Batalla del Puente de Alcolea de 1808

 

Vista de Alcolea

Entre los meses de mayo y junio, el ejército francés que, prácticamente, ocupaba casi todo el territorio español, se dirigía hacia el sur de la península, en un intento de acabar con las últimas posiciones que aún resistían, entre las cuales se encontraba la ciudad de Cádiz, en la práctica capital de la nación. La fuerza estaba compuesta por unos 10 000 hombres, al mando del experimentado militar Dupont. En su avance es, prácticamente nula, la resistencia encontrada, por lo que, tras unos días de marcha el contingente llega, el 7 de junio, a la pequeña localidad de Alcolea, en las proximidades de Córdoba, donde las avanzadillas francesas han comunicado la presencia de varias milicias locales, junto a algunos miembros del ejército español.

A la entrada de Alcolea, la cabeza del puente estaba defendida por don Pedro Agustín de Echavárri, con un contingente de 1.400 soldados: dos batallones de granaderos provinciales de Andalucía, el batallón de Infantería Ligera de Campo Mayor, medio batallón suizo de Reding, un escuadrón del Regimiento de la Reina y doce cañones en la orilla derecha, mientras en la orilla izquierda se encontraban unos 5.000 paisanos armados.

Pronto comenzó el ataque por parte francesa, con fuego de artillería sobre la cabeza del puente y la artillería española situada en la orilla opuesta. Mientras el bombardeo seguía por parte francesa, acudió, al terreno de combate, una brigada francesa, a lo que la artillería española contestó con nutrido fuego. Pronto, otra brigada francesa, se sumó a la acción, dirigiéndose a los españoles situados en la orilla izquierda. Dupont, envió a los Marinos de la Guardia, a la Brigada Suiza junto con la caballería, a fijar en el terreno a dicho cuerpo español, en tanto que se producía el ataque principal sobre el puente; al mismo tiempo, un destacamento de la 3.ª Legión de Reserva, avanzó hacia la orilla derecha para dividir los esfuerzos de los defensores mientras se desarrollaba la acción principal en el puente.

Advertidos los españoles de todos estos movimientos del ejército francés redoblaron su fuego. A consecuencia de lo cual, los franceses imprimieron mayor intensidad a sus fuerzas contra la cabeza del puente, al tiempo que el primer Batallón de la Guardia de París atacó los atrincheramientos. Fue entonces cuando, una compañía de granaderos logró coronar el obstáculo y penetrar en el recinto, lo que obligó a los españoles a replegarse. Con ello, el grueso de las fuerzas francesas se apoderaba del puente y comenzaba a cruzarlo; el Regimiento de la Guardia de París, apoyado por la 3.ª Legión de Reserva, atacó violentamente a los defensores que se habían refugiado en Alcolea; con lo que, la caballería y los marinos de la Guardia atacaron y dispersaron a los españoles situados en la orilla izquierda. Este éxito permitió a los franceses cruzar el río Guadalquivir. Los franceses entraron en Alcolea, donde pasaron a cuchillo a un centenar de vecinos a los que encontraron armados. Los españoles tuvieron que retirarse hacia Córdoba, donde se vieron forzados a abandonar la ciudad, dejando solo una compañía de granaderos para entretener a los franceses, protegiendo de esta manera, la retirada del resto hacia Écija.

El ejército francés, tras vencer la resistencia de los pocos españoles que habían quedado en Córdoba para permitir la retirada de sus compañeros, tomaron la ciudad el 13 de junio, y tras saquearla, continuaron hacia el sur hasta ser derrotados en la Batalla de Bailén.

Ramón Martín



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