Degollación de los inocentes de Luca Giordano
Realizado hacia 1663
Óleo sobre lienzo de 234 X 327,5 cm
Expuesto en la Sala de Luca Giordano
A. E. Pérez Sánchez publicó
en 1970 su fotografía y su identificación en los inventarios antiguos de El Escorial. En la
actualidad, el formato de la obra aparece alterado en todos sus lados,
principalmente por mutilaciones en la parte baja y el lado izquierdo; hasta su
reciente restauración presentaba un aspecto muy desvirtuado. Hasta ese momento
no se había apreciado la costura en el borde superior, que une dos telas
pintadas por manos diferentes: la inferior, del propio Giordano y la
superior, de un imitador de su estilo. Es difícil saber si la pintura fue
añadida en Nápoles o ya en España. A favor de lo primero está que, en
1667, al poco de su llegada a España, ya presentaba esta ampliación. En contra
está la calidad y técnica de su ejecución, además de la diferente preparación
del lienzo y uso de materiales distintos, aspectos difíciles de entender si la
ampliación se realizó en el taller de Giordano. Parece que la parte baja
fue enrollada para realizar el viaje desde Nápoles y que la de arriba
fue añadida una vez llegada a El Escorial. El análisis de la decoración de
la ‘’Cuadra del Mediodía’’ del palacio del Escorial permite afirmar
que la ampliación se debe a la ‘’compostura’’ general de las pinturas allí
dispuestas. Esta estancia fue redecorada con posterioridad a 1657, para darle
un carácter más representativo. En el centro se situaron los retratos de los
reyes Felipe IV y Mariana de Austria; la altura de
sus efigies (231 cm) sirvió de módulo para toda la sala. Hubo que acomodar
otras pinturas de medidas semejantes como La alocución del marqués del Vasto,
de Tiziano y otras dos
obras de Giordano: Balaán y su burra y La embriaguez de Noé.
Otras pinturas fueron ampliadas, como Cristo y la Magdalena en
casa de Simón fariseo, del taller de Tintoretto, que, como La
degollación, presenta un añadido en su parte superior, y Jesucristo servido
por los ángeles en el desierto, de Giordano, que tradicionalmente fue
citada como pareja de La degollación, con medidas semejantes. Y, por último, la
pintura que nos ocupa, ampliada por los mismos motivos y en la misma época.
Sobre la chimenea se situó Susana y los viejos, de Guercino, así
como el retrato de Carlos II niño y
su hermana, la emperatriz Margarita, obras quizás de Juan Bautista Martínez
del Mazo, que serían sustituidas posteriormente por una imagen actualizada del
monarca y de su primera esposa, María Luisa de Orleans.
Precisamente, se ha planteado la hipótesis de que Mazo fuera el autor
de la reforma en la decoración y podría pensarse que él mismo o un pintor de su
círculo fue el autor de la compostura de las obras, incluida la de Giordano que
nos ocupa. A partir de Francisco de los Santos, diversos autores señalan
que Giordano imitó en esta pintura el estilo de Tintoretto,
aspecto que hoy resulta difícil de compartir. Esta composición reúne distintas
referencias; la más próxima es una estampa de Paulus Pontius, que
reproduce una pintura de Rubens del
mismo tema, de donde sacó el tono violento y el grupo central de la pintura. El
cuadro de Giordano también parece próximo a la composición del mismo
tema de Andrea Vaccaro y se aprecian también préstamos de Cortona y
de Pietro Testa. Su cronología ha sido debatida sin alcanzar consenso
unánime. Pérez Sánchez propuso datarla en los primeros momentos de su
estancia española, algo que, desde el conocimiento actual del artista, no
resulta viable. De Vito, propuso una fecha anterior a 1680, pero poco después
planteó anticiparla hasta un momento inmediatamente posterior a su viaje
a Venecia, después de 1665, basándose en Baldinucci, quien relata la
apresurada vuelta de Giordano desde Venecia a Nápoles para
satisfacer un encargo de Felipe IV de veintidós pinturas, pudiendo
formar parte de dicho encargo la que nos ocupa. Después, propuso anticipar la
datación hasta los años anteriores al viaje a Venecia, por razones
estilísticas, que unidas a cuestiones técnicas, parecen hacer imprescindible el
cambio de data: algunos tipos físicos, sobre todo femeninos, procedentes
de Tintoretto, a quien Giordano imitó, recuerdan a obras de
1658, como La degollación de los inocentes, de la colección Carignani de Nápoles.
Sin embargo, la fecha propuesta para la pintura napolitana parece demasiado
temprana para la que nos ocupa. Otros detalles técnicos recuerdan obras
de Giordano fechadas en 1663, como Venus durmiendo
con Cupido y Sátiro, por lo que la cronología que aquí se
defiende es la de esta última obra (1663) o un momento inmediatamente anterior.
El problema que plantea esta cronología temprana es su relación con la noticia
proporcionada por Baldinucci, que situaría todas estas pinturas en un momento
posterior a 1665, después de su viaje a Venecia, incompatible con el
estilo de La degollación. Existen la posibilidades de que esta pintura no
formase parte del proyecto, puesto que no existe ningún documento histórico que
los relacione y el único indicio que permite vincularlo con este encargo es su
presencia en El Escorial junto a otras pinturas del mismo artista de
ese mismo encargo; o bien que, como sugiere Baldinucci, la exigencia de
entregar todas las pinturas con premura le hubiera obligado a recuperar algunas
de sus obras pintadas en fechas anteriores. Esto justificaría el estilo precoz
y las diferencias existentes entre todas las pinturas citadas.
TEXTO: Web del Museo de El Prado
Ramón Martín
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