Tratado de Tordesillas

 


Lo que, en la actualidad, conocemos como Tratado de Tordesillas, es una serie de acuerdos tomados entre la reina Isabel I de Castilla y el rey Fernando II de Aragón, por un lado, y el rey Juan II de Portugal, encaminados a distribuir el atlántico a partir de la llegada de Cristóbal Colón a América. Los acuerdos se firmaron el 7 de junio de 1494 en Tordesillas (Valladolid), y en ellos se establecía una línea que dividía el dominio del mundo conocido, entre las coronas de Castilla y Portugal. A lo largo del siglo XVIII, los portugueses siguieron avanzando hacia el Oeste, ocupando territorios del continente americano que estaban más allá de la línea establecida por el Tratado de Tordesillas, por lo que este hubo de ser anulado en 1750, mediante el Tratado de Madrid.

 

Motivos para llegar a los acuerdos del Tratado de Tordesillas

Al comenzar las exploraciones ultramarinas realizadas por Castilla y Portugal a mediados del siglo XV, se fue haciendo necesario establecer controles sobre los territorios encontrados, a fin de evitar conflictos entre ambos reinos, por lo que hubo algunos precedentes encaminados a ello: En primer lugar, el Tratado de Alcáçovas (o Alcázobas), que se firmó en 1479, y que constituye el antecedente directo del Tratado de Tordesillas. En dicho tratado se ponía fin a la Guerra de Sucesión Castellana y se establecía el dominio de las Islas Azores y las Canarias, así como de la costa africana. En segundo lugar, hubo varias bulas papales que otorgaban a la Corona de Castilla todos aquellos territorios que había descubierto en sus exploraciones atlánticas.

 


Algunas cláusulas establecidas en el Tratado de Tordesillas

Se fijaba una línea divisoria desde el Polo Norte al Polo Sur, que pasaba a 370 leguas al Oeste de las islas de Cabo Verde.

Se otorgaba al reino de Castilla el dominio de todas las regiones al Oeste de esa línea y a Portugal, las situadas al Este.

Se crearon unas comisiones integradas por portugueses y castellanos, cuyo cometido consistía en establecer los puntos por donde pasaba la línea, que sería conocida como el Meridiano de Tordesillas.

Así mismo, ambos reinos se comprometían a respetar los términos del tratado, y se autorizaba a Castilla, poder pasar por territorio bajo dominio de Portugal durante la navegación de regreso desde América hasta Castilla.

 

Las consecuencias del Tratado de Tordesillas fueron:

Dicho Tratado puso fin a un largo conflicto por los territorios explorados por ambos reinos. Por lo que, el acuerdo evitó que estas dos potencias entraran en guerra.

Por primera vez en la historia, se establecía una frontera que dividía el mundo, y que negaba derechos a cualquier otra nación.

Portugal exploró y conquistó territorios en América que, más adelante, pasarían a integrar el Imperio Portugués.

El Tratado logró resolver los conflictos inmediatos, pero, con el avance de las expediciones y los nuevos descubrimientos quedaron áreas sin regular que fueron nueva fuente de conflicto. Entre ellas destacan, los territorios asiáticos conquistados por Castilla y la región del Río de la Plata.

Ramón Martín

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