Tosca de Giacomo Puccini

 

Tosca es uno de los trabajos más melodramáticos y veristas de Puccini, el cual se diferenció, notablemente, de sus colegas contemporáneos por un marcado estilo impresionista y francés, con gran influencia de Debussy, dando a sus trabajos un sonido y un estilo muy propio, que lo hace inconfundible y ocupar un lugar importante en la historia de la música.

Mucho tuvo que pelear Puccini para lograr que Sardou y su editor, Giulio Riccordi, le permitieran poner música a Tosca, que, en un principio, se le había confiado a su rival Alberto Franchetti. Conseguido el encargo, en plena composición, viajó a Roma para conocer los lugares donde tenían lugar los hechos del drama de Sardou.

El estreno se anunciaba como el gran acontecimiento operístico del año, pero aquel estreno el 14 de enero de 1900, en el teatro Costanzi de Roma, fue más movido de lo previsto. El ambiente político en Italia era tenso debido a la postura fuertemente conservadora de Humberto I, que había iniciado una represión violenta contra los obreros, convirtiéndose en el blanco de la propaganda socialista y anarquista. Entre el público al acto, estaba confirmada la presencia de la reina Margarita y de Luigi Pelloux, presidente del Consejo de Ministros. Poco antes de iniciarse la representación, corrió el rumor de que alguien haría explotar una bomba durante el primer acto. El rumor resultó ser una falsa alarma, y finalmente, la ópera se pudo estrenar, sin registrase más incidentes que las habituales pugnas entre partidarios y detractores del compositor. Tosca alcanzó el éxito en las siguientes representaciones.

 

 

El argumento de Tosca es de corte político, inserto en el ambiente de la Europa del 1800, en medio de la invasión de Italia por parte de Napoleón (batalla de Marengo).

Cavaradossi es un pintor romano, con ideas revolucionarias y antimonárquicas, amante de la conocida cantante Floria Tosca —mujer de muy fuerte carácter, famosa por su voz y por sus terribles celos—. El barón Scarpia es el jefe de la Policía Real Romana, hombre de mala vida y nula moral; desea a Tosca y odia a Cavaradossi. Éste a ayudado a escapar a un amigo republicano, Cesare Angelotti, del Castel Sant’Angelo y lo esconde en su casa donde vive con Tosca; Scarpia lo descubre todo tortura a Cavaradossi y hace confesar a Tosca, la cual le maldice y le jura que Napoleón los liberará de su yugo, por lo que se le condena a muerte por fusilamiento en la azotea del Castel Sant’Angelo por sedición. Presionada por la, Tosca acepta la proposición indecente de Scarpia consistente en pasar la noche con él, a cambio de la vida de Cavaradossi y un salvoconducto, para lo cual era preciso simular la ejecución; Scarpia hace creer esto a Tosca, aunque sus intenciones no son esas. Es entonces cuando Tosca, lo apuñala al tratar Scarpia de consumar su maquiavélico plan. Tosca presencia la supuesta ejecución de Cavaradossi, y descubre aterrorizada la atroz trampa que le tendió Scarpia. Descubierto su crimen por los subalternos de Scarpia, se lanza al vacío desde la azotea.  

 

 La partitura de Tosca es una partitura extraordinaria. Donde Puccini utiliza un esquema distinto al empleado en La Bohème. Nos presenta una obra mucho más estremecedora, más vertiginosa, donde existe tensión, drama y romance, con un trágico final. Es esta una de las razones de su mala crítica en su estreno, a pesar del apabullante éxito en las graderías. Sin renunciar a su estilo de composición, se advierten en ella claras influencias wagnerianas, principalmente debido al gran uso del leitmotiv (trozos musicales que identifican claramente a un personaje, objeto o situación). Puccini estructura la ópera de manera casi perfecta: no hay nada de más, nada es redundante; los personajes y sus sentimientos son maravillosamente descritos por la orquesta, existiendo una correlación, casi perfecta, entra drama y música.

La construcción de los personajes es otro aspecto notable de esta ópera. Se supone que la inspiración del maestro para crear a Floria Tosca fue su propia mujer; ya que, conocidas las debilidades de Puccini por las mujeres hermosas; lo cual hacía mella en su mujer, quien constantemente protagonizaba fuertes y públicas escenas de celos. De este personaje destaca la interpretación de la famosa aria “Vissi d’arte”; donde Tosca se lamenta por su sufrimiento. Es una de las arias para soprano más conmovedoras que se conoce. El personaje de Mario Cavaradossi es quien lleva el principal peso musical, siendo protagonista de los hermosos dúos del primer acto, y de las dos famosas arias de esta obra: “Recondita armonia” y “E’ lucevan l’ estelle”. Se ha puesto en duda su peso dramático, y cantantes como José Carreras lo califican como iluso y poco heroico; mientras otros como Andrea Chenier, opinan lo contrario.

Los mejores protagonistas son todos de la segunda mitad del siglo XX. Destacan las interpretaciones de Maria Callas, Renata Tebaldi, Leontyne Price y Raina Kabaivanska en el papel de Floria Tosca. En cuando al rol de Cavaradossi, posiblemente sea Plácido Domingo sea el más completo. Siendo de gran calidad vocal las interpretaciones de Pavarotti, Carreras, Di Stefano, Corelli y Del Monaco. En cuanto a Scarpia, la mejor interpretación sea del norteamericano Sherrill Milnes, por su gran potencia, musicalidad y dramatismo; aunque sin olvidar a barítonos como Tito Gobbi, Juan Pons, Giuseppe Tadei o Silvio Carolli.

Entre los principales directores, figuran nombres de la talla de Von Karajan, De Sabata, Levine y Colin Davis.

También son de referencia las producciones de Luchino Visconti (La Scala de Milán), Franco Zeffirelli (Metropolitan Ópera House de Nueva York), Pablo Núñez (Municipal de Santiago) y Gian Franco Di Bossio (film de 1976 realizado en Roma).

    Deleitémonos con: E lucevan le stelle por Pavarotti

Ramón Martín