La Virgen del Rosario de Luca Giordano
Realizado a finales
del siglo XVII y principios de XVIII
Óleo sobre lienzo de
305 X 208 cm
No expuesto
Pintura que presenta numerosas dudas,
tanto en lo relativo a su atribución como a su origen. Tradicionalmente se ha
considerado copia de la pintura existente en la napolitana iglesia del
Rosariello alle Pigne, de la que se conoce también un boceto, custodiado en el
Istituto Suor Orsola Benincasa de la misma ciudad [Ferrari y Scavizzi 1992, t.
I, p. 330, nums. A503 y A504.]. Sorprendentemente, la pintura del Prado toma
elementos de ambas, de forma que desde el punto de vista iconográfico se
encuentra a mitad de camino de las dos. Efectivamente, el dominico situado
detrás del fundador de la orden con su rostro girado hacia la izquierda procede
del boceto, mientras que la mujer que besa el rosario a los pies de la Virgen
se encuentra en el cuadro de altar.
Por otra parte, la pintura del Prado presenta
excelente calidad y una técnica que en todo corresponde a la del maestro, desde
el sabio trabajo de la preparación, que queda a la vista en las zonas de sombra
y en los últimos planos, hasta la pincelada libre que define formas y volúmenes.
Pero existen detalles que difícilmente se explican si aceptamos su condición de
copia, como que la cabecita del ángel situado a los pies de la Virgen junto
a santo Domingo esté pintada sobre el manto azul de
María (evitando una reserva que hubiera facilitado el trabajo mimético de un
copista), o los numerosos arrepentimientos visibles en los ropajes. El
principal argumento para dudar de su autoría son los tipos físicos de numerosas
figuras, que no se corresponden con lo habitual en el catálogo del maestro
napolitano. Como la Virgen, de aspecto muy próximo al del mismo
personaje en el boceto, aunque con la nariz más plana y esquemática, casi
geométrica y ojos muy separados. Las santas, por su parte, presentan rostros
que no identifico fácilmente en el catálogo de Giordano. Además, su
autor repasó contornos y elementos anatómicos más de lo habitual en las
pinturas que hoy aceptamos como autógrafas sin ninguna duda.
Caben, pues, dos posibilidades
(descartando la autoría de dos artistas: el maestro y un excelente copista,
puesto que no se advierte en parte alguna cambio de estilo o calidad). La
primera es aceptar la atribución a Luca Giordano, considerando,
simplemente, que un
artista complejo, autor de un número
ingente de pinturas, no se acomoda siempre al patrón por el establecido, como
prueba la existencia en su catálogo de obras de técnica, estilo y calidades muy
diversas, diferencias que no permiten, sin embargo, dudar de su autoría. La
segunda es considerarla obra de un magnífico imitador que apenas dejó rastro de
su personalidad, subsumida en la de su maestro. Su carácter abocetado, con
colores netos y contrastados para separar las luces de las sombras, se aproxima
al observado en algunas obras de Nicola Malinconico. En esta ficha se acepta
como más probable la segunda de las dos opciones, esto es, su atribución a un
discípulo que imitó los modos del maestro con notable talento.
También persisten las dudas sobre su
origen, ya que solo se sabe con certeza que proviene del Museo
de la Trinidad. Sobre este asunto se han planteado dos propuestas.
En la primera, María Luisa Gómez Nebreda
considera que la pintura podría proceder del convento real de Santa María de
los Ángeles de Madrid. Efectivamente, en su coro principal se
cita con el número 66 la siguiente pintura: ≪Un cuadro de la Virgen dando
adorar el rosario a Santo Domingo y
Santa Matilde≫
[Gómez Nebreda 2002],
que, sin embargo, no parece la pintura que nos ocupa. Pasando por alto la mención a santa Matilde (que el redactor del
documento parece confundir con santa
Rosa de Lima), en ningún momento se identifica a Giordano como
el autor del cuadro, que representa, por lo demás, un tema muy popular. Por
otra parte, las medidas proporcionadas no coinciden con las de la pintura
del Prado. Por su parte, Miguel Hermoso relaciona,
con dudas, esta pintura con la mencionada en un inventario de 1836 relativo a
los cuadros exclaustrados de la iglesia de san Jerónimo de Madrid,
donde, con el número 9, se cita: ≪Otro
id [cuadro] de la Virgen
del Rosario≫.
De nuevo, la ausencia de autor y, en este caso también, de medidas, obliga a
tomar esta propuesta con reservas. A su favor esta la existencia de una
etiqueta en el reverso del cuadro en la que se lee: ≪Procedencia S. Gerónimo≫.
[...] La información
segura nos remite al Museo
de la Trinidad, en cuyo inventario de 1847 (revisado en 1854) se
menciona sin duda esta pintura en el conocido como ≪Salón de la Porciúncula≫.
Formó parte de la Exposición
conmemorativa del primer centenario de la diócesis
de Madrid-Alcalá (1986),
donde se afirma que está firmado en el ángulo inferior derecho, aspecto que no
coincide con la realidad.
TEXTO:
Web del Museo de El Prado
Ramón
Martín
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