Ballet: El sombrero de tres picos

 

El origen se encuentra en la novela de Pedro de Alarcón, que está inspirada en el romance popular: El Corregidor y la Molinera. La primera idea no era hacer un ballet, sino una obra lírica. Es un ballet de un acto situado en la España del siglo XVIII. Su estreno en el Alhambra Theatre de Londres el 22 de julio de 1919 supuso un gran éxito; en Francia tuvo un impacto moderado; y en España, presentado en 1921 en el Teatro Real de Madrid, levantó gran expectación. Pero la reacción común en los tres países fue el enfrentamiento que la obra generó entre los intelectuales más moderados y los partidarios de la Modernidad.

El argumento, consiste en la burla que se hace a un viejo corregidor de Andalucía, que está loco perdido por los encantos de una joven molinera, esposa de un marido celoso. Ella simula aceptar el cortejo, pero al verse comprometida por la situación, burla al anciano galanteador, que se convierte en la mofa de sus vecinos, mientras el molinero y su mujer afirman su amor. En la segunda parte de este ballet, se ve un clima festivo del campo español, con una de las danzas más características de la obra: la Danza del molinero.

El ballet, también conocido como “El tricornio” es, después de “Parade”, la segunda obra que Picasso realiza para el teatro, donde vuelve a colaborar con Leonide Massine y los “Ballets Russes” de Serge Diaghilev. La idea surge a partir del encuentro de Massine y Diaghilev, en 1916, con el músico Manuel de Falla, quien, para entonces, trabajaba en la obra “El corregidor y la molinera”, inspirada en la novela de Pedro Antonio de Alarcón “El sombrero de tres picos”. De las obras, hasta entonces, realizadas para los “Ballets Russes”, ésta fue la que requirió un mayor período de gestación, alargándose durante tres años. Al igual que en “Parade”, Massine se encargará de la coreografía y Picasso realizará el telón, los decorados y el vestuario, incluido el maquillaje de los personajes. La música será creación de Manuel de Falla.

El vestuario, creado a partir del tradicional del siglo XVIII, incluye elementos renovados, que se separan de ser una estricta copia del original. Esta idea de convivencia de lo clásico con lo moderno se inscribe, plenamente, en la tendencia que domina la obra de Picasso.

Aunque el argumento está inspirado en la obra de Pedro Antonio de Alarcón, Francisco de Goya es el otro gran protagonista de este ballet. Picasso se apropia de las formas y los colores del pintor aragonés, Falla inspira su música en Fuendetodos y Massine lanza al aire la efigie del corregidor en el momento final del espectáculo, haciendo un guiño a la figura del pelele. La obra es una sátira política, que parte de los líos amorosos del molinero, su mujer y un corregidor. El argumento, en sí mismo, tiene una importancia relativa, de hecho, es la excusa perfecta para plasmar el gusto de los tres artistas por la cultura popular. En definitiva, es una apuesta por la inclusión del folclore español en los “Ballets Russes” de Diaghilev.

Ramón Martín