Batalla de Guadalajara
FECHAS: Se desarrolló entre el 8 y el 23 de marzo
de 1937
CONTENDIENTES
Bando Gubernamental: Ejército Popular al mando del teniente
coronel Victor Lacalle Seminario, apoyado por las Brigadas Internacionales.
Bando sublevado: Corpo di Truppe
Volontarie al mando de Mario Roatta, apoyado por la División Soria al mando del
general José Moscardó Ituarte.
DESARROLLO
Con esta batalla, se puso fin a las
operaciones en torno a Madrid. A medida que pasaban los meses, el apoyo de
Mussolini a Franco había ido en aumento, ya no se
trataba del envío de material de guerra, ahora era un gran contingente de soldados,
que además gozaban de gran autonomía. Esta situación no era, precisamente, del agrado
de Franco; ya que pudo comprobar que, tras el triunfo del (CTV) en la toma de Málaga, el dictador italiano, convencido de
que solo gracias a su apoyo se podría ganar la guerra, presionó al general para
utilizar esta unidad en una maniobra envolvente en la zona de Guadalajara,
terminar de sitiar Madrid, entrar rápidamente en la capital y terminar la
guerra. En cuanto a la “voluntariedad” del CTV, hay que señalar que: La
mayor parte de las tres divisiones de Camisas Negras, eran miembros del Partido
Nacional Fascista italiano, estando sometidos a una disciplina casi militar;
también formaban parte de ellas, aventureros de diversa procedencia; mientras
jefes y oficiales eran en su mayoría no profesionales, siendo todos los mandos
superiores miembros del Ejército Real italiano o reservistas. La 4ª División
Littorio, por el contrario, pertenecía al ejército regular italiano, y estaba integrada
por soldados que estaban realizando el servicio militar, estando todos sus
mandos y jefes en activo.
En cuando a las fuerzas republicanas, eran
de la 12ª División; aunque, entre el 8 y el 21 de marzo de 1937, el Gobierno
consiguió enviar al frente unos 20.000 o 25.000 hombres, apoyados por 80
tanques T-26. Con estos medios, se constituyeron tres divisiones, mayoritariamente
curtidas en la Batalla del Jarama; contando también con el apoyo de
alrededor de 120 aviones de todo tipo, procedentes de Barajas, Alcalá de
Henares y Guadalajara.
Por otra parte, el bando sublevado
contaba con unos 50.000 hombres: 30.000 a 35.000 italianos al mando del general
Roatta y 15.000 a 20.000 españoles mandados por el general Moscardó, formando
la brigada Marzo, que cubriría el flanco derecho del ataque italiano. El CTV
tenía 4 divisiones, tres de Camisas Negras y una, la Littorio,
del ejército regular, a los que se añadieron 90 tanques, la mayoría ligeros, 50
autoametralladoras, 200 cañones de diversos calibres, así como 60 aviones,
situados en los aeródromos de Garray para bombarderos y el de Almazán para los
cazas. Ambos sin asfaltar, con suelos problemáticos en caso de precipitaciones.
La Batalla de Guadalajara se situó en
la Alcarria Alta; estando la retaguardia republicana en la campiña cercana a
Alcalá de Henares y Humanes, mientras la franquista se situaba en las serranías
de Sigüenza, Atienza y Alcolea del Pinar.
El plan debía realizarse en 4 a 7
días, partiendo de las líneas de la zona de Algora, a 56 km al norte de
Guadalajara y desarrollarse en tres fases, la primera consistía en alcanzar la
línea Brihuega-Torija y dominar la meseta de la Alta Alcarria; la segunda era
Guadalajara y finalmente llegar a Alcalá de Henares, donde se encontrarían con
las fuerzas que deberían atacar desde el Jarama para fijar la retaguardia
republicana y así impedir la llegada de refuerzos a la Alcarria. Pero tras el
desgaste sufrido por los rebeldes en la Batalla del Jarama, el punto de
encuentro se trasladó a Pozuelo del Rey, al nordeste de Arganda. Según este
plan, los italianos ejecutarían la maniobra principal entre el río Henares, por
la derecha o al norte, y el Tajuña, por la izquierda o al sur, con un eje
principal situado en la carretera a Zaragoza y uno secundario en la carretera
Almadrones-Brihuega; flanqueados por el norte por la brigada Marzo, situada en
la carretera Almazán-Atienza-Guadalajara. El clima quiso sumarse a la batalla,
y el tiempo atmosférico se presentó como parte fundamental en la batalla, con
un mes de marzo lluvioso y frío; fue una situación muy atípica para dicho mes.
El día 8, cuando tenía que empezar la
ofensiva, un frente frío muy activo provocó un cambio radical en las
condiciones atmosféricas. Esto hubiera recomendado un aplazamiento de la
ofensiva, algo recomendado por los mandos españoles a los italianos. Pero el
general Roatta, convencido del poder de sus fuerzas, dio la orden de inicio y a
las 07:00, con un potente bombardeo artillero que duro media hora, para a
continuación lanzar las unidades blindadas y la infantería que rompieron las
líneas del frente. El frente frío alcanzó la zona del combate a media mañana,
con una importante disminución de la visibilidad. Esto provocó que la
artillería tuviera que dejar de apoyar a las tropas. Además de dificultar las
operaciones de la aviación, por lo que los aviones de apoyo no pudieron
despegar. Cosa que no dificultó a los aviones republicanos. Esto provocó que
solo la columna central de los italianos y su flanco derecho penetraran entre 6
y 12 kilómetros en las líneas republicanas. El día 9 las temperaturas
descendieron y apareció la nieve. Los atacantes estaban mal preparados contra
el frio. El general Miaja reaccionó rápidamente enviando ayuda,
con tropas curtidas en el frente del Jarama y tanques que se empezaron a
concentrar en Torija. Hubo violentos combates entre las Brigadas
Internacionales y los blindados italianos al mediodía, a pesar de lo cual continuó
el avance con otros 15 a 18 kilómetros. Pero, en la tarde del día 9, los
italianos se vieron forzados a descansar en los alrededores de Brihuega. Los
mandos del CTV se dieron cuenta de que las condiciones de Guadalajara no eran
las de Málaga, y cuando sus unidades mecanizadas tuvieron que apartarse de las
carreteras, en los primeros enfrentamientos con las unidades republicanas más
fogueadas y también para evitar los ataques aéreos, se quedaron atrapadas en el
barro del páramo alcarreño. Los tanques ligeros Fiat Ansaldo CV-33 o 35 o L3/33
o 35, con un peso de entre 3 y 5 toneladas y un motor de tan solo 43 HP, a
pesar de las cadenas quedaron bloqueados en el terreno arcilloso. Con respecto
a los anticuados vehículos blindados Ansaldo Lancia, de 4 toneladas y 70 HP,
con ruedas, solo podían ser utilizados en carretas asfaltadas.
En cuanto a la infantería, tenía escasa
preparación militar, eran bisoños, que se encontraron con la lluvia, la nieve y
el frío, sin equipos de invierno, sin apoyo artillero ni de aviación, sin
rancho caliente; por lo que su moral empezó a decaer cuando finalizaba el segundo
día de ofensiva. El día 10 la atmósfera dio un breve respiro, aunque sigue helando
durante la madrugada, y con unas condiciones que, unidas a lo encharcado del
terreno, hacen que los aviones sigan sin poder despegar. Mientras, la aviación
republicana prosiguió castigando a las unidades italianas, que empezaban a bloquear
las carreteras al no poder salir de ellas; y las fuerzas republicanas
recibieron más refuerzos desde el Jarama, entre ellos el Batallón Garibaldi,
compuesto por voluntarios italianos, que pronto vivirán su propia guerra civil,
al enfrentarse a las tropas del CTV. En una audaz marcha nocturna, una agrupación
italiana llegó a Brihuega tomándola y estableciendo una cabeza de puente en la
margen izquierda del Tajuña, así como un dispositivo defensivo en torno a la
población, aunque sin poder ocupar las alturas que la rodean; en la carretera a
Zaragoza avanzaron 5 kilómetros hasta Trijueque. La brigada Marzo, en el flanco
derecho italiano, desplazó el frente hacia el oeste y aseguró la carretera de
Atienza a Guadalajara, en cambio, los republicanos continuaron tomando
posiciones, produciéndose el primer choque entre los tanques T-26 rusos y las
tanquetas italianas, en el que se pudo comprobar que no eran enemigo para los
tanques republicanos, aunque estos solo fueron utilizados como cañones, sin de
avanzar, algo que hubiera causado problemas al CTV.
El día 11 volvieron las lluvias, con
mala visibilidad y fuerte viento, que siguieron impidiendo el despegue de los
aviones rebeldes, acentuando, aún más, el cansancio en las tropas italianas, a
pesar de lo cual se conquistó Trijueque, al incorporar tanques lanzallamas que
causaron pavor entre los republicanos. Las avanzadillas del CTV se encontraban a
tan solo 3 km de Torija, su máximo avance, mientras, la brigada Marzo cruzó el
Henares e hizo retroceder a las fuerzas republicanas, pero dejando el flanco derecho
italiano desprotegido. Los republicanos consiguieron mantener tres divisiones
de infantería en el bosque cercano a Brihuega, acompañadas de fuerzas
acorazadas, haciendo una defensa más intensa, mientras continuaron los ataques aéreos
a las columnas italianas. De nuevo se fueron produciendo grandes atascos que
delataban una organización defectuosa en el CTV. La moral italiana siguió
debilitándose, el prometido avance rápido se convirtió en un choque de
infantería entre Camisas Negras, poco preparadas, contra las Brigadas
Internacionales ya fogueados. En vista de lo cual, el general Roatta decidió
hacer una pausa de 24 horas esperando dar tiempo a las tropas rebeldes del
Jarama, para que iniciaran los ataques previstos y al tiempo ir preparando un
despliegue defensivo. Mientras, la brigada Marzo consiguió buenos resultados,
al conquistar Cogolludo y dejar cercadas a las unidades republicanas de la
orilla derecha del Henares.
El día 12, se mantuvo el tiempo
inestable, fue el momento elegido por los republicanos para lanzar un
contraataque en la parte alta del páramo, con infantería, carros y el apoyo aéreo,
lo que les permitió ocupar casi todos los altos que dominan Brihuega. La
destrucción de un puente cerca del Puerto de Alcolea del Pinar, en la
retaguardia franquista, consiguió cortar su red de abastecimiento. Al final del
día se produjo una mejoría del tiempo, lo que permitió realizar algunos vuelos
a la aviación “legionaria”, logrando así que la presión de los aviones republicanos
disminuyera. Con esta mejoría del tiempo, en la noche del 12 al 13, los mandos
del CTV organizaron un relevo de las tropas, que estaban desmoralizadas y en
malas condiciones. Las unidades que tomaron el relevo eran de la división
“Littorio”, que estaban mejor preparadas. Durante el relevo, mientras algunos
soldados aguantaban la línea muchos “Camisas Negras” se encaramaban a los
camiones.
El día 13 los italianos decidieron
abandonar Trijueque y retroceder a una línea defensiva, en la retirada
abandonaron material. Por el flanco derecho, los republicanos realizaron, con éxito,
un ataque envolvente sobre Brihuega, y los italianos tuvieron que retroceder
más. En vista de lo cual, la brigada Marzo decidió parar su avance para no
exponer más su flanco izquierdo. Del 14 al 17, el frente se mantuvo estático
mientras la aviación republicana destruía objetivos enemigos sin hallar
resistencia, aunque, poco a poco, los aviones rebeldes pudieron despegar. En
esos tres días, las tropas de la República capturaron el Palacio de Ibarra, la única
zona ocupada que les quedaba a los italianos en las alturas en las cercanías de
Brihuega. Fue una lucha entre fuerzas italianas. El día 15 hubo una reunión
entre Franco y Roatta, que pidió la retirada del CTV y su sustitución por otras
unidades, algo que el general español no consideró oportuno, aunque se
estableció una pausa de cuatro días para la recuperación de las tropas, para
después atacar el bosque de Brihuega y las alturas que le rodean. Mientras los
italianos descansaban, los republicanos se preparaban para continuar su
contraofensiva, fijando para el día 18 su ataque sobre Brihuega.
En la madrugada del día 18, unidades
republicanas cruzaron el Tajuña, situándose en una colina a espalda de los
italianos, desde donde podían dominar la vía de retirada del CTV desde Brihuega.
Al mediodía lanzaron al ataque, precedidos por 50 tanques y tras un fuerte
bombardeo artillero y de aviación. Los italianos de la Littorio pararon el ataque
poniendo en apuros a los republicanos, por lo que estos utilizaron la unidad de
reserva atacando la cabeza de puente en el Tajuña desde la cota 1024. Los
italianos pensaron que estaban cercados por lo que se ordenó la retirada. A
media tarde cayó Brihuega, produciéndose dos situaciones contradictorias: del
lado republicano, estos cedieron en su ataque, al considerar conseguido su
objetivo de la toma de esta localidad; mientras que, las unidades del CTV
recibían la orden de retirada a la zona de Gajanejos, en el kilómetro 90 de la
carretera a Zaragoza.
Del 19 al 23 de marzo el tiempo
atmosférico fue muy revuelto con precipitaciones de agua y nieve, a pesar de lo
cual, entre el 19 y 20, los republicanos lograron un avance de 5 kilómetros,
llegando a la línea de Ledanca-Hontanares, a la derecha de su ataque y
Ledanca-Utande-Muduex-Cogolludo, a la izquierda, todo en la zona del ataque de
la brigada Marzo. Los italianos pudieron aguantar, hasta que, el día 23 empezó el
relevo del CTV por unidades españolas y los republicanos decidieron suspender
los ataques debido al gran desgaste sufrido, se ordenó la fortificación y de
dio por concluida la Batalla de Guadalajara.
Cipriano Mera y sus oficiales en Brihuega |
Los italianos, muy pendientes del
éxito obtenido en Málaga, del 3 al 8 de febrero, quisieron entrar rápidamente
en combate, lo que les hizo cometer tres errores graves: el primero fue su desconocimiento
del clima de la Alcarria, por lo que sus soldados llegaron con el equipo de
verano que habían utilizado en Málaga; el
segundo error consistió en subestimar la Intendencia, los soldados estuvieron
sin comer caliente durante toda la primera semana; y en tercer lugar, utilizaron
mapas de carretera. Cierto que, los rebeldes habían ganado una importante
cantidad de terreno; pero la Batalla de Guadalajara, en realidad otra victoria
defensiva de los republicanos. El “Duce” había utilizado abiertamente sus
unidades en España; su ejército, completamente motorizado, con armas modernas,
había sido derrotado por un ejército republicano que unos meses antes no
existía. El prestigio del CTV había quedado completamente arruinado, por lo que
perdió su independencia y a partir de entonces, siempre estuvo dirigido por el
Estado Mayor franquista.
Franco, que era el director de todas
las operaciones, debió de prohibir el ataque en condiciones meteorológicas tan
adversas, algo que no hizo. Las tropas rebeldes del Jarama no hicieron ningún
ataque que pudiera fijar a los posibles refuerzos gubernamentales y, de esta
manera, evitar que llegasen a la zona. Todo apunta, a que la derrota italiana,
fue un alivio para Franco en su intento de centralizar en él todos los triunfos
rebeldes. La propaganda republicana utilizó esta victoria y su resultado ayudó
a elevar la moral, ya que era su primera gran victoria, además de evitar el
cierre del cerco total de Madrid. Tras las batallas del Jarama y de Guadalajara
quedaba claro que el nuevo Ejército de la República había conseguido ser
efectivo.
No existe un acuerdo sobre el número de
bajas en uno y otro bando, cifrándose entre 5.000 y 9.000 muertos, heridos o
prisioneros en el bando sublevado, siendo la mayoría del CTV y entre 5.000 y
7.000 en el republicano, aunque todos los historiadores coinciden en señalar
las enormes pérdidas en material de los italianos. Tras la batalla, la única
unidad del CTV que permaneció sin apenas cambios fue la Littorio, mientras que
las otras tres divisiones de Camisas Negras tuvieron que reorganizarse en solo
dos debido al número tan elevado de pérdidas.
BIBLIOGRAFÍA
Crónica de la Guerra Española de la Editorial Codex, S.A.
Buenos Aires (Argentina)
Diversos capítulos de mis Blogs Personales: COSAS DE
HISTORIA Y ARTE y Una biografía en tu pantalla
Más información obtenida de libros, periódicos, páginas web
y folletos, en los cuales no se hace mención alguna de titularidad de derechos.
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Ramón Martín
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