Teatro Martí de Madrid
El edificio fue levantado en 1870, por un capricho del propietario de un patio-cochera, según proyecto del arquitecto Manuel Felipe Quintana —proyecto del que adjuntamos la imagen—, siendo inaugurado en 1874. El resultado fue un modesto local, que, además, estaba alejado del centro de la ciudad, por lo que se sostuvo con espectáculos de barrio. El viejo Martín, fue una sala sin personalidad propia, con temporadas barateras y con las localidades a bajos precios, siendo refugio de viejos dramaturgos, fracasados y de compañías atacadas por la desgracia, como es el caso de la de Arregui y Aruej, una vez que se quedó en la calle al incendiarse el Variedades.
Hacia 1911se notó la presencia de malos olores en el local, por lo que los empresarios encargaron a Teodoro Anasagasti acometer las reformas necesarias, tarea que se concluyó en 1919. Las fachadas presentaron un aire modernista, además los muros acogen una caja regular, permitiendo que el interior se distribuya en espacios propios de un teatro. Anasagasti dotó una nueva estructura con un amplio acceso por la calle Santa Brígida. Liberó la planta baja, aumentando la capacidad del patio de butacas, al eliminar los palcos de platea, también amplió el foso de la orquesta y habilitó un sótano para acoger los camerinos servicio para los actores. Con esta reforma llegó la época dorada del «nuevo Martín».
Tras la Guerra Civil Española, el Martín acogió temporalmente el Teatro Nacional de la Falange. Tras una etapa como cine de barrio, en los años de la Transición, el envejecido teatro Martín vivió su última juventud; el año 1977 con Francisco González Carvajal, como nuevo empresario y director artístico, se rehabilita el local y se convierte su primera planta en el Café del Martín. Se reestrena, en 1978, por primera vez, desde la conclusión de la Guerra Civil, Mariana Pineda de Federico García Lorca. El viejo teatro Martín sirvió de inapropiado lugar para las actuaciones de los principales representantes de la movida madrileña. Aún sirvió de escenario para el rodaje de la película La corte del Faraón, estrenada en 1985.
En 1993 el envejecido teatro Martín se vio asediado por la especulación inmobiliaria. En 1998, tras varios intentos de rehabilitación parcial, el edificio fue declarado en ruinas y clausurado, construyéndose en su solar un edificio de apartamentos, que contaba —en el proyecto—, con un espacio destinado a una sala de espectáculos para 300 localidades que nunca llegó a abrirse.
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