiento.
La Guardia Civil rastreaba una pista segura que les llevó hasta el numero 77 de la calle Arturo Soria, en uno de los pabellones se encontró la motocicleta marca Indian de color chocolate, en el interior del sidecar había cinco pistolas: dos Star, una Mauser, una Bregman y una Martian, además de gran cantidad de casquillos, pero ninguna pista que llevara hasta los asesinos.
El domingo 13 de marzo unos inspectores lograron saber que los criminales habían alquilado un piso en el número 164 de la calle Alcalá. Siete policías fueron los encargados de la espera. A las cuatro de la tarde apareció Pedro Matéu, quien a pesar de ir armado, no opuso resistencia. Luis Nicolau escapó a Alemania, país del que se obtuvo la extradición. Juan Casanellas se refugió en la URSS, escapando así del castigo. Tanto Matéu como Nicolau fueron condenados a muerte, pero Alfonso XIII los conmutó la pena por la de 30 años de prisión, al proclamarse la república los dos asesinos quedaron en libertad.
Y una pregunta ha quedado en el ambiente: ¿Fueron estos los verdaderos promotores del magnicidio y solamente el brazo ejecutor?
No sabía que Dato había sido también alcalde <Madrid. Una ilustre figura para el puesto. De ahí a Presidente de las Cortes me parece un paso de gigante, por lo que debió ser una persona muy capacitada y bien relacionada. Que siendo Presidente del gobierno al estallar la Primera Guerra Mundial, consiguiera mantener la neutralidad española es encomiable. Injustamente ignorado a día de hoy.
ResponderEliminarGracias por compartir buen conocimiento.
Te invito a comentar alguno de mis posts en marcosplanet.
Muchas gracias.