Carlos Fernando Martínez de Irujo y Tacón. 2º Presidente el año1823

Segundo Presidente del Consejo de Ministros durante la Década ominosa (1823-1833) reinando Fernando VII, desde el 2 de diciembre de 1823 al 25 de diciembre de 1823.


Marqués de Casa Irujo. Nació en Cartagena (Murcia), el 4 de noviembre de 1763. Era hijo de Manuel Martínez de Irujo, comisario ordenador y contador del Ejército en el Reino de Valencia, y de Narcisa Tacón.

En 1785, ingresó en la carrera diplomática, siendo designado el 12 de abril de aquel mismo año, secretario en Holanda, por el conde de Floridablanca. Allí serviría a las órdenes del conde de Santafé. Tras su etapa en La Haya, fue nombrado, el 2 de septiembre de 1786, oficial en la embajada de España en Londres. Pasó después a la Secretaría de Estado en Madrid, donde sirvió desde 1787 hasta 1789 como oficial y de nuevo a Londres el 4 de marzo de 1793. Un año más tarde, le encontramos de nuevo en Madrid, sentando plaza de oficial mayor segundo en la Secretaría de Estado. El 9 de diciembre de 1795, es nombrado Ministro Plenipotenciario en Estados Unidos; presentado credenciales al presidente Washington el 26 de agosto de 1796. Llevo a cabo las negociaciones sobre límites y navegación en el Misisipi, además de las incursiones de corsarios en nuestras costas. Hubo de informar de los planes de asalto ingleses, a las posesiones españolas contra la Alta Luisiana en 1797-1798, así como las apetencias americanas de la desembocadura del Misisipi. También hubo de hacer frente, en 1797, a una conspiración tramada para arrebatarnos las Floridas y la Luisiana.

En 1798, casó con Teresa MacKean, hija del gobernador de Pensilvania y presidente del Congreso. Desde entonces se introdujo en el mundo de los negocios y en los medios económicos y financieros de Estados Unidos. El 13 de marzo de 1800 fue nombrado ministro ante la República Cisalpina en Milán. Un nombramiento poco viable, por cuanto aquella República había sido objeto de ocupación por las tropas austro-rusas desde abril de 1799 y sería restaurada, por la nueva entrada de las fuerzas napoleónicas en junio de 1800. Así pues, Irujo no partió hacia Italia, sino que continuó desempeñando su puesto de ministro en Filadelfia.

Entre 1800 y 1803 se vio implicado en la cesión de la Luisiana a Francia por el segundo Tratado de San Ildefonso y, posteriormente, por la venta que Francia hizo de aquel territorio a Estados Unidos en 1803, momento en que hubo de oponerse a la pretensión americana de incluir en la cesión parte de la Florida Occidental. El clima cada vez más tenso en las relaciones de España con Estados Unidos y los reiterados incidentes fronterizos influyeron en el deterioro de su posición en Filadelfia. Llegó a pedir a Godoy plenos poderes para denunciar el Tratado con Estados Unidos, ante las continuas violaciones que aquel Gobierno realizaba a su declarada neutralidad en la guerra hispano-inglesa. Con todo, se le mantuvo en el puesto hasta 1807. A causa de sus enfrentamientos con el Secretario de Estado Pickering, pidió éste su sustitución, a lo que Godoy, conocedor de las razones de Irujo, el cual era además su protegido, se resistía. No se accedió al relevo, pero se adoptó la solución de que el cónsul general, Valentín Foronda, fuese nombrado Encargado de Negocios, aunque dejando a Irujo las decisiones hasta que se procediese su relevo, lo que sucedió en 1807, dejando a Foronda como encargado de Negocios efectivo. El cese se produjo en momentos en que las relaciones entre España y Estados Unidos habían llegado a extrema tirantez, hasta el punto de negarle el Gobierno de Filadelfia un pasaje en buque estadounidense.

Un buque neutral le Trasladó, en 1808, a Plymouth (Inglaterra). En Londres supo de lo acontecido en Bayona, declarándose a favor de la Junta Central. La Junta Suprema Gubernativa, le nombró, el 31 de octubre de 1808, ministro plenipotenciario en Lisboa, pero a consecuencia de los acontecimientos, hubo que cambiar ese nombramiento por el de ministro en Brasil, donde ya se hallaba la Corte de Portugal. Irujo solicitó y obtuvo los honores de consejero de Estado el 21 de febrero de 1809. Irujo desempeñó su cargo diplomático en Brasil hasta 1812, de donde pasó a Estados Unidos. Entre tanto, fue nombrado, el 23 de junio de ese año, secretario de Estado, aunque no llegó a tomar posesión, ni regresó a España hasta 1813.

El 14 de septiembre de 1818, fue designado para desempeñar la representación diplomática de España en el Congreso de Aquisgrán, pero recibió el nombramiento de secretario de Estado interino tras cesar en dicha cartera, José García de León Pizarro. Puesto que ejerció desde el 14 de septiembre de 1818 hasta el 12 de junio de 1819. En ese tiempo, ratificó el Tratado de cesión de Florida a Estados Unidos, por lo que sería acusado de haber favorecido sus negocios particulares en la región. Justificado ante el Consejo de Estado, fue absuelto de tales cargos en 1820, durante el Trienio Liberal.

Posteriormente, fue nombrado, el 10 de mayo de 1821, por Fernando VII ministro plenipotenciario ante Luis XVIII, estando en París hasta octubre de 1822, cuando el Gobierno Liberal le cesó el 17 de agosto de 1822. El 3 de octubre de ese año, se quejó por su cese, a lo que se le contestó que “el Gobierno, en uso de sus facultades, nombra para los destinos a los sujetos que cree más a propósito para desempeñarlos y que S. M. ha visto con sumo desagrado que se exprese en términos tan poco comedidos y ajenos del carácter que debe distinguirle”.

En 1823, restablecido el Gobierno Absoluto, de vuelta en España, sucedió a Victor Damián Sáez como presidente del Consejo de Ministros y ministro de Estado el 3 de diciembre de 1823, cargos que habría de ejercer hasta su fallecimiento, acaecido el 17 de enero de 1824.

De su matrimonio con Teresa MacKean tuvo dos hijos: Carlos Fernando, segundo marqués de Casa Irujo y octavo duque consorte de Sotomayor; y una hija, Narcisa.

Ramón Martín

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