Margarita de Anjou, esposa de Enrique VI rey de Inglaterra
Nacida
en Pont-à-Mousson, Lorena (Francia), el 23 de marzo de 1430. Algunos de sus
correligionarios elogiaron "Su
valiente coraje y su espíritu inquebrantable". Eduardo Hall la describe
como una mujer que sobresalía sobre las demás, por su belleza, además de por su
ingenio y dotes políticas. Tras la guerra de los Cien Años, con el
objetivo de asegurar la paz entre Francia e Inglaterra, fue elegida, en 1445, para
contraer nupcias con el rey Enrique
VI, el cual, por entonces, no tenía ningún interés en cruzar el
Canal de la Mancha para dirigir su ejército. Los nobles más cercanos a él no
tardaron en descubrir que el joven rey no podía gobernar sin nadie que le
aconsejara, tarea que recayó en el conde de Suffolk.
En
1448, Carlos VII se alzó en armas para recuperar los
territorios que los ingleses les habían prometido. La población culpó al conde
de Suffolk y, comenzó a tomarse la justicia por su mano ante la inactividad
del rey para castigar a los traidores. Tras perder Gascuña, Enrique se sumió en
un estado catatónico, provocando el caos político. Fue entonces cuando
Margarita, tras dar a luz a su hijo Eduardo, dio un paso adelante y ocupó
su lugar como reina de Inglaterra. Pronto comenzó a actuar por derecho propio,
lo que ocasionó cierta agitación, ya que no existía ningún precedente, dando
lugar a cierta incertidumbre entre los nobles, por quién reinaría en nombre del
rey enfermo. El duque de York se ofreció para llevar a cabo esa tarea, topándose
con la oposición de la reina. Inglaterra se debatía entre aceptar la soberanía
de un duque o de una reina de linaje francés. Finalmente, declinaron el
ofrecimiento de Margarita y York no tardó en hacerse con el poder.
El
rey recobró la salud en 1454, lo que alejó el poder de York. Al año
siguiente, Margarita convocó a un Gran Consejo en mayo de 1455, que excluyó a
la facción encabezada por Ricardo de York, esto fue el detonante que encendió
un conflicto civil que duró más de 30 años, diezmando a la nobleza inglesa, y
causó la muerte de miles de hombres. Se suceden una serie de campañas militares
entre los reyes y el duque. Ocasión aprovechada por la reina para entretejer una
red que extendiera su poder por sus tierras y las de su hijo, gobernando una
trinidad formada por rey, el príncipe y la reina, aunque sus intentos de instaurar
la paz en el reino no dieron los frutos deseados, así que reunió un ejército
con el que defender la corona de su esposo y la herencia de su hijo.
Para
el duque de York, la única posibilidad de obtener el poder era eliminar
al rey, por lo que le retuvo, coaccionando así al Parlamento para que, tras la
muerte de Enrique, la corona pasara al duque en lugar de al príncipe. El
rey tan solo era un peón en este juego y Margarita entendió que solo había
una salida: destruir a sus enemigos. A finales de 1461, el duque de York
resultó muerto en combate y la reina recuperó a su marido, pero, el hijo del
antiguo duque reunió apoyos para enfrentarse a la reina. Ante la escasez de
suministros, el ejército de Margarita saqueó los pueblos por los que pasaba,
por lo que muchos súbditos comenzaron a simpatizar con los York. Además,
también debía hacer frente a la amenaza de una invasión francesa.
Mientras
tanto, el conde de Warwick trazó un plan para hacerse con el
gobierno; tenía claro que necesitaba al rey para gobernar, por lo que su
objetivo se vio cumplido al capturar a Eduardo y devolver el trono
a Enrique. Pero por la amenaza de una nueva batalla, se vio
obligado a liberar a Eduardo.
Durante
estos turbulentos años, Margarita nunca se rindió, buscando partidarios que
apoyaran el reinado de su marido y su hijo hasta que, en 1470, resolvieron
que Eduardo debía casarse con Anne Warwick y que solo él podía
gobernar como regente en nombre de su padre. Sin embargo, los
enfrentamientos continuarían durante más de una década y ni siquiera tras
la muerte de Warwick, se llegó a la paz.
Enrique
VI encontró el descanso eterno, tras lo cual, Margarita
decidió retirarse al castillo de Dampierre, donde murió el 25 de agosto
de 1482.
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