Gosvinta o Gosuinda, esposa de Atanagildo, rey visigodo de la Península

 


Es probable que naciera entre los años 20 y 30 del siglo VI. Las primeras noticias que tenemos de ella son las que aluden a su enlace matrimonial con Atanagildo, que debió celebrarse en torno a 545, cuando contaba con 15 años. El nombre de raigambre goda nos permite pensar que estamos ante una mujer ligada a una importante familia noble. La importancia de su linaje es defendida por importantes historiadores, que afirman que formaba parte del linaje de los Baltos, los cuales dirigían a los godos desde tiempos remotos. Es posible que durante su matrimonio con Atanagildo, vivieran en la Bética, probablemente en Sevilla, desde donde, su marido, emprendió las acciones para hacerse con el control del Reino.

Triunfante Atanagildo, se trasladaron a Toledo —que acabaría siendo la capital del Reino—, alojándose en el espacio que ocupa el actual Alcázar, trasformando la estructura del antiguo pretorio romano en un punto vital para el dominio de la ciudad y de las vías de comunicación, ya que dicho pretorio controlaba el acceso al Puente de Alcántara y con ello las comunicaciones con la Bética y el resto de la península. Poco más sabemos de este período de su vida. De su matrimonio con Atanagildo nacieron dos hijas, que casaron con dos de los hijos del rey merovingio Clotario. Brunegilda con Sigeberto I de Austrasía, siendo la primera reina de Francia, y Galswinta, casada con Chilperico I de Neustria, que fue asesinada por su concubina y posteriormente reina, Fredegunda.

Gosvinta tuvo una gran importancia dentro de la corte toledana, ya que supuso un enlace estabilizador dentro del reino visigodo, entre Atanagildo, y el hermano de Liuva I, Leovigildo, que ocuparía más tarde el trono. Además, fue la instigadora del matrimonio entre su nieta Ingunda, hija de Brunegilda y Sigeberto I, con su hijastro Hermenegildo. Consideró que su nieta sería una persona manejable, pero se llevó una gran sorpresa, al negarse Ingunda a su conversión al arrianismo (ya que, al ser franca, era católica), razón por la que fue maltratada y despreciada por su suegra y abuela.

La mala relación entre estas dos mujeres, constituyó un grave problema para sus esposos, Leovigildo y Hermenegildo, por lo que el rey decidió asociar al trono a su primogénito, tras exigirle que se trasladase a Hispalis para gobernar la Bética y hacer frente a la presencia bizantina, con lo que le alejaba de la corte toledana. Además Atanagildo, apartó a Gosvinta de la influencia política en Toledo, por lo éste, urdió un plan para acabar con él y con Hermenegildo, consistente en incitar a este último a rebelarse contra su padre para hacerse con el poder. Esta lucha concluirá con el asesinato de Hermenegildo por orden de su padre y la huida de la princesa Ingunda a Roma.

Ramón Martín

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